viernes, 29 de julio de 2011

Vietnam War Part VII.

La Década Democrática en Brasil.

Gobiernos democráticos y Desarrollismo.





Es innegable el legado que Getúlio Vargas dejó en el Brasil. Incluso luego de su muerte muchos de los partidos que él había creado y varios de sus seguidores intentaron continuar con una política parecida a la del gran líder brasileño. Lo cierto es que luego de su muerte Brasil atravesaría por un período democrático que iría desde 1954 hasta 1964, pasando por el máximo cargo nacional 7 presidentes de diversos partidos políticos, y culminando este período con la llegada de los gobiernos autoritarios al poder y una etapa nefasta para Brasil, a pesar que como analizaré en el próximo capítulo comenzarían en los últimos años la apertura democrática del país. Pero en esta Unidad me dedicaré pura y exclusivamente al período de 10 años que transcurren desde la muerte de Vargas hasta la llegada al poder de los regímenes militares.
Luego de la muerte de Vargas, Brasil quedó conmocionado, paralizado, sin saber hacia donde dirigirse y sin saber que hacer debido al adiós del máximo líder.







Getúlio Vargas dejó un legado que perdura hasta nuestros días en la historia moderna de Brasil. Luego de su muerte, el sistema de partidos políticos, la economía, la sociedad y los grupos de poder brasileros conservaron varias características adquiridas durante los largos años de sus diversos mandatos.





Vargas fue sucedido por su vicepresidente João Café Filho, quién intento mantenerse en el poder a pesar de las revueltas sociales en el país y al accionar de los militares, que comenzaban a apuntarse como actores fuertes en la política brasilera. Así es como el movimiento del 11 de Noviembre intentó desplazar al por entonces presidente de la Nación de su cargo, ya que las confrontaciones entre militares y políticos como también las alianzas para posicionarse en el poder fueron características de la época.
Las elecciones presidenciales se acercaban y el interés por saber quién iba a ocupar el cargo aumentaba, más aún en la situación social bajo la cual se encontraba el Brasil.
La precipitada renuncia, en parte obligada por los militares, de Café Filho, colocó a Carlos Luz en el cargo, pero la mencionada con anterioridad revuelta o movilización militar lo depuso del cargo impidiéndole completar una semana de mandato. Como podemos observar la situación era crítica en aquellos momentos.
En la arena política, la procedencia de los candidatos no tenía gran importancia, ya que la mayoría de los partidos habían sido un legado Varguista y no presentaban serias diferencias; los partidos parecían encontrarse en un callejón sin salida y frente a la oposición militar la salida hacia un futuro más viable parecía complicada.







João Café Filho, vicepresidente de Vargas, debió acceder al poder en medio de una fuerte convulsión social tras la muerte de su antecesor. Durante su mandato debió convivir con el creciente poder que habían adquirido las Fuerzas Armadas, que comenzaban a tener una importante injerencia en la política brasilera.





Durante los siguientes 2 meses la presidencia la ocuparía Nereu de Oliveira Ramos, sin cambios sustanciales y sin un proyecto por encarar. No hay importantes puntos a destacar en su corto mandato. Ahora bien, lo importante es centrarnos en el siguiente presidente. Alguien que llevaría a cabo políticas muy diferentes a las cuales se venían tomando, mejor dicho intentaría mejorar el sector industrial del país, y se lo conocería como uno de los grandes representantes del Desarrollismo en América Latina.
Habiendo ganado las elecciones de 1955, Juscelino Kubitschek asumió la Presidencia de Brasil el 31 de Enero de 1956. Perteneciente al Partido Social Democrático y siendo médico de carrera, rápidamente comenzó una carrera política que lo llevaría a la Presidencia. Su mandato duró hasta 1961, e introdujo severos cambios para el crecimiento de Brasil.
Cuando comencé a realizar una breve introducción, mencioné su relación con el Desarrollismo. Claramente con su ideal de otorgarle crecimiento y prosperidad a Brasil, un progreso calculable a 50 años de avance, pero en tan solo 5 años, fomentó el crecimiento industrial, principalmente en la industria pesada, la metalúrgica, la industria química y la hidroeléctrica. Este modelo intentaba dar el segundo paso en la industrialización del Brasil que había comenzado Vargas. Claramente su mandato se caracterizó por la estabilidad política, sin importantes confrontaciones con partidos y sectores opositores, a pesar de leves revueltas militares que fueron rápidamente sofocadas.
Partidario de la democracia y del desarrollo industrial, su vínculo con los Estados Unidos de América fue clave. Focalizó su política exterior hacia los Estados Unidos. Por un lado lo entendemos como un estrecho lazo y sostén para su proyecto de segunda industrialización de Brasil y por otro lado se señala que ya desde esa época Estados Unidos intentaba frenar el avance del Comunismo en Brasil (al igual que en toda la región como veremos mas adelante).
En los primeros años de mandato la construcción de carreteras sería preponderante, al igual que el crecimiento económico que Brasil atravesaría en líneas generales. Es común escuchar que durante sus primeros años los trabajadores consiguieron aumento de los salarios, beneficios en el sector de la salud y los precios se mantuvieron bajos. Pero lo cierto es que lo mismo no se puede decir ya para el final de su mandato.
Kubitschek fomentaría la creación e instauración de fábricas automotrices en Brasil. Focalizando varias industrias en diversas regiones del territorio brasileño. Algunas corporaciones extranjeras verían con buenos ojos está decisión del presidente y rápidamente se instalarían en Sao Paulo. A su vez, las construcciones a nivel de infraestructura aumentaron. Por todo Brasil se intentó promover el desarrollo industrial. Parecía que su mandato era bastante satisfactorio, en parte la visión positiva era en base a la estabilidad política por la cual atravesó su mandato presidencial, por otro lado el crecimiento industrial y los avances en diversos sectores de la industria aumentaron su popularidad.







En la imagen se puede apreciar a Juscelino Kubitschek. Ocupó la presidencia de Brasil en 1956 y supo ser uno de los máximos exponentes del Desarrollismo en América Latina, junto a su par argentino Arturo Frondizi. A pesar de las críticas que recibió y de la situación económica durante los últimos años de su mandato, es recordado como uno de los más destacados presidentes del Brasil.





Sin embargo el líder brasilero, muy comparado con su par argentino Arturo Frondizi, sería criticado por severos sectores que lo habían acompañado durante sus primeros años. Estos sectores se habían visto beneficiados con Vargas, eran los sectores populistas. Juscelino fue criticado por haberle restado apoyo a los trabajadores, la clase que Getúlio Vargas había conformado y aglutinado.
Es de mi interés comunicarle a los lectores que pueden leer mi trabajo: “La política exterior argentina en tiempos de Frondizi: El camino hacia la Alianza para el Progreso”, ya que podrán establecer varios vínculos y a su vez podrán encontrar similitudes entre ambos presidentes sudamericanos, lo cual les permitirá observar el lineamiento político que estos notorios mandatarios poseían. El mismo trabajo lo pueden encontrar en mi blog dentro del archivo del mes de Junio con el título ya mencionado.
Volviendo al trabajo, durante el mandato de Kubitschek podemos observar un fuerte crecimiento de la clase media brasilera, sin embargo no podemos decir lo mismo de las masas populares.
El líder brasileño, a su vez, fue criticado por su acercamiento con los Estados Unidos. Un amplio sector de la izquierda brasilera se oponía al posicionamiento en materia de política exterior que poseía la administración Kubitschek. Los mismo atacaban al presidente diciendo que estaba llevando al Brasil hacia una fuerte dependencia con Estados Unidos para sostener el modelo Desarrollista, de todas formas podemos observar que los principales partidos de izquierda de la región mantuvieron una actitud similar en cuanto al acercamiento que realizaban sus países para con los Estados Unidos.
De todas formas la tensión con las elites tradicionales brasileras no sería tan fuerte, al igual que aquellos poderosos industriales que habían acrecentado su poder con el modelo de crecimiento a puertas adentro de Vargas, continuarían con un crecimiento durante el mandato de Kubitschek. Algo que se le puede atribuir como un logro al modelo Desarrollista, ya que si bien no fue emprendido para sustentar a las elites industriales brasileras, las benefició, al mismo tiempo que trajo cambios positivos para la economía brasilera en su conjunto.








Podemos apreciar en la imagen a Juscelino Kubitschek (primero comenzando desde la izquierda) y John Fitzgerald Kennedy (centro), presidentes de Brasil y los Estados Unidos respectivamente, durante un encuentro en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Las similitudes políticas y los lineamientos ideológicos permitieron que los proyectos de ambos se cruzaran. El Desarrollismo y la Alianza para el Progreso favorecieron al fuerte vínculo bilateral entre ambos países.





En la logística y transporte también se producirían cambios positivos. Las rutas se mejorarían, los medios de transporte aumentarían y los vínculos entre los distintos estados y ciudades del país crecerían, propiciando la unión entre las diversas regiones del país.
Creo importante mencionar que si bien esta idea ya se había venido proyectando desde hacia varios años, fue durante el mandato de Kubitschek que se produciría el traslado de la capital. Pasaría de Rio de Janeiro a Brasilia. Una ciudad que sería construida con rapidez y cuya arquitectura demostraría el slogan industrial de la época y los avances en infraestructura. Para muchos fue un símbolo del urbanismo y de la modernización por la cual atravesaba el país, pero lo cierto es que la intención era descentralizar el poder que ostentaba en sus manos Rio de Janeiro.
Desde los créditos fomentando la inversión y el desarrollo hasta el avance en la industria automotriz, la presidencia de Kubitschek fue un punto importante a tener en cuenta para comprender el desarrollo de Brasil en los próximos años. Principalmente por un tema que sería totalmente catastrófico durante los gobiernos de facto. Estamos hablando del aumento de la deuda externa y de la devaluación. Durante el mandato de Juscelino, podemos observar un fuerte aumento de la inflación, lo que contrajo una devaluación del cruzeiro (la moneda nacional de Brasil por aquel entonces) y mientras se intentaba hacerle frente a la deuda externa, esta aumentaba notoriamente, no de manera tan prominente como durante la década del ’70, pero si es un punto a tener en cuenta.
Principalmente además de los ya mencionados puntos, poca inclusión a las clases bajas y la relación con Estados Unidos, el discurso de la oposición se centraría también en la inflación. No solo se atacaría el aumento de los precios ya para el final de su mandato si no que se le cuestionaría el modelo que había mantenido, sugiriendo que el beneficio que había traído no saldaba la fuerte inflación por la cual atravesaba la economía brasilera.
Jânio Quadros alcanzaría la presidencia luego de imponerse en las elecciones de 1960. Sin embargo su mandato no alcanzaría el año. Su ascenso al poder provocó un giro total tanto en la política interna como externa de Brasil. Por empezar, no se continuó con el modelo de su antecesor e incluso se lo culpaba al ex presidente Kubitschek de todos los males por los cuales atravesaba el país. Podemos observar que no hubo una continuidad de modelo ni tampoco de pensamiento, por lo cual aquí se produce el fuerte cambio que luego culminaría con la interrupción de los gobiernos democráticos en Brasil. Si bien el discurso de Quadros era crítico con respecto al presidente anterior, se intentaba subrayar los problemas en materia económica y debido a la fuerte inflación y al aumento de los precios. Pero a su vez como mencioné más arriba, el cambio se produjo a nivel internacional. Ya no primordiaban las relaciones con Estados Unidos, ahora podemos visualizar un fuerte acercamiento hacia la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y Cuba.  Lo cual no era algo menor, recordemos que en este momento histórico, en el contexto internacional había fuertes tensiones entre las dos grandes potencias. En parte debido al cambio en la administración norteamericana. El ascenso de los demócratas al poder de la mano de John Fitzgerald Kennedy fue visto como una nueva postura, más laxa con respecto a la URSS y al bloque comunista. La administración Eisenhower había mantenido una postura más dura y rígida, por así decirlo, mas propia de los republicanos. Este cambio lo podemos evidenciar en el debate político a la presidencia llevado a cabo en 1960 entre Richard Nixon, por aquel entonces vicepresidente de la Nación quien proponía continuar con los avances que el mandato de Eisenhower había introducido en los Estados Unidos, y del otro lado se encontraba el joven intelectual Kennedy, que sugería un modelo en el cual el Estado tenga mayor intervención en la economía y otorgara mayores beneficios sociales, principalmente al sector de la salud y donde haya un acercamiento con las diversas regiones del mundo. Este giro le otorgaría a la administración Kennedy severos incidentes con los soviéticos, como por ejemplo el fracaso en Bahía de Cochinos y la posterior Crisis de los Misiles. Por lo cual podemos observar que el cambio en la política internacional brasilera fue drástico en un periodo de extrema tensión.







Jânio Quadros fue el sucesor de Kubitschek en la presidencia. Criticó fuertemente a su antecesor y adoptó políticas diferentes. Entre ellas se destaca el nuevo giro en materia de política exterior, intentando alejarse de los Estados Unidos para fortalecer las relaciones con países comunistas de la talla de la Unión Soviética y Cuba.





Hay quienes van a sugerir que la renuncia de Quadros y la presión de los militares fue debido a las charlas y encuentros que mantuvo con Ernesto Guevara. Es importante mencionar que un sector muy amplio de las fuerzas armadas se encontraba en la derecha y en oposición al comunismo. De todas formas como explicaré más adelante, Quadros termina cayendo por sus propios movimientos, creo que la mejor analogía es señalar la caída de Quadros como una imposibilidad de continuar moviéndose debido a los erróneos movimientos que realizó durante su corto periodo, lo cual lo proyecto al ajedrez, donde el Rey (en este caso el Presidente) queda encerrado debido a la falla táctica del resto de sus piezas y a los erróneos movimientos que él mismo realizó.
El sector militar perteneciente a la derecha y los sectores conservadores de la sociedad, de entre los cuales podemos encontrar a muchos que habían apoyado a Janio para la presidencia, ahora comenzaban a oponerse al presidente, viendo las condecoraciones hacia Guevara y las buenas palabras que el presidente brasilero le ofrecía a la URSS como una postura totalmente incorrecta para el futuro de Brasil, siempre viendo en el comunismo un enemigo que arrasaría con su status social y económico, como también en el caso de los militares, político.
Pero su incapacidad para controlar al sector mencionado anteriormente, lo llevó a adoptar tendencias de corte conservador, a pesar de su relación con el comunismo. Intentó frenar a la oposición con restricciones a los créditos, a la inversión, poniéndole límites financieros a los bancos e incluso a determinados sectores de la industria. Claramente, estas medidas no le cayeron muy bien a la izquierda brasilera y a los sectores trabajadores que hasta el momento veían con buenos ojos al máximo mandatario de la república. Por lo cual, como bien expliqué con la analogía del ajedrez, Quadros terminó encerrado, con viejos aliados que ahora eran opositores y sin un sector fuerte en donde apoyarse, a pesar de su convicción en que el pueblo lo apoyaría, motivo por el cual podemos explicar su maniobra política presentando su renuncia al Congreso.
Jânio Quadros creía que el pueblo le pediría la vuelta al poder, como a su vez que la izquierda lo apoyaría, pero no llegó a vislumbrar que tenía los días contados, más aun con un sector militar que según él lo había amenazado para presentar la renuncia.
Lo cierto es que no solo con el modelo o proyecto de Quadros se inició la decadencia política brasilera, si no que la convulsión social retornaría y el golpe de Estado parecía aproximarse.
Joao Goulart, quien era vicepresidente de Quadros, asumiría el poder, pero anteriormente Ranieri Mazzilli sería presidente, encontrándose previamente como diputado del Congreso Nacional representando al Partido Social Democrático.
El rol de Mazzilli sería el de mantener la situación por dos semanas hasta el regreso del vicepresidente mientas este se encontraba en el exterior, luego tendría un segundo mandato a fines del '64, pero no hay importantes puntos a mencionar salvo el rol transitorio que ocupó en ambas oportunidades como máximo jefe de Brasil.
Un hombre que había desarrollado una amplia carrera política, desde sus comienzos en Rio Grande do Sul, pasando por su importante rol como Ministro de Trabajo durante el gobierno de Vargas (que influiría fuertemente en Goulart, principalmente en su apoyo a los sectores más bajo de la sociedad brasilera así como su ideal de apoyo a la industria, la construcción de carreteras y una mayor intervención del Estado), su papel como Presidente del Partido Trabalhista que funcionó como un instrumento para acaparar a los trabajadores durante el mandato de Getúlio Vargas, y su rol como vicepresidente, en dos ocasiones, la primera junto a Kubitschek y luego en conjunto con Quadros. La carrera política de Goulart era bastante amplia, por lo cual desde las épocas de Vargas hasta los últimos años de la democracia en la década de los ‘60s jugó un papel considerable en la política brasilera.








Oriundo de Rio Grande do Sul y con una extensa carrera política, João Goulart ocuparía la presidencia de Brasil desde 1961 hasta 1964. Advirtiendo las consecuencias que sufrió Quadros, buscó mantener buenas relaciones con Estados Unidos como también con la Unión Soviética. En materia de política interna llevó a cabo importantes reformas, entre las cuales se destaca la reforma agraria.





Volviendo a su presidencia, João debió hacer frente a un escenario político fuertemente polarizado y a una rotunda crisis social, legado de su antiguo compañero de formula. Tal es así que debió mantener acuerdos con los militares para ejercer su rol de presidente sometido bajo las decisiones del Congreso, en un presidencialismo restringido y con el control de la derecha conservadora y las Fuerzas Armadas. De todas formas, demostró ser bastante astuto a la hora de relacionarse con la oposición ya que luego de unos años adquiriría los poderes correspondientes a su cargo. Aunque la astucia caracterizaba a este líder político, sus medidas sociales, económicas y con respecto a las relaciones internacionales le trajeron serios problemas, ya que las mismas disgustaban a la oposición.
Sus medidas, tildadas de corte comunista, le valieron severas críticas a su gestión. Sin embargo no cesó su postura favorable a las reformas sociales.
Intentó generar reformas agrarias, cambios en la industria, fomentando una mayor intervención del Estado y a su vez intentó aplicar su política interna al plano internacional. Mejor dicho, intentó llevar sus instrumentos para captar a los opositores haciéndoles creer que estaba de su lado, cuando estaba llevando a cabo movimientos completamente contrarios. Tal es así que desde un principio señaló que iba a producir un acercamiento a Estados Unidos y de esta forma cambiar las relaciones exteriores que Quadros había impulsado. Sin embargo continuó con las relaciones para con la URSS y Cuba. Motivo por el cual tanto Estados Unidos como la derecha y el resto de la oposición demostraron su descontento.
En el año 1964, frente a una fuerte inestabilidad social y una profunda crisis económica debido al déficit que provocó la intervención estatal en la economía y el amplio gasto que poseía el Estado, como también la fuga de capitales extranjeros debido a las políticas económicas del gobierno de Goulart y la inestabilidad política, el golpe de Estado sería llevado a cabo por las Fuerzas Armadas, con apoyo de una amplia mayoría del Congreso, de la derecha, del sector conservador brasilero y de Estados Unidos.
El golpe militar sería rápido y a pesar de buscar apoyo en el Congreso y en el sector izquierdista, Goulart se encontró frente a una situación caótica, debido a la cautela con la cual fue preparado el golpe (principalmente debido a la insurgencia en diversos sectores del país, el momento para el cual fue planeado y la rápida movilización de tropas) que lo destituiría del poder espontáneamente.








Ranieri Mazzilli ocupó la presidencia de Brasil en dos oportunidades. Llama la atención que en ambos casos accediera luego de haber sido designado por el Congreso de Brasil (de donde era miembro y representante del Partido Social Demócrata). Fue el último presidente democrático del Brasil durante este período. A partir de 1964 la vida política de Brasil cambiaría rotundamente, dando inicio a una serie de gobiernos militares.





Como ya se mencionó, se nombró como Presidente de la Nación a quien ocupara el cargo con anterioridad, Mazzilli, y de esta forma ya a partir del mes de Abril de 1964 comenzaría un gobierno militar de facto, que presentaría similitudes con otros movimientos de la región, para muchos propiciado desde Estados Unidos debido al temor frente al avance y expansión del comunismo, para otros fue una forma de controlar la situación interna del país y asegurar la estabilidad para luego poder generar el regreso de la democracia. Lo cierto es que como veremos en la siguiente Unidad los regimenes autoritarios traerían severas consecuencias para la economía brasilera, así como generarían un duro momento social cuando muchos perdían la esperanza del retorno de la democracia.
Brasil pasó por cambios constantes a lo largo de estos 10 años, no solo a nivel local si no que también a nivel internacional. Desde los diferentes líderes, hasta el papel de la derecha conservadora y las Fuerzas Armadas, Brasil iniciaría un largo camino para restablecer la estabilidad en el país, los gobiernos militares no ayudarían mucho para beneficiar al pueblo brasilero, sin embargo este momento de la historia brasilera no puede ser dejado de lado, debido que nos ejemplifica la situación mundial durante los '50 y '60 y como esta repercutió en uno de los países más importantes del Cono Sur.






                                                                                        Tomás Vera Ziccardi.





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