sábado, 25 de junio de 2011

Vietnam War Part VI.

La política exterior argentina en tiempos de Frondizi: El camino hacia la Alianza para el Progreso.

LA POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA EN TIEMPOS DE FRONDIZI: EL CAMINO HACIA LA ALIANZA PARA EL PROGRESO.



 


por Tomás Vera Ziccardi.


 

en colaboración con TVZC.















En este trabajo me voy a ocupar de analizar dos variables sumamente complejas, pero que a la hora de realizar el cruce de las mismas vamos a poder observar como ambas están fuertemente relacionadas y tuvieron implicancias en la política exterior de dos estados independientes de suma trascendencia para nuestro continente. Quiero dejar en claro que no voy a analizar la política exterior de la administración Kennedy principalmente dirigida hacia América Latina, si no que mediante una de las principales propuestas de su política exterior (la principal dirigida hacia la región), voy a demostrar cual fue la respuesta y la aplicabilidad que la política exterior de la administración Frondizi tomó en la República Argentina con respecto a "La Alianza para el Progreso".
Para poder entender la estructura del trabajo es necesario que el lector logre comprender tanto la propuesta norteamericana como la dirección que tomó Frondizi para llevar a cabo la misma, teniendo en cuenta a lo largo del trabajo la problematización que planteo para estas medidas. Esta gira en torno a la verdadera aplicabilidad de la Alianza para el Progreso, sus repercusiones en Argentina, la mirada de Frondizi con respecto a la visión que poseían los demócratas de la región y si verdaderamente buscaban el progreso de América Latina o tenían otros intereses como impedir la entrada del comunismo en la región.
Finalmente, y teniendo en cuenta lo expuesto con anterioridad, me gustaría mencionar que la intención de este trabajo es analizar la política exterior argentina durante los últimos años del mandato de Arturo Frondizi en relación a la propuesta norteamericana para el desarrollo de América Latina, y ver si verdaderamente desde Argentina se buscó implementar las medidas provenientes de Washington, si el Desarrollismo de Frondizi respondía en términos de política exterior a la Alianza para el Progreso y por último cuales fueron las repercusiones de nuestra política exterior a nivel interno.
Para 1960-1961 Estados Unidos va a atravesar un fuerte cambio en su política doméstica, lo cual claramente presentaba un cambio en su relación con el resto del mundo, algo sumamente trascendente si comprendemos que estamos atravesando por los complejos años de la Guerra Fría. Este cambio está relacionado con la llegada al poder de los demócratas de la mano de John Fitzgerald Kennedy, un joven católico proveniente de una de las familias más influyentes para la época. A pesar de su inclinación partidaria, las divergencias con la administración saliente van a ser contundentes, no solo por la culminación de una serie de políticas llevadas a cabo por el Presidente Dwight Eisenhower, si no porque a nivel de política exterior Estados Unidos va a cambiar su estrategia. Pero como la intención de este trabajo es otra, vamos a centrarnos en el cambio de política hacia América Latina.







En la imagen se puede apreciar a John Fitzgerald Kennedy (segundo comenzando desde la derecha) y Arturo Frondizi (tercero comenzando desde la derecha) presidentes de los Estados Unidos de América y la República Argentina respectivamente. Ambos serían de vital importancia para la Alianza para el Progreso.





Es cierto que los progresistas también tenían temor a la expansión del comunismo en la región, América Latina, desde la Doctrina Monroe hasta la Política del Buen Vecino implementada por el Presidente Franklin Delano Roosevelt, Estados Unidos había tenido gran injerencia en la región, a pesar de algunos reveces que provocaban altibajos en su vinculación con Latinoamérica. A pesar de esto, Kennedy comprendió que no se podía dejar de lado a la región, mas teniendo en cuenta la cercanía con su país y las consecuencias que podría llegar a traer la expansión comunista. Para esto vamos a proceder con el análisis de la Revolución Cubana. Para la línea liberal norteamericana, ahora en el poder, este acontecimiento había provocado serias dudas de acuerdo a cual debía ser la postura norteamericana en Latinoamérica. Creían que el triunfo de una dictadura en un país subdesarrollado que tradicionalmente había estado fuertemente influenciado por Estados Unidos significaba un golpe para los intereses norteamericanos de todo tipo. Sí Kennedy deseaba continuar aplicando la Respuesta Asimétrica a la expansión del comunismo encabezada por el New Look de la administración Eisenhower, la escalada nuclear podría ser devastadora, algo que llegó a ratificarse posteriormente con la Crisis de los Misiles en el año 1962. Más allá de la especial relación que presentaba Cuba para Estados Unidos y de la respuesta de Kennedy (la cual le traería serios problemas principalmente luego de Bahía de Cochinos y del fracaso al apoyar a los exiliados cubanos en Norteamérica) ante los acontecimientos en este país, Kennedy vislumbró que era preciso promover el bienestar de los pueblos latinoamericanos para crear una barrera ante el comunismo.
En lo que respecta a este idea de apoyo al desarrollo y al bienestar de los países latinos, Estados Unidos tenía como principal herramienta la ayuda económica, algo que también fue planteado desde la región y dirigido hacia Estados Unidos. Tanto en la Organización de Estados Americanos (OEA) como en Naciones Unidas (UN), los líderes regionales buscaron el apoyo norteamericano en materia económica. Aquí podemos encontrar al Plan Dillon, los ideales de Kubitschek, presidente brasilero, para realizar una ayuda económica general por parte de Estados Unidos, los ideales de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la Fundación Panamericana para el Desarrollo y finalmente las propuestas económicas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Todos estos ideales y postulados de diversos organismos regionales y económicos se centraban en la ayuda económica por parte de Estados Unidos hacia América Latina. De todas formas esto pudo darse debido a las políticas e ideologías preponderantes en la región.
Es aquí cuando pasamos a observar cual era el ideal del Presidente Arturo Frondizi, el cual se aplicaba tanto en política interna como externa y que a su vez se encontraba en la misma línea que el progresismo kennedista.
Frondizi es uno de los máximos exponentes del Desarrollismo, corriente que sostiene que los países en subdesarrollo deben llevar a cabo políticas de alta participación financiera y de desarrollo económico, para esto era necesario romper con la dependencia que creaba el agotamiento de los términos de intercambio entre los países desarrollados y los subdesarrollados, lo cual mantenía en una situación de constante dependencia por parte de los países subdesarrollados, económicamente hablando. El líder radical buscó alcanzar una política de autoabastecimiento en materia de combustible, destacándose la política petrolera, el desarrollo de las industrias automotrices y siderurgicas y por la instalación de industrias multinacionales que ayudaran al desarrollo de empresas nacionales. Si bien el modelo estaba fuertemente centrado, era necesario un sustento económico para implementarlo, el cual difícilmente se lograría alcanzar con la exportación de materias primas, por lo menos en el corto y mediano plazo. Sin embargo la administración Kennedy también sostenía la entrada de capitales y multinacionales norteamericanas en la región como un camino hacia el desarrollo de la región.
Al buscar el desarrollo nacional, que como ya mencionamos necesitaba de un fuerte sustento económico, Frondizi se acercó a Estados Unidos para poder alcanzar sus metas. Es aquí donde es preciso hablar de las líneas ideológicas.







El presidente argentino Arturo Frondizi fue uno de los principales exponentes del Desarrollismo. Este modelo fue implementado en la República Argentina durante fines de los años '50s y comienzos de los '60s.





El Desarrollismo impulsado por Frondizi era complementario al progresismo de Kennedy, no solo por el rol democrático y el progreso en materia económica, si no porque para ambos sectores (países desarrollados y países subdesarrollados) era preciso mantener relaciones mutuas. Estados Unidos precisaba de mercados para exportar capitales y productos manufacturados, mientras que establecía aliados con fuertes lazos económicos para luchar contra el comunismo e impedir que los países subdesarrollados cayeran en la zona de influencia soviética. Para la Argentina era preciso contar con capitales extranjeros y nexos económicos de los países desarrollados para activar las industrias nacionales y generar un desarrollo sustentable capaz de mantenerse en el corto plazo e ir evolucionando a mediano plazo. Cabe destacar que Frondizi, al igual que Frigerio y Florit, no buscaban una dependencia de Estados Unidos a través de la instalación de empresas y capitales norteamericanos, si no que creían que era preciso contar con este apoyo económico para desarrollar industrias fuertes y de esta forma alcanzar el desarrollo económico, lo cual permitiría autonomía política a la hora de la toma de decisiones a nivel mundial y por consiguiente una menor vulnerabilidad ante la dependencia económica del extranjero.
Frondizi incluso tuvo la posibilidad de reunirse con el presidente norteamericano y este último, al igual que su antecesor destacó el rol de Frondizi en materia económica, la cual no estaba muy lejos de los pensamientos norteamericanos para con los países de la región. Más allá de lo anecdótico y de las reuniones entre ambos mandatarios es preciso destacar que tanto en las reuniones en Punta del Este como en las visitas formales de estado por parte de Frondizi hacia Estados Unidos se terminó consolidando la idea de la integración regional a nivel económico para el desarrollo, así es como surge la Asociación Latino Americana de Libre Comercio (ALALC), desde donde se buscó complementar e integrar las economías de la región. Desde la Cancilleria argentina se buscó impulsar una política exterior apoyando el programa de ayuda económica tanto en las relaciones bilaterales como en los foros internacionales para que los precios de las materias primas en el mercado mundial se estabilizaran, los giros de dinero para sustentar el desarrollo industrial se llevaran a cabo y para que la Alianza para el Progreso tenga aplicabilidad.
El modelo desarrollista, a nivel interno, era claramente representado a nivel externo, esto puede demostrarse mediante la Ley de Radicación de Capitales y la posterior Ley de Promoción Industrial. Era precisa la entrada de capitales norteamericanos para poseer mayores ingresos, algo que fue visto con malos ojos a nivel interno pero que tanto por parte de los empresarios extranjeros como del gobierno norteamericano era un gran acierto. Si Argentina aceptaba y defendía la Alianza para el Progreso, era un paso adelante para que los diversos sectores opositores de Latinoamérica se unieran a la misma, más observando el crecimiento en el corto plazo de la Argentina.
A pesar de la ya mencionada Revolución Cubana y de las medidas adoptadas por Estados Unidos, aquí voy a desarrollar un planteo personal, mediante el cual sostengo que la intención de mediación por parte de Frondizi en las problemáticas entre ambos países no estaba tan relacionada con el apoyo a Estados Unidos y la necesidad de ayuda económica, si no más bien con la línea independiente en materia de política exterior que se podía adoptar debido al desarrollo económico.







Parte de la política económica de Frondizi estuvo orientada al desarrollo de diversas industrias, entre ellas la automotríz. En la imagen se puede observar al presidente argentino probando un automovil de fabricación nacional.


Imagen cortesía de Wikipedia.





El Desarrollismo no solo traía beneficios en cuanto a la toma de decisiones a nivel internacional sin depender de otros estados debido a las conexiones y a los vínculos económicos, si no que era representado por la influencia en política exterior y la intención de sostener la postura de no alineados a ninguno de los dos bloques hegemónicos durante la Guerra Fría, algo que también podría explicar el acercamiento de Frondizi con países de la talla de Indonesia e India, al igual que el acercamiento con Tailandia ejemplificado en la visita oficial del mandatario argentino a Bangkok.
El sustento para la construcción de escuelas, la construcción de carreteras y la inversión en infraestructura, la instalación de empresas extranjeras, los prestamos para la creación de industrias, medidas antiinflacionarias para permitir un crecimiento que se sustente en el tiempo y no sea contrarestado por la inflación, los programas económicos para atraer capitales extranjeros, el inicio de la inversión interna y el apoyo a los mercados locales fueron las principales medidas que sobresalen de la Alianza para el Progreso. Como podemos observar todas eran favorables para la administración de Frondizi y ayudaban al desarrollo del país. Como las medidas económicas de mayor peso tendían hacia un plan de largo plazo, vamos a observar como el cambio de políticas a nivel interno de Estados Unidos perjudicaron al desarrollo de los países latinoamericanos.
Otra diferenciación que se debe enunciar es que durante los años de Eisenhower, la reducción del gasto público norteamericano fue considerable, al mismo tiempo que se buscó acrecentar las reservas del Estado e impulsar la inversión en escuelas, infraestructura, caminos y carreteras entre otras medidas. Esto permitió que con el paso de los años, Estados Unidos lograra alcanzar reservas de suma importancia, gracias al ahorro propiciado desde la administración Eisenhower. Este accionar, sin lugar a duda estuvo caracterizado no solo por la ideología de Dwight si no que también por la mayoría de los asesores que lo rodearon. Varios consideraban que era necesario reducir el gasto publico ya que la Guerra Fría iba a ser un conflicto que se extendería en el tiempo y que daría para un largo rato, otros aseguraban que la carrera armamentística con la Unión Soviética iba a llevar a un desplome de la economía norteamericana, lo cual llevaría a la adopción de medidas proteccionistas que terminarían llevando a la fuga de capitales norteamericanos por el mundo, lo que a su vez sería una grave consecuencia para la esfera de influencia norteamericana desde el Caribe hasta el Sudeste Asiático. De todas formas, si hay algo que quedó claro fue que un gran beneficiario de estas medidas fue Kennedy y por consiguiente los demócratas que lo acompañaron en el poder. La inversión en armas nucleares y misiles de largo alcance fueron compensados por los largos años de protección económica nacional llevada a cabo por Eisenhower, al mismo tiempo que le permitió a los demócratas afrontar los planes económicos hacia los distintos puntos del mapa. Esto se vería demostrado en la Alianza para el Progreso. Si Estados Unidos estaba decidido a lanzar un plan de ayuda económica para América Latina debía tener con qué sostenerlos, por lo cual una parte de los ahorros conseguidos en los 8 años anteriores fueron destinados a la región en forma de prestamos directos, a través de inversores, a través de empresas norteamericanas o mediante organismos regionales y el BID. Kennedy consideraba necesario que por lo menos los grandes países de la región aceptaran la Alianza para el Progreso, tanto México, Brasil como Argentina debían apoyar el plan norteamericano, porque era principalmente en la zona de América Central y el Caribe donde la propuesta norteamericana encontraba mayores detractores, es cierto que a nivel interno de los grandes países también había criticas hacia estas medidas, pero se creía que al ser adoptadas por los principales estados de la región, aquellos de menor influencia y desarrollo económico terminarían aceptando las medidas en lugar de oponerse a ellas. Esto es algo sumamente comprensible, si Estados Unidos lograba la aceptación argentina y brasilera, pronto Paraguay, Chile y Uruguay terminarían posicionándose del mismo lado, lo cual se traduciría a la amplia mayoría de Sudamérica apoyando las medidas de la administración Kennedy. Mientras que en América Central el rol de México y Colombia (este último debido a su influencia en el Caribe) sería trascendental para que triunfen las medidas en el Caribe y los demás países de Centroamérica, ya que estos no seguirían el ejemplo de Cuba al ver las grande sumas de dólares que estaban gastando sus potenciales vecinos.







Dentro del modelo frondizista tenía vital importancia el desarrollo petrolero nacional. Para esto Frondizi optó por diversas medidas que iban desde la sanción de leyes hasta la reestructuración de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).





La estrategia norteamericana ocultaba cierta intención de frenar el avance del comunismo, porque así como la Alianza activaría a los demás estados a seguir el ejemplo del resto, de no hacerlo el efecto domino sería inverso, pronto la región podría caer bajo la zona de influencia soviética, y esto es algo a lo que tanto demócratas como republicanos temían profundamente. Tener a los soviéticos en Europa y en Asia era una cosa, pero ahora tenerlos en Cuba o México era algo sumamente preocupante. La instalación de misiles nucleares en alguno de los países de la región sería catastrófico para Estados Unidos, por lo cual esto debería evitarse a toda costa, a pesar que como todos sabemos unos años más tarde esto terminaría tomando lugar en Cuba.
Por otro lado la intención norteamericana se apoyaba sustancialmente en los foros internacionales y principalmente los regionales. Además de los discursos que preconizaban la Alianza, esta fue formalmente enunciada a través de la OEA, en Uruguay. Era preciso que el plan sea visible para todos los miembros de la organización. El Plan Panamericano fue otro proyecto para ejecutar la transferencia de fondos a los estados de la región, era preciso que los flujos de dinero llegaran a las capitales latinoamericanas para que se ejecute el plan económico.
Si bien mencioné la intención de frenar el avance del comunismo mediante la ayuda económica, es preciso enunciar de qué forma esto se impediría. Los norteamericanos creían fuertemente en que la ayuda económica sería un camino hacia el desarrollo de los países, recordemos que la línea política que tenía el control de la Casa Blanca estaba integrada por liberales y progresistas, por lo cual su visión era que la inversión económica llevaría al desarrollo de estos países. No se pensaba en los mismo términos que el Plan Marshall, como comúnmente se tiende a señalar erróneamente, porque además de la diferencia entre regiones, el Plan Marshall llamaba a la recomposición y reconstrucción de las economías europeas para no generar dependencia europea de Estados Unidos, ya que como bien había preconizado Kennan, uno de los principales, por no decir el principal, exponente de la Doctrina de la Contención, justamente para aquellos tiempos, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, exactamente 1947, para cuando se ejecutaba el Plan Marshall, Estados Unidos no debía mantener economicamente al resto del mundo.
Si Estados Unidos dejaba que Europa Occidental continuara con las economías destruidas pronto el triunfo del comunismo sería evidente en aquella región. Pero en los años ‘60s y teniendo en cuenta que estamos relacionándonos con América Latina, el ideal no era el mismo, no se buscaba que los estados latinos sean autosuficientes para que luego no generaran una dependencia económica de Estados Unidos, lo cual se traduciría en mayores costos que beneficios vistos desde una óptica norteamericana en la región, si no que se buscaba desarrollar las economías de América Latina mediante planes de ayuda económica para que las poblaciones, en un mediano plazo, luego de haber recibido aportes en la educación, economía y liberalismo económico y construyendo un régimen democrático fuerte, optaran por seguir los designios norteamericanos en lugar de los soviéticos.







La Alianza para el Progreso fue la última gran propuesta de Estados Unidos dirigida, a través de su política exterior, hacia América Latina. Las posteriores administraciones, desde Johnson hasta Obama, dejaron mucho que desear en sus proyectos destinados a la región.





Aquellos que sostienen que la Alianza para el Progreso buscaba que los países de la región sean autosuficientes se encuentran en un grave error, ya que debemos tener presente que a Estados Unidos tampoco le convenía tener a importantes centros industriales autosuficientes muy cerca, por lo cual la Alianza para el Progreso presentaba serias dudas de acuerdo a si Estados Unidos verdaderamente buscaba el crecimiento y desarrollo de la región. Es preciso también enunciar que el apoyo en Europa estuvo destinado a generar ejércitos fuertes, que pudieran hacerle frente al comunismo hasta que Estados Unidos lograra movilizar grandes contingentes al Viejo Continente, en América Latina no se creía que surgieran movimientos armados poderosos como para poder desestabilizar a Estados Unidos o que cayeran en la lucha contra el comunismo, si no que, como terminaría sucediendo años más tarde, se creía que la región caería en conflictos internos debido a la división social entre un y otro bloque hegemónico, lo cual generaría fricciones internas que no se traducirían al exterior o que de hacerlo tendrían corto alcance. Esto llevaría al apoyo militar y táctico norteamericano durante los años 70’s para combatir la llamada Guerra Sucia y los movimientos subversivos en la región. Repito, para no generar dudas, no era necesario invertir grandes cantidades de dinero en el desarrollo de ejércitos poderosos en la región para contener al comunismo, la Unión Soviética no se lanzaría a la conquista de América Latina, militarmente hablando, por lo cual era mejor invertir económicamente para producir sociedades que persiguieran las medidas del mundo capitalista en lugar de las soviéticas. Sin embargo con el paso del tiempo las tácticas cambiarían y la Escuela de las Américas reemplazaría al BID y a los designios de la CEPAL. En parte porque Estados Unidos tampoco podía aplicar el mismo plan en todas las regiones, y también porque hasta cierto punto, y como veremos a continuación, Estados Unidos no veía con buenos ojos el desarrollo económico auto sustentable en América Latina, luego de la administración Kennedy.







Otro de los sectores primordiales para el modelo desarrollista fue la industria siderúrgica. De todas formas la inversión en este sector dependía de los préstamos y capitales extranjeros.





Cuando realizamos el cruce de variables podemos observar que en la línea ideológica tanto el Desarrollismo como el Progresismo norteamericano comparten las mismas características. Como ya analizamos en materia de política exterior, teniendo en cuenta el planteo de país desarrollado y país subdesarrollado, ambos países eran complementarios y se necesitaban unos a otros, motivo por el cual dirigieron sus políticas exteriores hacia un entendimiento y relacionamiento mutuo. En materia económica ambos necesitaban lo mismo, tanto Argentina de la entrada de capitales extranjeros, planes de ayuda económica para el desarrollo y de inversión externa, como Estados Unidos de un mercado donde posicionar sus productos, capitales y empresas como también donde generar progreso para contrarrestar al comunismo. En cuanto a la política de ambos estados vamos a encontrar ciertas similitudes, en primer lugar ambos estaban conformados por regimenes democráticos que provenían de vertientes ideológicas similares, (a pesar de las diferencias entre ambos) lo cual llevó al acercamiento entre Argentina y Estados Unidos. En materia de desenvolvimiento regional si bien ambos tenían intereses distintos (uno buscaba la no propagación del comunismo y el otro el crecimiento nacional para erigirse como una potencia económica a nivel regional) los medios utilizados para alcanzarlos eran similares: la Alianza Para el Progreso. Ahora bien, teniendo en cuenta esto uno debe preguntarse ¿con tantas similitudes e intereses de por medio, la Alianza para el Progreso triunfó? ¿La Argentina pudo alcanzar sus metas desarrollistas y sus metas económicas? ¿Hubo consecuencias o acontecimientos externos que provocaron la caída del plan? La respuesta central que voy a dar es Sí, la Alianza para el Progreso alcanzó a ejecutarse en la Argentina mediante el acercamiento con Estados Unidos propiciado con una de las políticas exteriores frondizistas, pero no como se esperaba, de ambos bandos. Más allá de la entrada de multinacionales norteamericanas, de la ayuda económica que recibió la República Argentina a través de organismos regionales y de forma directa de Estados Unidos, más allá de la inversión norteamericana en ciertos sectores de la economía argentina, la Argentina no alcanzó a cumplir las metas centrales de la Alianza para el Progreso. En primer lugar porque estas eran a mediano plazo, y en cuestión de 4 años las cosas cambiaron rotundamente desde ambos lados. En segundo lugar, Argentina no alcanzó el desarrollo económico propio que le hubiese permitido consagrarse como una potencia desarrollada, básicamente porque esto no iba a ser posible por más que Frondizi alcanzara a cumplir su mandato, debería haber sido una política nacional prolongada a través de 2 ó 3 mandatos presidenciales más. En tercer lugar hubo serios agravantes externos que perjudicaron el triunfo de la Alianza para el Progreso. Como todos sabemos Frondizi fue removido de su cargo por los militares, quienes fueron un actor central  durante la época y no quería mencionarlos hasta hablar del derrocamiento de Arturo Frondizi. Dos factores claves llevaron al derrocamiento, debido a cuestiones de política exterior, ejecutadas por parte de la administración Frondizi. En primer lugar el grado de sospecha por parte de los militares en torno a la posición de Frondizi, a quien por momentos pensaban que por su pasado tenía tendencias de izquierda y además estaba vinculado en cierta medida con el peronismo. Los militares temían que Cooke, a pesar de que este personaje de la izquierda argentina hiciera declaraciones en contra del presidente, tenga cierta vinculación con Frondizi que permitiera el levantamiento de movimientos de izquierda, principalmente de la izquierda peronista, es aquí donde también se puede tener en cuenta el Plan Conintes, por ejemplo. Por otro lado podemos observar indecisión interna de la administración Frondizi hacia la exclusión de Cuba de la OEA durante la reunión en Punta del Este, por lo cual a pesar que luego Argentina rompiera formalmente relaciones diplomáticas con Cuba, los militares sospecharon de Frondizi y de sus verdaderas aspiraciones. El otro hecho de política exterior que resultó trágico para Frondizi fue su reunión secreta con Ernesto “Che” Guevara en Argentina. Esto claramente iba en contra de la orientación que buscaban los militares para la política exterior argentina. Para aquellos que no logran comprender el rol de los militares durante este periodo en la Republica Argentina, es preciso que mencione algunas cuestiones que O’Donnell expone en “El juego imposible”, donde al comparar un juego con la política argentina de la época, acertadamente vincula a los militares con el arbitro, es decir con quienes imponían las reglas y quienes arbitraban el juego, de tal forma las elecciones y el cambio de gobiernos estaba controlado a su menester.







Comodoro Rivadavia, situada en la Provincia de Chubut, fue uno de los centros de abastecimiento hidrocarburífero más importante para el modelo de Frondizi. Su vital trascendencia continúa hasta nuestros días, siendo una de las principales ciudades del país.





Regresando a la reunión del Che y Frondizi, esto levantó aun más sospechas, a pesar del encubrimiento que se realizó para que el Che entrara a la Argentina, por parte de las Fuerzas Armadas contra Frondizi. Todo esto sumado a otras cuestiones de política interna, terminaron decantando en el derrocamiento de Frondizi y el fin de sus medidas político-económicas que determinaron su política exterior. También hay que mencionar que en 1963 Jack es asesinado en Dallas. Esto terminó poniéndole fin, en mi opinión a la Alianza para el Progreso, por esto menciono la frase “con el asesinato de Kennedy, murió la  Alianza para el Progreso”. El sucesor presidencial, Lyndon Baines Johnson, no creía ni confiaba en la Alianza para el Progreso, por algo entendemos el giro que su política exterior realiza. Esto sumado a cuestiones sumamente internas de Estados Unidos, que por aquel momento, y principalmente a partir de 1964 con los Incidentes en el Golfo de Tonkin, va a dirigir prácticamente la totalidad de su política exterior hacia Vietnam y la lucha por impedir la caída de todo el Sudeste Asiático bajo influencia comunista. Creo que la fórmula Kennedy Johnson que venció al candidato presidencial por el partido republicano Richard Nixon, en 1960, tenía pocas similitudes en materia de política exterior. Sostengo que Kennedy creía con convicción en un plan para América Latina (pasan a un segundo plano sus verdaderas intenciones con respecto a este plan) mientras que Johnson estaba fuertemente conectado con otras regiones del mundo, más allá que podamos hablar de la complejidad de la formula presidencial demócrata que incluyó a Johnson para ganar los votos del Sur donde a un oriundo de Massachussets como Kennedy se le complicaba ganar.
Como los sucesores de ambos presidentes, tanto de Frondizi como de Kennedy, buscaron otros lineamientos en materia de política exterior, la Alianza para el Progreso terminó sepultada. Los posteriores gobiernos argentinos continuarían buscando relaciones directas con Estados Unidos, pero no buscarían una continuación de la Alianza para el Progreso, en parte porque esta opción, con Johnson y durante los próximos 4 años no iba a estar disponible.
Hemos visto como cuestiones internas y externas provocaron la caída del modelo propuesto por la Alianza para el Progreso. La propia Alianza dio réditos, pero inicialmente y en un corto plazo, mientras sus principales impulsores y sostenedores estuvieron en los máximos cargos, luego con el cambio de mandatarios y de políticas, esta terminó quedando en el olvido, y tanto Argentina como el resto de la región afrontarían nuevos procesos, lejanos a los defendidos por Kennedy.







En 1964, con los Incidentes del Golfo de Tonkin, el involucramiento norteamericano en Vietnam se intensificó, provocando de esta forma una mayor atención por parte de la política exterior norteamericana hacia el Sudeste Asiático, lo cual dejaría de lado todo tipo de propuesta para América Latina.





La Alianza para el Progreso, de acuerdo a lo planteado en la introducción del trabajo, sí marcó fuertemente la política exterior del frondizismo, pero este lineamiento fue bipartito, por un lado el modelo desarrollista de Frondizi encontraba en la Alianza un gran soporte para el modelo interno, lo cual llevó a que Argentina dirigiera su política exterior hacia ese sector. Por otro lado, la propia Alianza generó un gran atractivo para Argentina y otros países de la región, independientemente de los modelos económicos y políticos de cada estado nación.
¿De haber continuado Frondizi en el poder, la Alianza para el Progreso hubiera podido permanecer en el tiempo como un vínculo entre Estados Unidos y Argentina que sostendría el modelo nacional? No, porque la posterior muerte de Kennedy hubiera significado, si Frondizi continuaba en el cargo, la desaparición de la Alianza, lo cual hubiera llevado al derrocamiento de Frondizi o a un fin de su mandato con grandes cuestionamientos de por qué su modelo económico fracasó. ¿Si Kennedy no hubiera sido asesinado y por consiguiente hubiera continuado en el cargo, la Alianza para el Progreso hubiera generado consecuencias positivas en Argentina, que hubieran llevado al desarrollo económico de la Nación? No, por más que Kennedy y la Alianza hubieran continuado, si los militares derrocaban a Frondizi, por las dos variables ya mencionadas, sus sucesores no hubieran continuado con el mismo modelo, y la Alianza hubiera sido inaplicable sin que la intelligentsia argentina y los militares la respaldaran. ¿Hubiese sido posible que la Alianza para el Progreso, de continuar Kennedy en el poder, generara el desarrollo económico industrial argentino a lo largo de toda la década del ‘60? No, teniendo en cuenta las medidas y políticas y adoptadas por los sucesores de Frondizi, tanto la Alianza como el Desarrollismo hubieran llegado a un punto final como posibles salidas y/o caminos hacia el desarrollo económico de la Nación. ¿Qué rol tuvieron los militares de ambos países en cuanto a la Alianza y al modelo Desarrollista? En Argentina, controlaron y monitorearon cada movimiento de Frondizi, terminaron derrocándolo al malinterpretar ciertas jugadas en materia de política exterior. En Estados Unidos los militares, y aquí lo dejo planteado para el propio criterio de los lectores, al ver que Kennedy podría optar en 1963 ó 1964 por un cambio en la política exterior con respecto a Vietnam, decidieron asesinarlo, con el apoyo de los principales grupos de poder en Estados Unidos (para esto debe conocerse la Pirámide de Poder norteamericana), quienes tenían fuertes intereses y para quienes Vietnam era un gran negocio, no es casualidad que unos meses más tarde del asesinato de Jack, Johnson pronunciara el famoso Discurso de los Incidentes del Golfo de Tonkin, donde casualmente un buque norteamericano fue atacado por norvietnamitas, poniendo de esta forma el inicio formal a la Guerra de Vietnam, a pesar que los norteamericanos hayan estado presentes en la Indochina (ayudando económica y militarmente a los franceses) desde luego de la Segunda Guerra Mundial y posteriormente continuarían hasta 1954 con los Acuerdos de Ginebra, donde se acuerda la división de Vietnam en dos.
¿De no haber tomado los militares y los grupos de poder de ambos países las medidas que conocemos y de haber continuado Kennedy y Frondizi en el poder (¡y a su vez si pensamos en una reelección por parte de ambos¡) podría haber triunfado la Alianza para el Progreso en Argentina? Sí, creo que lo enunciado en el último interrogante eran las condiciones sin e qua non para que la Alianza triunfara, por lo menos para el caso argentino.







Lyndon Johnson, vicepresidente de Kennedy que posteriormente ocuparía la presidencia, cambió la política exterior que Kennedy había dirigido hacia Latinoamérica. Esto claramente perjudicó todo lo propuesto por la Alianza para el Progreso.





Como hemos visto a lo largo del trabajo se ha llevado a cabo el planteo de ambas variables, se ha procedido a explicar las cuestiones internas y externas que acontecían y repercutían en ambos estados independientes, se han explicado los modelos y las ideologías defendidas por ambas administraciones, se han desarrollado las políticas exteriores de ambos países (principalmente la de Argentina que es la cual nos interesa para este trabajo), se ha realizado el cruce de variables, se han obtenido resultantes, se han planteado posibles escenarios para la Alianza para el Progreso y el modelo Desarrollista y finalmente se han formulado una serie de interrogantes que nos permite jugar con los actores, las variables y la coyuntura interna y externa, para poder responder a la problematización inicial del trabajo.
La historia argentina ha demostrado grandes cambios, al mismo tiempo que nuestra política exterior con respecto a Estados Unidos también ha producido diversos virajes, pero creo trascendental para comprender parte del desarrollo de nuestra historia, el planteo norteamericano realizado a través de la Alianza para el Progreso y como el modelo Desarrollista de Frondizi encontró nexos económicos, políticos e ideológicos de donde sostenerse. Esto claramente determinó la política exterior de nuestra Nación durante los primeros años de la década del ’60, pero como sabemos los acontecimientos cambiaron y este modelo no pudo ser profundizado. A pesar de esto, el Desarrollismo como un camino hacia el crecimiento de una nación a nivel interno y externo fue un modelo interesante de analizar dentro de la historia argentina, al mismo tiempo que me pareció interesante encontrar sus vinculaciones con la Alianza para el Progreso, lo cual queda plasmado en este trabajo. Los procesos económicos y políticos continúan, pero es necesario analizar los antecedentes y los modelos predecesores para comprender la política exterior de un país, en este caso la política exterior argentina durante los tiempos de Arturo Frondizi.





  



                                                                                             Tomás Vera Ziccardi.









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Aclaración:  Los derechos de este trabajo se encuentran bajo propiedad de TVZC.