viernes, 31 de agosto de 2012

La formación del Estado Independiente en México.



La formación del Estado Independiente en México.





Una breve aclaración del Autor.







El presente artículo corresponde a la Unidad 2 del Trabajo Comparativo entre Brasil y México elaborado y presentado por Tomás Vera Ziccardi durante el año 2010. La presentación en forma de artículo al día de la fecha representa que el análisis realizado fuera sacado de contexto de su trabajo original. Debido a lo mencionado con anterioridad, no se presenta en este artículo un análisis previo ni tampoco posterior al momento histórico aquí comprendido. De la misma forma, este artículo no tiene como objetivo desarrollar procesos históricos o explicar los cambios en los Estados Unidos de México. Una vez expresadas dichas premisas les solicito comprensión a los lectores con respecto a la configuración de dicho ensayo.







Consolidación del Estado - Nación.







En 1822, después de proclamada la independencia, Agustín de Iturbide ocupó el cargo de Emperador, pero fue derrocado al año siguiente por un golpe de Estado encabezado por Antonio López de Santa Anna, quien proclamó la república. Éste hecho fue el inicio de una larga pugna entre dos facciones políticas: los centralistas y los federalistas.
Santa Anna fue 11 veces presidente de la Republica en períodos interrumpidos por golpes de Estado. En el contexto de estas circunstancias, la amenaza del expansionismo de Estados Unidos se convirtió en una dolorosa realidad en la Guerra de Intervención de 1847-1848, que obligó a México ceder a los Estados Unidos casi la mitad de su territorio.
Las problemáticas territoriales golpearon fuertemente a México, pero por otro lado permitieron la conformación del territorio nacional y su delimitación. Aquí vemos como el territorio mexicano se termina de consolidar.
A su vez, y aquí tenemos otra característica del proceso de consolidación del Estado – Nación, la población se distribuye a lo largo del territorio. Las ciudades del interior del país se pueblan, principalmente debido al auge del éxodo del campo hacia la ciudad. Así se conforman las ciudades más importantes de los estados mexicanos.









Agustín de Iturbide fue una de las figuras más importantes de este período. Sus capacidades militares y políticas le permitieron ser coronado como el Primer Emperador de Mexico en el año 1822.








Antonio López de Santa Anna debió hacerse cargo de la nación durante un momento de fuertes clivajes internos y disputas con estados vecinos, como lo fue el caso de los Estados Unidos de América.





La bandera mexicana tiene sus comienzos durante esta época. Los símbolos propios, que caracterizan a México, toman gran auge durante este periodo de la historia y al mismo tiempo incentivaban al pueblo, dándoles un grado de unidad. Leyendas como las de Quetzalcóatl y la del águila cazando una serpiente encima de un cactus (anunciada como un símbolo por los dioses para edificar la ciudad en el lugar donde encontraran esa imagen) serían otro de los estandartes de esta época.
En la segunda mitad del siglo XIX la política mexicana empieza a tomar un rumbo firme hacia el federalismo, con La Constitución Liberal de 1857, formulada por un grupo de liberales civiles encabezado por Benito Juárez.  Sin embargo, México tuvo que sufrir una guerra civil y operar con una guerra internacional, el fallido intento de una monarquía depositada en un príncipe europeo, Maximiliano de Habsburgo, patrocinado por Francia. En 1877, al llegar al poder Porfirio Díaz por medios revolucionarios, impone un dictadura militar que se prolonga por más de 30 años durante los cuales Díaz logra pacificar el país e inicia un proceso de crecimiento económico.







La consolidación del Estado Nación trajo aparejada consigo la instauración de los símbolos patrios. Entre los mismos se destaca la Bandera Nacional de Mexico, la cual fue utilizada por primera vez durante el Imperio de Agustín de Iturbide.





En la imagen podemos apreciar a Quetzalcóatl. Una de las principales deidades adoradas por diversas culturas mesoamericanas fue incluido dentro de los simbolismo del Estado mexicano. 






La influencia positivista en México.





Como se menciona más adelante, el surgimiento de una nueva burguesía industrial, sería significante para esta etapa de la historia. Las elites mexicanas veían en el Estado una forma de mantenerse en el poder. Buscaban controlar a la población. Sugerían que había progreso, pero en realidad el progreso era solo para ellos. El resto de la población estaba sin ningún tipo de beneficio por parte del sistema económico.
El ideal de "liberal en lo económico, conservador en lo político" lo podemos encontrar durante este período en México. El modelo exportador benefició al país durante esta época, las potencias europeas y Estados Unidos eran grandes socios comerciales de México. Pero el beneficio del comercio era solo para las élites. Por su parte enunciamos que era conservador en lo político, porque se mantenía un control de la población y se mantenía el status quo impuesto por las élites.  De esta forma el Estado se vuelve fuerte, y los intereses de la burguesía se ven representados en él. Con Porfirio Díaz el orden y la paz fueron los estandartes del país. Esto ayudaba a la economía de la nación, en manos de la oligarquía. Estas características, que las podemos asociar con el Ordem e Progresso en Brasil, demuestran la estabilidad que mantuvo Díaz, la cual fomentó la atracción de inversiones extranjeras, que a su vez permitieron la construcción de las principales vías ferroviarias del país.  El porfiriato mantendría la estabilidad nacional y el crecimiento a nivel interno, llevando a México a una época dorada.









Maximiliano de Habsburgo es coronado en el año 1864 como el Segundo Emperador de México. Durante su mandato, la nación se encontraría bajo disputas internas.








Durante la segunda mitad del Siglo XIX la figura de Porfirio Díaz cobraría una gran relevancia. El líder mexicano que ostentó en reiteradas ocasiones el cargo de Presidente de la República, implementaría un sistema divergente al establecido en décadas anteriores, con una marcada influencia positivista.





Durante este período, se manifiesta el crecimiento de manera significativa luego que Porfirio Díaz llegara al poder por medio de una revolución en 1876 e impusiera un gobierno dictatorial que logró pacificar el país utilizando por un lado medidas represivas y por otro una política de conciliación destinada a servir de estrategia para conseguir la colaboración de sus enemigos políticos.
El crecimiento económico de México en esta parte se apoya de manera primordial en la exportación de productos mineros y agropecuarios, estos sectores productivos recibieron grandes aportes de inversores extranjeros, franceses e ingleses en un principio. Para vincularse luego con el comercio estadounidense, al punto que a comienzos del siglo XX este constituía más del 60% de la inversión total extranjera.
El considerable aumento del comercio exterior de México  favoreció la expansión de la red ferroviaria, la cual aun cuando estuviera dirigida a servir al comercio exterior, fue el factor más importante en la creación de la infraestructura nacional de México, por cuanto permitió se crearan condiciones económicas favorables para el aumento de trabajadores asalariados y para el surgimiento de una incipiente burguesía, en forma conjunta con la consolidación de la oligarquía terrateniente.
La política latifundista en manos de extranjeros y de la élite mexicana tuvo como consecuencia el despojo del cual fueron objeto los indígenas, pues un número considerable de las tierras que habían poseído desde tiempos coloniales fueron declaradas baldías por carecer sus dueños de títulos de propiedad. Hacia 1910 la gran mayoría de familias campesinas mexicanas carecían de tierra y vivían bajo condiciones de subsistencia en tierras arrendadas, muchas veces las mismas que habían sido de su propiedad.





                                                                                                Tomás Vera Ziccardi.





* El presente trabajo tiene todos sus derechos reservados a TVZC.





martes, 28 de agosto de 2012

La caída del Sha de Irán.



LA CAÍDA DEL SHA DE IRÁN.








por Tomás Vera Ziccardi.





Aclaraciones del Autor.





En este trabajo me encargaré de analizar la caída de Su Majestad Imperial el Sha Mohammad Reza Pahlevi, último Sha de Irán, quien supo ser una de las personalidades más importantes de la historia del Irán Moderno. Como veremos en el trabajo, la caída del Sha implicó la caída de todo un régimen, un sistema político, social, un modelo de Nación e incluso generó cambios estructurales en Irán. Es por esto que debemos tener en cuenta la importancia de este acontecimiento histórico, que marca un antes y un después en la historia de Irán.
Mi principal objetivo va a ser demostrarle a los señores lectores que en la caída de Su Majestad Imperial coexistieron tanto causas internas como externas que llevaron a la mundialmente famosa Revolución Islámica y posteriormente a la instauración de la República Islámica a comienzos del año 1979. Esta subdivisión de causas tiene una gran correlación con la figura del Sha, Mohammad Reza Pahlevi había impulsado varios años antes la Revolución Blanca, buscando reformar y bajo sus palabras "modernizar" por completo a Irán, algo que no sería muy bien recibido por los sectores corporativistas y tradicionales de la antigua Persia, de la misma forma varias de sus reformas implicaron consecuencias para las potencias extranjeras, varias de las cuales tuvieron históricamente intereses de primer orden sobre Irán. A todo esto debemos sumarle el contexto, que para el Autor va a ser determinante, comprender el período histórico por el cual atravesaba el Sistema Internacional va a permitir tener una concepción más acertada sobre la caída del régimen del Sha.
Finalmente, en las conclusiones del trabajo combinaremos ambos tipos de causas, añadiremos la coyuntura de los años '70s del siglo pasado y podremos arribar a la comprensión de uno de los cambios más abruptos experimentados durante la Guerra Fría en lo que respecta a la región del Medio Oriente.





  
Antecedentes históricos.





Los persas han sabido ser una de las civilizaciones más importantes de todos los tiempos. Dinastías como la Arquemenida, reyes de la talla de Ciro, Darío y Jerjes, los persas que rechazaron al sunismo para elaborar la doctrina chiíta, Abbas el Grande, el Sha Nadir, y tantas otras personalidades a lo largo de los siglos han logrado generar cambios de gran importancia en Oriente Medio. Es justamente esta zona la cual ayudó a caracterizar a los persas. El actual Irán se encuentra en una región que conecta a dos mundos, que antiguamente fue uno de los puentes entre Oriente y Occidente, es por esto que fue a lo largo de la historia vulnerable a todo tipo de influencias externas, algo que nos permite comprender también la expansión del Islam o las conquistas de Gengis Khan.
Durante la era del Expansionismo Europeo, Persia también estuvo sujeta al rol de las potencias europeas. Es aquí donde los británicos tendrán un accionar central sobre dicho territorio.
La coyuntura también modificó no solo a Persia si no a toda la región. Con la modernización de las maquinarias y los combustibles el carbón comenzó a ser dejado de lado por otro bien que determinaría al futuro siglo XX, estamos hablando del petróleo. Aquí fue central el rol de los petroleros británicos y principalmente de un australiano, William Knox D´Arcy, quien articulaba desde Londres las prestaciones de dinero necesarias para las exploraciones petrolíferas en el Irán. Rápidamente los británicos se vieron beneficiados por el petróleo iraní, sus corporaciones se expandieron a lo largo de los principales pozos petrolíferos iraníes.
Debemos señalar que Irán estuvo controlada desde la segunda mitad del Siglo XIX hasta la segunda década del Siglo XX por británicos y rusos. Ya hemos explicado los intereses británicos, que además se conjuraban con el control de las rutas hacia las Indias, piedra fundamental de sus posesiones territoriales durante el período colonial. Ahora bien, debemos aclarar los intereses rusos sobre Persia. La Rusia Zarista se comportó como un legítimo Imperio durante este período, la expansión imperialista sobre Medio Oriente y Europa del Este le sirvió para neutralizar la influencia de las demás potencias expansionistas de Europa, por lo cual controlar Persia sería central para impedir la avanzada de los británicos. Es cierto que durante el mencionado período las decisiones que guiaban a Persia se tomaban tanto en la Embajada del Reino Unido como en la de Rusia. La Revolución Rusa no alteró la visión geopolítica rusa de acuerdo a este territorio que ocupa un amplio sector de sus fronteras. Ejercer control indirecto sobre Persia era vital para los intereses soviéticos.
Durante estos años Persia atravesaba una dura realidad política, social y económica. El control de las autoridades persas era prácticamente inexistente en determinados sectores de su territorio, el Estado no se hacía presente en las provincias del interior, el ejército, las fuerzas armadas en su totalidad, los cuerpos policiales y demás fuerzas del orden eran prácticamente inexistentes, la agricultura, pieza fundamental de la economía persa (tengamos en cuenta que los beneficios del petróleo eran prácticamente en su totalidad repartidos entre británicos y rusos, por lo cual el pueblo iraní no veía ganancia alguna proveniente de dicho bien), se organizaba mediante métodos medievales, algo que a su vez configuraba las relaciones entre terratenientes y campesinos, la economía era desastrosa, solo un reducido número de la población lograba tener acceso a bienes de consumo, electricidad, servicios de transporte, entre otros, en cuanto a educación más de la mitad de la población era analfabeta, las mujeres no acudían a las escuelas y los niños nacidos en áreas rurales jamás pisaban un establecimiento educacional debiendo dedicarse al cultivo de las tierras, la situación remitida a la higiene era pésima, había hospitales tan solo en las principales ciudades del país, en las regiones más alejadas de Teherán dichos establecimientos eran desconocidos, Persia era para dicho momento histórico otro de los tantos sectores del mundo sumido en la pobreza interna y despedazado por las potencias coloniales que extraían sus recursos naturales y a su vez controlaban la vida política y económica.







La Anglo Persian Oil Company fue fundada en el año 1908. El gran nombre detrás del petróleo iraní durante estos primeros años fue sin lugar a dudas el de William Knox D'Arcy.





La influencia de rusos y británicos quedó demostrada en el Tratado Anglo Ruso celebrado en 1907. En dicho acuerdo las partes se repartieron diversos territorios de Oriente, delimitando las áreas de influencia y principalmente los recursos vitales presentes en los mismos. Este tratado tendría consecuencias en la Primera Guerra Mundial, de todas formas debemos tener en cuenta al nivel que llegaba el poderío de Rusia y Gran Bretaña sobre Persia, territorio dividido a forma de tablero de ajedrez y repartido entre las partes.
Los rusos controlaron tradicionalmente las región del Noreste de Persia, los británicos la Noroeste.
Durante la Primera Guerra Mundial Persia también fue territorio bajo disputa. Alemania, el Imperio Británico, el Imperio Otomano (para este momento principalmente los turcos) y el Imperio Ruso disputaron sucesivas batallas sobre tierras persas. Recordemos que Persia no formó parte del conflicto bélico, su ejército era inexistente y las esferas de poder local eran satélites de las grandes potencias mundiales.
Con la firma del Tratado de Versalles, Persia pasó a estar bajo control británico, aunque las regiones del Norte y Noreste continuaron estando bajo influencia soviética.
Las presiones internas y la influencia externa exigían una mayor presencia del Estado sobre el Imperio Persa.
La figura de un general que había liderado campañas en el Norte y centro del Imperio, Reza Khan comenzaba a cobrar mayor poder. El para aquel entonces Sha Ahmad era una figura débil, con poco control sobre el clero y las instituciones políticas del Estado. En contraposición Khan comenzó a ganar apoyo por parte del clero, de comerciantes extranjeros y del Parlamento persa, principalmente luego de haber sitiado Teherán en 1921 y haber obligado al Sha Ahmad a cambiar de régimen. En cuestión de años y con luchas de poder internas en Persia, el alto clero chiíta, las principales figuras políticas, los fuertes comerciantes locales y extranjeros y el Parlamento, coronó en 1925 a Reza Khan en el nuevo Sha Reza Pahlevi, destituyendo a la monarquía de los Khadjars, e inaugurando la línea dinástica de los Pahlevi.
Hemos visto la posición de Persia en la Primera Guerra Mundial y como las potencias europeas libraron batallas en territorio persa. Durante la Segunda Guerra Mundial, Persia volvió a convertirse en un lugar estratégico. No debemos caer en las falsas premisas que sitúan al Sha como aliado y seguidor de Hitler, Persia se había mantenido neutral a lo largo de los primeros años del conflicto, de todas formas en 1941 rusos y británicos realizaron una doble invasión sobre Persia, ya que el Norte de esta nación representaba una ruta clara para que los aliados pudieran acudir en defensa de Rusia ante la ofensiva alemana.
Persia permanecería ocupada por británicos y rusos; durante estos años de la Segunda Guerra el Sha abdicaría, al conocer que los aliados estaban cercanos a capturar la capital, Teherán. Sería su hijo, Mohammad Reza Pahlevi, quien accedería al trono el 16 de Septiembre de 1941, a pesar de la oposición de los británicos.







En la imagen podemos apreciar a Reza Khan. El Sha de Persia buscó delimitar el rol de las potencias hegemónicas sobre Persia durante la Segunda Guerra Mundial. Varios historiadores lo han ubicado dentro del bando de los simpatizantes de Hitler, algo que posiblemente pueda estar vinculado a la presente imagen, donde se observan los uniformes del Ejército Persa, los cuales presentan similitudes con los  uniformes alemanes de la época.





El Sha permanecería dentro del bando de los aliados, de todas formas su principal interés pasaba por buscar la Independencia de Irán una vez terminada la guerra y asegurar la supervivencia de la nación.
Durante los años de la guerra e incluso varios después, el joven Sha debería afrontar una serie de conflictos internos, oposición hacia su figura, revoluciones internas, movimientos secesionistas al interior de país, entre otras cuestiones que alteraban el orden del estado nación. Estos años como máximo mandatario de Irán serían una continuación de las acciones llevadas a cabo por su padre, continuar con la reforma del sistema judicial de la nación, mejorar las comunicaciones del país, ampliar el rol de las instituciones hacia todo el territorio nacional y perfeccionar a las fuerzas armadas. La histórica influencia de británicos y soviéticos continuaría, aunque con el paso de los años los primeros perderían poder sobre Irán, al tiempo que un nuevo actor comenzaba a tener mayor influencia sobre el Sha y a su vez en Irán, estamos hablando de los Estados Unidos de América.
Dejaremos de lado el mandato del Primer Ministro iraní Mosadegh y las luchas de poder internas experimentada durante los siguientes años para poder adentrarnos en la siguiente Unidad en la Revolución Blanca impulsada por el Sha de Irán.





Conclusiones parciales de la Unidad.





Hemos analizado la transición de Persia a Irán explicando los cambios a nivel interno no solo en la lucha de poder si no también en cuanto a los cambios de régimen. En la presente Unidad hemos desarrollado la influencia histórica de Gran Bretaña y Rusia, el descubrimiento de los primeros yacimientos petrolíferos en Persia y como las potencias europeas controlaron Persia durante el Siglo XIX y una parte del XX. La Primera Guerra Mundial añadió a Persia al mapa bélico del momento, como hemos explicado las potencias del momento libraron batallas en suelo persa para buscar la victoria en la Gran Guerra. Una vez finalizado el conflicto, las presiones internas y externas favorecieron al surgimiento de nuevos actores en Persia, entre ellos resaltó la figura del militar Reza Khan, quien logró aumentar su poder tejiendo alianzas con poderosos actores que lo llevarían a ser consagrado como nuevo Sha de Persia, derrocando a la dinastía de los Khadjars. El Sha buscaría modernizar Persia y reformar cuestiones estructurales de la nación, sin embargo el estallido de la Segunda Guerra Mundial solo le permitió alcanzar objetivos parciales. La afirmada neutralidad de Persia sería inoperante a la hora de la doble invasión por parte de Rusia y Gran Bretaña, demostrando la vital importancia del territorio persa para el conflicto librado durante los años '40s. A su vez queda nuevamente demostrada la influencia histórica de rusos y británicos, patentada en la ocupación que llevaron a cabo sobre Persia a lo largo del conflicto mundial.






El joven Mohammad, hijo del Sha Reza Khan, comenzaba a perfilarse como uno de los posibles sucesores al trono. Durante un período de suma convulsión interna y externa, el joven monarca debería asumir la mayor responsabilidad de la nación.





Hemos analizado la abdicación del Sha en favor de su hijo Mohammad Reza, quien buscaría limitar la influencia de las potencias extranjeras sobre Irán, algo que sería complejo de alcanzar hasta luego de la guerra. El nuevo Sha buscó continuar con las reformas de su padre, de todas formas las naciones extranjeras continuaron influyendo en Irán, sea tanto a través de las compañías petroleras o de los partidos políticos comunistas. Esto último llevó a que el Sha tenga que librar una batalla interna para consolidar al Estado nacional e impedir movimientos secesionistas. A medida que Rusia afianzaba su influencia en las provincias del Norte y Noreste, Gran Bretaña limitó su accionar a las corporaciones petroleras que poseía en territorio iraní, sin embargo el gran acontecimiento parece ser el acercamiento entre el Sha y los Estados Unidos, actor internacional que se perfilaba a jugar un papel primario durante la Guerra Fría.




  
El Sha y su Revolución Blanca.





Uno de los pilares financieros de la aclamada Revolución Blanca del Sha fue el ingreso proveniente del petróleo.
Tomaremos como fecha inicial de la "Revolución" el mismo año que utilizó el Sha en su libro "Réponse a l'histoire", el cual es el mismo que toman los principales historiadores, estamos hablando de 1962. ¿Por qué mencionamos esto? Recordemos que durante el año 1951 se nacionaliza el petróleo en Irán. Este será un acontecimiento fundamental para la vida económica de la nación al mismo tiempo que le proveerá notables ingresos al Sha. Los 11 años que pasaron entre la nacionalización del petróleo y el inicio de la Revolución Blanca permitieron que las arcas de la nación se expandieran de acuerdo a los ingresos del petróleo. En parte, los planes de infraestructura, modernización e industrialización fueron sustentados por los ingresos provenientes del petróleo. Esta redistribución sería favorable para Irán, pero a su vez le produciría grandes problemas, principalmente en lo que respecta a quienes compraban el petróleo iraní, que ante las fluctuaciones del precio, varias realizadas por el propio Sha, comenzaron a idear planes para eliminar al Sha del poder.
Uno de los principales sectores hacia los cuales se dirigió la Revolución fue el campo. Gran parte de la población iraní vivía del cultivo y de las tierras. La Reforma Agraria permitió que los peones de campo accedieran a las tierras, pudiéndolas comprar en varios casos, y obteniendo las regalías del sector que eran distribuidas por los patrones, mediante regulación del Estado.
La nacionalización de las tierras de pastoreo y los bosques fue el segundo eje de las reformas. Antiguamente estas se encontraban en manos de la oligarquía terrateniente, quienes se adueñaban de las mismas. Luego de la reforma, la tierra pasó a ser propiedad del Estado, impidiendo que sean monopolizadas por pocas familias poderosas.
Varios trabajadores rurales pudieron acceder a comprar pequeñas parcelas donde vivían y trabajaban.
Con respecto a la fuerza laboral, se buscó la repartición de ganancias de las empresas entre los trabajadores, estimando límites de repartición de ganancias de acuerdo al sector de cada empresa.







La Revolución Blanca trajo consigo un plan estructural de reformas en lo que respecta a la infraestructura nacional. Los ingresos provenientes del petróleo eran redistribuidos en los diversos sectores hacia los cuales estaba dirigida la Revolución.





Por otro lado la reforma también exigía cambio en los métodos para la elección de funcionarios públicos. A tales efectos la Reforma de la ley electoral se llevó a cabo. Todos los ciudadanos mayores de edad, incluyendo a las mujeres tenían el derecho y la obligación de acceder a votar.
Al mismo tiempo que se reformaba el sistema electoral se buscó mejorar el sistema judicial. Antiguamente en Irán ante una disputa en una aldea alejada de las ciudades centrales, se acudía ante la autoridad religiosa local quien dictaba un fallo de acuerdo a sus propias percepciones. Esto se cambió, la reforma judicial instauró las llamadas "casas de equidad", creando tribunales de aldeas que analizaban las disputas entre ciudadanos.
Las reformas alcanzaron también al sistema educativo. Se buscó proveer una educación primaria gratuita y obligatoria garantizada por el Estado.
Tomó lugar en Irán una reforma administrativa. Los empleados públicos pasaron a obtener una mayor distribución a lo largo de todo el territorio, en lugar de encontrarse aglomerados en Teherán. Se proveyó de un salario mínimo para los trabajadores estatales y de beneficios tales como vacaciones.
Para todas estas reformas también fue necesario mejorar la infraestructura de la nación. Una gran cantidad de rutas, vías férreas, hospitales, centros administrativos públicos, industrias, escuelas y hospitales debían ser creados con el fin de favorecer los cambios hacia los cuales apuntaba la Revolución Blanca.
La Reforma Agraria buscó romper con el monopolio de control de tierras por parte de un pequeño número de familias y de jefes tribales. Hacia inicios de los años '60s cerca del 65% de la población iraní vivía en zonas rurales, la mitad de las tierras cultivables estaban bajo control de un número cercano a las 30 familias y jefes locales.
Varios de los hombres que tenían en su poder las tierras no vivían en ellas, si no que se encontraban en Teherán o el extranjero.
El Estado pasó a poseer estas tierras, luego buscó venderlas  limitando el porcentaje de las mismas que se podía comprar por persona. Como hemos mencionado, el control monopólico se vio reducido. Ahora bien, se crearon casas de créditos para que los campesinos pudieran acceder a los mismos y comprar sus propias tierras. A lo mejor pasaban 20 años de sus vidas trabajando para poder pagar la totalidad del crédito y una vez finalizado el mismo eran propietarios de las mismas. Con el paso de los años la Reforma Agraria arrojó las siguientes cifras: más de dos millones de campesinos jefes de familias pasaron a obtener sus propias tierras, se crearon cerca de 3000 cooperativas de créditos a lo largo y ancho de todo Irán para que los campesinos puedan acceder a los créditos y se duplicó la producción agrícola en menos de 5 años desde que fue instaurada la reforma.
Hemos hablado también de la nacionalización de los bosques, esto se llevó a cabo para controlar los cambios que el sector forestal estaba generando, donde importantes compañías internacionales extraían árboles para la producción de papel y otros de sus derivados, sin dejar ganancia alguna en Irán. También se buscó nacionalizar el agua para poder construir represas eléctricas y mejorar el acceso al agua para la población local. Un modelo de nación como el cual se buscaba impulsar necesitaba energía, además de la eléctrica y la proveniente por los derivados de petróleo se buscó crear un sistema de represas hidroeléctricas, principalmente en el Norte del país, para proveer de energía a bastas regiones.
El plan de industrialización también presentó ciertas cuestiones importantes. La industria del petróleo fue hacia la cual se buscó apuntalar con mayor énfasis, a esta le siguieron la siderúrgica, la mecánica, la de textiles y la automotriz.







En la imagen se pueden observar las calles de Teherán durante la década del '50 del siglo pasado. De las mismas se evidencian edificios modernos en infraestructura, automóviles con un estilo clásico y la utilización de vestimentas occidentales tanto por parte de hombres como de mujeres. 





Era preciso que el Estado creara sociedades anónimas en diversas regiones para fomentar la industrialización de la nación, al mismo tiempo que permitía la entrada de corporaciones extranjeras para que se desarrollaran en los diversos rubros. De todas formas con el aumento del modelo industrial aumentaron los puestos de trabajo, algo que llevó al traslado de trabajadores hacia distintas regiones, las cuales, en la mayoría de los casos, no estaban preparadas a nivel de infraestructura para alojarlos. De esta forma se ejecutó un plan de renovación edilicia, urbanismo y reconstrucción para que se ampliaran las ciudades y pudieran dar acogida a los trabajadores que se desarrollaban en las industrias.
En cuanto a la distribución de las ganancias debemos tener en cuenta que en lo que remite a la legislación laboral se había estipulado en Irán que cada año se enunciara el salario mínimo a nivel nacional, es decir el mínimo que los trabajadores debían cobrar de acuerdo a las funciones que realizaban. Este valor era otorgado por los índices de costo de vida, los precios, y la situación de cada sector económico.
De acuerdo a la legislación instaurada desde 1975, las empresas privadas debían, luego de 5 años de existencia, vender el 49% de sus acciones a los propios obreros y trabajadores de la misma. De acuerdo a las palabras expresadas por el propio Sha, este accionar a nivel empresarial y de valores le otorgó mayor productividad a las empresas privadas instaladas en Irán.
Pasemos a analizar a continuación la Revolución Blanca en lo que respecta a la educación. Durante la Dinastía de los Khadjars tan solo el 1% de la población sabía leer y escribir, es decir era encuadrada dentro del sector de población alfabeta. Este número es otorgado por los informes oficiales remitidos a educación publicados en el libro "Réponse à l' histoire" por el Sha de Irán. Hacia el año 1956 el 16% de la población iraní se encontraba alfabetizada. Hacia el año 1978 más de 10 millones de iraníes se encontraban cumpliendo alguno de los niveles educativos del país, una cifra que es ampliamente mayor que los 1,5 millones que lo hacían para el año 1955.
En 15 años el número de  alumnos de escuelas primarias aumentó en un 560%, los de la enseñanza secundaria 331%, enseñanza técnica y superior 1551% y finalmente se registraron cerca de 300.000 estudiantes universitarios iraníes tanto en universidades nacionales como en universidades del extranjero.
El propio Sha ha mencionado en reiteradas ocasiones la "emancipación de la mujer" en Irán. Veremos como varió la condición de la mujer antes y durante la Revolución Blanca. Previo a la misma en Irán las mujeres no podían votar ni tampoco acceder a puestos públicos y cargos. Con la Revolución se permitió que la mujer participara del sufragio universal, que ocupara cargos administrativos, educativos y trabajara en empresas e incluso para el propio Estado. La Revolución le permitió conducir autos, caminar por las calles sin el velo, vestirse de acuerdo a sus gustos, sin ninguna restricción, poder hacer deporte en público, vestir trajes de baños en público y acceder a la educación universitaria.
De acuerdo a las cifras oficiales de las Naciones Unidas, desde que comenzó la Revolución Blanca, Irán ha tenido una tasa de crecimiento anual del 13%. La Renta Anual por habitante el 1955 era de unos US $ 160, hacia comienzos de 1978 la misma alcanzaba los US $ 2280. Las Naciones Unidas también destacaron el aumento de la población debido a las mejoras en el país, hacia 1968 Irán contaba con 27 millones de habitantes, 10 años más tarde, en 1978 la cifra era de unos 37 millones.
Las Naciones Unidas también estableció que el Irán fue uno de los estados que creció a un mayor ritmo a lo largo de la década del '70, siendo el principal en la región del Medio Oriente.





Conclusiones parciales de la Unidad.





Hemos visto a lo largo de la Unidad los principales sectores en los cuales la reforma proveniente de la Revolución Blanca tomó lugar. Mencionamos el caso de las tierras, las reformas agrarias, las reformas administrativas en relación a los empleados del Estado, la reforma del sistema educativo, los cambios introducidos en las empresas beneficiando a los trabajadores y también desarrollamos las reformas en cuanto a la actividad comercial en Irán. A comienzos de la Unidad mencionamos el pilar fundamental de la Revolución Blanca, que fue nada más y nada menos que el petróleo. Los ingresos experimentados
en Irán fueron enormes, lo cual le permitió al Estado beneficiarse enormemente y disponer de mayor dinero para redistribuir en la economía nacional. Como podemos comprender la Revolución Blanca introdujo importantes cambios en los principales sectores de Irán, reformando en algunos casos a nivel estructural el país, en otros no alcanzó con las medidas ya que como veremos más adelante los cambios que buscó introducir el Sha le generaron una fuerte oposición a nivel interno.







Propaganda emitida por el Estado iraní durante los años de la Revolución Blanca. La misma es representativa de los proyectos que buscaba alcanzar el Sha, consolidación de las Fuerzas Armadas, desarrollo en infraestructura, modernización del sistema educativo, planes estructurales de abastecimiento energético propio, entre otros. 




   
La Caída: Causas internas y externas.





Como hemos visto a lo largo del presente trabajo el Sha de Irán llevó a cabo varios cambios de carácter estructural en Irán. Por supuesto si tenemos en cuenta que estos cambios afectaron diversas áreas vamos a poder comprender que a su vez afectaron a los actores y sectores corporativistas de Irán. Esto le valió de una gran oposición. Observemos, con respecto a los cambios en educación, salud, defensa, cultura, política y orden judicial, es decir en los sectores internos de Irán.
Los cambios en cuanto a la reforma agraria y con respecto a la venta y posesión de tierras claramente afecto a los antiguos terratenientes y a las familias ricas de Irán que controlaban las tierras. Estas familias habían mantenido su poder mediante el antiguo sistema a lo largo de siglos, por lo cual habían acumulado un gran poder. A pesar de su oposición a las reformas, no pudieron ir en contra de los planes del Sha, por lo cual fue un sector poderoso, con poder económico, que se vio perjudicado y que dicho esto se centró dentro del sector opositor al Sha. Varios antiguos terratenientes y señores de la tierra como se los denominaba en Irán, incluso tuvieron que dejar el país, de todas formas operaron desde el exterior, principalmente Europa, para derrocar al Sha.
Las reformas llevadas a cabo por la Revolución Blanca en lo que refiere a legislación laboral y la repartición de las ganancias para los trabajadores en las empresas también tuvo grandes sectores perjudicados. Los grandes empresarios iraníes vieron afectadas sus ganancias, muchos perdieron sus propias empresas, dejaron de poseer acciones, debieron aumentar sus pagos hacia el Estado en forma de impuestos y también vieron como el Estado se apropió de varias de sus empresas. Debemos tener en cuenta que para dichas décadas el empresariado iraní no era de la envergadura del empresariado francés, británico o neerlandés, de todas formas era uno de los sectores más poderosos, muchos de estos hombres también formaban parte y mantenían lazos con las familias más tradicionales y poderosas de Irán, la aristocracia alejada de la corona que se vio perjudicada por la reforma agraria. El empresariado que se mantuvo en Irán debió sufrir un duro momento durante los años del Sha, otro sector, al igual que en las reformas mencionadas anteriormente, se exilió en el exterior.
El partido único creado por el Sha también le generó una gran oposición. Era claro que el Sha aumentaba su poder en torno a un grupo muy reducido de consejeros políticos y militares, durante sus años no existió en Irán un sistema de partidos pluralista, que le otorgara la posibilidad de participar en comicios electorales a otras fuerzas, se oprimió a las voces que opinaban diferente, no se otorgó participación en la toma de decisiones, algo que claramente comenzó a jugarle en contra al propio Sha. Gran parte de los estudiantes iraníes, incluso varios que se encontraban en el exterior, reclamaban mayor participación, algo que jamás se les otorgó en tiempos de la monarquía Pahlevi. Esto generó un gran recelo, tanto en los sectores políticos distintos a los del gobierno como también en los estudiantes universitarios.
Las reformas introducidas por los Pahlevi en lo referente al sistema y poder judicial también afectaron enormemente a grupos tradicionales de poder. Antiguamente todo tipo de disputa legal y jurídica, principalmente en las regiones rurales, que ocupaban cerca del 75% del país, se resolvían de acuerdo a miembros del clero o en su defecto por personas designadas por el clero. Al implementarse el nuevo sistema judicial y las casas de justicia, dichas personas se vieron desplazados de las funciones que realizaron durante décadas. Incluso el cambio afecto de tal forma al clero, en lo referente al sistema judicial, que las personas dejaron de acudir ante una autoridad religiosa para resolver disputas, y comenzaron a hacerlo ante las casas de equidad y justicia, esto fue un cambio abrupto en la sociedad iraní, algo que el clero no dejó pasar. Por otro lado desde un temprano momento un sector del clero comenzó a oponerse al Sha y a sus medidas reformadoras, señalando que estaban destruyendo la cultura y tradición de Irán. Como podrán tener en cuenta estamos hablando del sector conservador.







El sufragio universal fue la base de la reforma electoral impulsada por el Sha de Irán. La inclusión del voto femenino molestó a los sectores más conservadores de la sociedad, históricamente vinculados con el alto clero chiita. 





Las reformas electorales también implicaron grandes problemas para el Sha. Los miembros del clero habían jugado un importante rol en la vida política de Irán, varios de ellos formaban parte en la toma de decisiones, eran los históricos consejeros del monarca y los líderes políticos. Al mismo tiempo eran ellos quienes defendían que el hombre solo tenía derecho a votar y elegir sus representantes, en cambio la mujer no. Claramente podemos observar que el Sha, al introducir la reforma electoral y proclamando el sufragio universal, ingresó en una área donde la palabra del clero unido al de la oligarquía tradicional era demasiado fuerte. Esto generó gran recelo en dichos sectores, los cuales se sumaban a los demás miembros y grupos de poder de la sociedad iraní que perdían poder a causa de las reformas del Sha y su revolución.
La igualdad de género, tanto para votar, como así también las libertades de la mujer no fueron bien vistas por el clero y por gran parte de la sociedad. El hecho que la mujer iraní pudiera salir a la calle sin su velo, que manejara autos, que atendiera a hombres en los hospitales, que formara parte de la administración pública, que pudiera trabajar sin el consentimiento de su marido, sumado a todos los cambios previamente mencionados, claramente fueron demasiado abruptos para el Irán de aquellos años. El Sha llevó a cabo reformas sociales y culturales de  forma demasiado rápida, lo cual enfatizó sus medidas y los efectos en la sociedad iraní. Acontecimientos como la irrupción de la televisión, la practica de deportes occidentales, la apertura de clubes nocturnos y casas de juego en todo el territorio iraní afectó profundamente a los sectores más conservadores de Irán. Sectores sumamente poderosos. El estilo de vida occidental que intentó implementar el Sha en Irán, debemos señalar, distaba bastante de la realidad iraní. A pesar que las ciudades más pobladas y modernas tenían una gran similitud con ciudades occidentales, en el interior del país, territorio mayoritariamente conservador y apegado a la tradición, observó estos cambios como un atropello a su historia y forma de vida. Las personas de las ciudades estaban más acostumbradas al estilo de vida occidental e incluso tenían conocimiento de como vivían en otros países desarrollados, algo que no ocurría al interior de Irán, donde observar que una mujer conducía su auto sin su marido de acompañante, sin su velo y que llevaba a los niños a la escuela, fue un choque cultural enorme y un profundo dolor en los iraníes más tradicionales, que a lo mejor de tener la opción de elegir entre una forma de vida y otra hubieran optado por continuar con los estilos de vida que habían mantenido hasta aquel entonces.
El sistema educativo iraní era bastante deplorable antes de la llegada del Sha Reza al poder. Había en Irán un gran número de analfabetos. Los maestros tendían a no cumplir con sus tareas, y la educación era correcta solo en Teherán y otras ciudades importantes. En general al interior del país la educación también estaba en manos del clero. Los religiosos iraníes eran quienes daban las clases en las áreas rurales y por supuesto su educación eran de acuerdo a lo profesado por su religión. Con la llegada del nuevo sistema educativo el clero se vio nuevamente despojado de una de sus principales funciones, pero por sobre todas las cosas el gran cambio fue ver como dejaron de enseñarse en las escuelas la palabra del profeta y conceptos del Irán tradicional, por temáticas referidas a otras naciones, la forma de vida de las sociedades más avanzadas del mundo y demás. La Reforma también llevó consigo una importante bajada de línea, de acuerdo a la sociedad que el Sha quería formar, extremadamente occidentalizada y desligada del Irán tradicional, no de su historia, pero si de un gran número de cuestiones que el Sha consideraba arcaicas.







El clero chiita fue uno de los grupos de poder más importantes de todo Irán. Su influencia se extendía desde la política hasta la educación. Las reformas llevadas a cabo por el Sha delimitaron su accionar e influencia, algo que molestaría enormemente a dicho sector. Con el tiempo su postura radical hacia el modelo occidental de nación impulsado por el monarca Pahlevi aumentaría.





El Sha también le quito poder al clero chiíta, de a poco los religiosos dejaron de forma parte en el consejo real iraní, sus funciones se vieron reducidas a las formales y protocolares de la religión, su participación en la toma de decisiones desapareció. Todo esto claramente generó un gran recelo hacia el Sha y el grupo de personas que conformaban su gobierno.
Para el ala más conservadora del Islam chiíta se percibía que el Sha estaba aborreciendo la historia y la cultura iraní y que deseaba convertir a Irán en un país de estilo Occidental, es por esto que la lógica imperante durante su mandato fue la de dos partes completamente opuestas, que observaban en el accionar del otro una derrota total de sus propósitos, esto no solo va referido al clero si no que también a la oligarquía terrateniente, al empresariado iraní, a las elites iraníes conservadoras y a los sectores que apoyaban al clero conservador. Pronto esta lógica llevó a que en Irán cada movimiento del Sha sea visto como una derrota total por parte de los sectores opositores, quienes veían en el Sha a un traidor a la cultura persa y a la palabra del Imán Alí. Por parte del Sha, modernizar Irán parecía ser el mejor camino a seguir, de todas formas no se percató de la gran rapidez con las cuales llevó a cabo sus reformas, las cuales en otras culturas llevó décadas, al mismo tiempo que no advirtió al gran número de grupos de poder que estaba desfavoreciendo, y llegada la hora, estos grupos encontraron un punto en común, estamos hablando del punto en común que los había llevado a su debacle, Su Majestad el Sha de Irán.
Como último punto de las causas internas de la caída del Sha vamos a mencionar a los estudiantes universitarios.
Si bien la educación superior y universitaria iraní conservaba puntos fuertes en la cultura iraní, los jóvenes observaron como se cambiaba a gran escala la dirección de la educación en Irán. El clero, que poseía una fuerte influencia en la educación universitaria se vio rotundamente perjudicado, al tiempo que buscó aliarse con los jóvenes universitarios, señalando los crímenes a la cultura persa que estaba llevando a cabo el Sha. El espíritu revolucionario de la juventud iraní, sumado a su frustración para acceder a la toma de decisiones, la vida política y cargos políticos generó un gran sector opositor al Sha, que pronto se organizó en las universidades de todo Irán.
La juventud fue clave para llevar a cabo la Revolución Islámica. El propio Sha lo mencionó en reiteradas ocasiones, como los jóvenes iraníes se vieron tentados por los sectores más conservadores del país. Debemos concluir que la movilización de la juventud formada y con ambición también provoco resquebrajamientos internos en el Irán del Sha, algo que le generaría consecuencias trágicas al gobierno monárquico.
Analizamos a continuación las causas externas de la caída del Sha de Irán. Como hemos mencionado anteriormente el Sha buscó obtener una mayor autonomía para Irán en cuanto a sus relaciones con el resto del mundo. Esto significó ir en contra de los intereses británicos y soviéticos, que tradicionalmente manipularon a las elites políticas de Irán durante los años previos. El avance interno en determinados aspectos iba en contra de los intereses de los empresarios británicos y los políticos rusos. En especial en lo referido al petróleo.







El petróleo iraní fue objeto de puja por diversos grupos de poder durante el reinado del Sha. La relevancia de los actores en pugna alcanzaba a las naciones más importantes del sistema internacional durante este período.





La anglo-iranian, las compañías británicas petroleras radicadas en Irán y los empresarios petrolíferos rusos perdieron gran parte de sus ganancias con la nacionalización del petróleo y la llegada al poder por parte del Sha. Por lo cual vamos a observar que tanto británicos como soviéticos fueron a lo largo del reinado del Sha dos férreos opositores, que en cuanto tuvieron la posibilidad confabularon para derrocarlo.
El control por parte del Estado iraní de las reservas petrolíferas fue otro punto álgido. Antiguamente las compañías extranjeras solían explorar, retirar y refinar el petróleo iraní otorgándole menos del 5% de las ganancias al gobierno iraní. Este era un gran negocio, ya que les permitía a las grandes corporaciones petrolíferas abastecer a los países de Occidente con petróleo iraní sin costos tan altos. Las restricciones impuestas por el Sha y su control del petróleo en Irán cambio rotundamente el comercio petrolífero de esta nación. El Sha controló el petróleo mediante las compañías estatales, él mismo fijaba el precio al cual se comercializaba este bien con otras naciones, e incluso elevaba los precios constantemente. Principalmente luego de la Guerra del Yom Kippur y la Crisis del Petróleo, los precios del barril de crudo se dispararon, y el abastecimiento por parte de las potencias occidentales fue sumamente golpeado. El Sha no se movió de su posición y continuó fijando altas tarifas para las naciones europeas y los Estados Unidos. Claramente las ganancias del petróleo favorecían al Irán, pero al mismo tiempo generaban cierto recelo por parte de importantes grupos de poder extranjeros. También debemos mencionar que era una gran tentación apoderarse del petróleo iraní, varias compañías petroleras buscaron derrocar al Sha en reiteradas ocasiones para poder controlar el crudo iraní y las enormes reservas de este bien existentes en territorio iraní. A medida que el valor del crudo aumentaba la tensión existente entre el gobierno iraní y varias naciones, grupos de poder y empresarios extranjeros crecía. Pronto el Sha divisó que su política petrolífera le estaba otorgando una gran cantidad de enemigos en el extranjero.
Los grupos políticos y las familias tradicionales iraníes que se vieron perjudicadas por la llegada al poder del Sha, en su mayoría exiliados en el exterior, comenzaron a entrar en contacto a medida que la situación en Irán iba cambiando.
Ellos jugaron un papel fundamental para derrocar al Sha, ya que gran parte de estas personas influían en los grupos políticos y religiosos más radicales de Irán. Las familias tradicionales, recordemos, aquellas que habían perdido el monopolio en el control de la tierra y demás sectores económicos, tenían un gran recelo hacia el Sha, era un grupo que observaba como su poder había desaparecido a manos del monarca Pahlevi. Su resentimiento era enorme, no se oponían a Irán, si no al Sha, y como Irán en ese momento estaba fuertemente controlado por el Sha, también atacaron a Irán.
Varios exiliados en el exterior eran miembros religiosos iraníes. Pronto buscaron generar tensión dentro de la sociedad iraní, fundamentando que el Sha estaba destruyendo la sociedad tradicional persa para instaurar en Irán una sociedad occidental. Los religiosos exiliados en el exterior fueron otro de los grupos de poder opositores al Sha más importantes en la caída del régimen monárquico iraní.
Señalaremos el caso particular de la Unión Soviética a continuación. Los soviéticos siempre mantuvieron una política exterior ofensiva dirigida hacia la región del Medio Oriente. Su interés por las rutas que conectaban Oriente con Europa siempre fue un ideal supremo de los rusos, al mismo tiempo su interés por adherir a su esfera de influencia a Irán estuvo constantemente en las mentes de los políticos del Kremlin. Por otro lado, un Irán poderoso, tanto económicamente como militarmente era un peligro latente para Moscú. Al mismo tiempo esto significaba tener en sus fronteras a un aliado central de los Estados Unidos, y esto siempre le molestó a la URSS.
Se ha mencionado en reiteradas ocasiones que la Unión Soviética no deseaba apoderarse de Irán, en términos de control político e ideológico, si no que más bien su interés era el de derrocar al Sha, alejar a Estados Unidos de Irán y finalmente apoyar cualquier tipo de movimiento opositor al Sha. La influencia comunista a partir de 1975 en Irán fue en aumento, la URSS mantenía contacto con los grupos políticos clandestinos de corte comunista. Siempre incentivaron a derrocar al Sha. Por otro lado y como ya mencionamos, un nuevo régimen pro soviético significaría poder acceder al crudo iraní a un menor precio.
Finalmente, en cuanto a lo que concierne a las causas externas, debemos mencionar a los Estados Unidos de América.







Las mujeres formaron parte de los Ejércitos de Salubridad e  Higiene y cada vez más comenzaron a tener un rol fundamental dentro de la sociedad iraní. Esto fue objeto de constantes críticas por los fundamentalistas conservadores.





Para los Estados Unidos el Sha siempre fue una figura bastante particular. No era el tradicional aliado, pero tampoco se lo podía dejar solo por momentos. Si ponemos en la balanza, para los Estados Unidos, luego de un tiempo, el Sha comenzó a ser más una molestia que un aliado. La política petrolífera del Sha era una gran traba para el abastecimiento de petróleo dirigido hacia los Estados Unidos. El Sha era un arma de doble filo, que con el tiempo podía arrastrar a los Estados Unidos hacia una situación límite, en una región que durante la Guerra Fría tendió a ser conflictiva.
Es por esto que Washington tenía bien en claro que el Sha les podía traer mayores problemas en el futuro. Recordemos que Estados Unidos se encontraba durante la década de los '70s en la recta final de su estrategia en el Sudeste Asiático, principalmente en lo que refiere a Vietnam. Luego de 1975 la política exterior norteamericana se replanteó fuertemente hasta donde apoyar a sus aliados, quienes eran aliados importantes, quienes podían ser dejados de lado y por último también recibieron críticas por parte del resto de la comunidad internacional, que observaba con la caída de Saigón como Estados Unidos perdía uno de los aliados a los cuales más había apoyado durante cerca de 15 años.
¿Por qué iba Estados Unidos a empantanarse en Medio Oriente para defender al Sha? Una vez iniciados y expandidos los movimientos opositores en Irán ¿que podía hacer Estados Unidos? Claramente la mejor opción era no intrometerse.
Es cierto que la Crisis de los rehenes y la toma del personal diplomático norteamericano en Teherán produjeron acciones por parte de Estados Unidos. El intercambio de material bélico por los rehenes norteamericanos fue un tema central de agenda. Por otro lado el gobierno de Carter se vio enormemente afectado por la crisis, el accionar llevado a cabo por los demócratas en el poder no pudo controlar una toma de rehenes que terminó en el primer encuentro norteamericano con el Islam Radical. Pero las consecuencias de la Revolución Iraní para Estados Unidos no es nuestro tópico, es por esto que regresaremos a nuestro tema central.
Teniendo en cuenta los intereses, los costos y el petróleo, Estados Unidos se volcó por dejar en manos del Sha la situación de su país. Esto significó un golpe moral para el Sha, quien hasta el último momento creyó que Estados Unidos iba a acudir en su ayuda en caso que la situación se le desbordara de las manos. Estados Unidos no estaba dispuesto a esto, incluso sus grupos de poder económico se verían favorecidos por la caída del Sha, ya que esto significaría acceder al petróleo iraní a un menor precio.
La coyuntura internacional también tuvo incidencias en Irán. Luego del Mayo Francés y el activismo juvenil en diversos estados, como puede ser en el caso de los Estados Unidos en contra de la Guerra de Vietnam, incrementó. No solo su pedido por ser escuchados, si no que también ahora los jóvenes comienzan a involucrarse en la política. Del desencanto a las esperanzas de poder cambiar la realidad su nación, los estudiantes universitarios comienzan a ser un actor a tener en cuenta. En el caso de Irán, la juventud, principalmente universitaria, va a ser central, como ya hemos visto. Su involucramiento estuvo relacionado a causas internas, pero podemos agregar que la coyuntura exterior también generó que estos movimientos sean más proclives a la participación de grupos de manifestantes.







La Familia Imperial Iraní durante el mandato del Sha Reza Pahlevi. El lujo bajo el cual vivía la monarquía iraní generó el recelo de vastos sectores sociales. Por su parte el clero señalaba que la ostentación y el lujo iban en contra de los preceptos expresados por el Islam, algo que con el tiempo conllevo a que la Familia Imperial iraní sea vista como una monarquía que imitaba a sus homólogas de Occidente.





Desde el punto de vista geopolítico, la salida de los Estados Unidos de América del Sudeste Asiático, no solo en 1975 con el fin de la Guerra en Vietnam, si no también con su posterior retiro de acciones en Camboya (que para este momento se encontraría el la fase final del accionar de los Khmer Rouge), condicionó su posicionamiento en las diversas áreas de influencia. Vietnam dejó heridas abiertas que tardarían en cerrar, sería bajo todo punto de vista, inconcebible un nuevo involucramiento en otra región, en especial una región tan álgida como lo ha sido durante la Guerra Fría el Medio Oriente. Este replanteo por parte de Washington sepultaría todo tipo de posibilidades de ayuda hacia el régimen del Sha de Irán. Por otro lado, vamos a observar que la Unión Soviética, quién durante los ‘70s realizó un gran apoyo hacia los partidos de izquierda en Irán, mantiene una posición pasiva frente a los acontecimientos que se desarrollaban en Irán. Para Moscú no era un beneficio adentrarse en Irán, su táctica de apoyo hacia los grupos disidentes desde las sombras parecía ser la mejor salida en su estrategia por derrocar al Sha. Ahora bien, ¿qué hay del resto de los estados centrales? Tanto Francia como el Reino Unido tenían conocimiento del accionar que llevaban a cabo la URSS, Estados Unidos, los grupos fundamentalistas locales y quienes apoyaban a estos últimos. En parte no podían intrometerse como lo hacían en siglos pasados, pero también debemos señalar que para ellos la caída del Sha era un beneficio, puesto que esto significaría negociar el precio del barril de crudo con nuevos actores poco experimentados en políticas petrolíferas. Sacar al Sha significaba quitarle a Irán el poder de establecer límites a los países occidentales en su abastecimiento de petróleo. Los días del Sha estaban contados, habían quedado encerrado en la lógica de su propio juego. El petróleo, bien que le había otorgado importantes beneficios a su dinastía y nación ahora lo traicionaba, ya que quienes él creía que eran sus aliados, eran en verdad naciones que perseguían sus propios intereses, primordialmente aquellos que giraban en torno al petróleo.





Conclusiones parciales de la Unidad.





Como hemos analizado en la presente Unidad, las reformas agrarias introducidas por el Sha perjudicaron a la aristocracia terrateniente tradicional de Irán. Las reformas fueron radicales y le generó una rápida pérdida de poder a estos grupos, quienes no tuvieron posibilidad de negociar. Como también hemos mencionado, varias de estas familias debieron exiliarse en el exterior.
La legislación laboral afectó al empresariado iraní. La repartición de las ganancias con los empleados, fomentada desde el Estado a través de diversas leyes, provocó el recelo de este sector corporativista.
Centrándonos en lo que refiere al sistema político hemos visto que el sistema de partido único del Sha le terminó generando fuertes cuestionamientos. La oposición a nivel interno tenía un justificativo para estar aliada en contra de la figura del Sha, la poca participación política y principalmente en lo que refiere a participación en la toma de decisiones fueron algunos de los puntos centrales del malestar político en Irán hacia los últimos años del Sha en el poder.
Como ya hemos analizado, tanto las reformas en el poder judicial como en el sistema electoral perjudicaron al clero iraní, sector que tradicionalmente ejerció una importante influencia en estas áreas, ahora se veía desplazado de sus funciones por un estado centralizado que les recortaba su accionar.
La igualdad de género, con inclinaciones occidentales, impulsada por el Sha fue llevada a cabo de forma ligera. Esto provocó tensiones dentro de la sociedad iraní. Hemos analizado las problemáticas a nivel interno y como en áreas rurales y más tradicionales esto fue un aspecto negativo de la Revolución Blanca. Podemos concluir que esta medida impulsada por el Sha fue otro condicionante que gestó el malestar social que luego lo terminaría derrocando.
Las reformas en el sistema educativo trajeron innumerables beneficios para la nación, pero lo cierto es que generaron la misma lógica de suma cero que las demás reformas. Todo lo que ganaba el Sha era en detrimento de un sector tradicional de poder, en este caso del clero chiíta, quienes históricamente se habían ocupado de la educación en Persia y posteriormente en Irán. Como podemos observar, el clero iraní fue uno de los sectores tradicionales más golpeados por las reformas del Sha Pahlevi, y no es un dato menor el mencionar que es este grupo de poder quien fuera el más poderoso de la nación durante siglos.
Las restricciones al poder del clero chiíta también empeoraron la situación interna. Para el Sha cualquier tipo de participación en la toma de decisiones era inconcebible, es por esto que limitó el accionar del clero en la vida política de Irán. Algo que le costaría caro hacia fines de los años ‘70s.
Finalmente observamos dentro de las características internas de la caída del Sha el accionar de los estudiantes universitarios. Este importante sector que crecía cada vez más vislumbró en las políticas del Sha el asesinato de su cultura, algo que los llevó a terminar dentro del mismo bando que los sectores más conservadores de la nación, entre los cuales se destacan el clero chiíta.
Al analizar las características externas de la caída del Sha mencionamos su política petrolera. Esta iba en clara contraposición con los intereses de corporaciones petroleras extranjeras y de las principales naciones industrializadas que se beneficiaban del petróleo iraní.
Las familias exiliadas en el exterior, las cuales habían perdido poder a manos del Sha, fueron otro actor sumamente relevante para comprender la caída del Sha. Su articulación desde el extranjero para poder generar tensiones internas en Irán, pero por sobre todo, su rol de enlace entre los grupos de poder opositores al Sha que se encontraban en Irán y los opositores al Sha en el extranjero, fueron fundamentales.







El Sha consideraba a los Estados Unidos como un aliado de primer orden, que siempre acudiría en su apoyo. Con el tiempo, esta nación demostró que sus intereses en Irán estaban más enfocados al petróleo que al apoyo a un monarca que profesaba ideales muy divergentes a los norteamericanos. Las grandes corporaciones petroleras y automotrices, sumadas al gobierno, comenzaron a dejar de lado al Sha, quién para fines de los '70s era más un estorbo que un beneficio.





Explicamos el accionar de la URSS, nación que históricamente tuvo intereses de primer orden en Irán. Su apoyo a los grupos subversivos internos y al clero iraní fueron importantes, pero como mencionamos, su accionar fue sigiloso y se llevó a cabo en las sombras.
Por parte de los Estados Unidos observamos clivajes internos en cuanto a la posición de apoyo hacia Irán. Los grupos de poder norteamericanos y las grandes petroleras eran férreos opositores al Sha, pero por otro lado el poder político estadounidense comenzó a ver en el Sha un aliado que los arrastraría hacia otra crisis, algo que la nación buscó evitar a toda costa.
Finalmente desarrollamos la coyuntura internacional. Un momento de importantes cambios, donde las manifestaciones y los cuestionamientos a los regimenes políticos se acentuó. Irán no fue una excepción, pronto los grupos de poder comenzaron a reunirse para llevar a cabo una estrategia de derrocamiento al poder monárquico de los Pahlevi.
Podemos concluir luego del análisis llevado a cabo en la presente Unidad, que el Sha de Irán llevo a cabo reformas rápidas y radicales, las cuales afectaron tanto a grupos de poder internos como externos. La visión hegemónica de este monarca persa configuró un sistema totalitario donde los actores históricos y también los modernos quedaron excluidos de cualquier tipo de participación en los proyectos de nación que se habían desarrollado para Irán. El recelo generado por estos grupos sumamente poderosos culminó en la construcción de un camino hacia una única salida, la unión generalizada en oposición al Sha. Los grupos que hemos analizado a lo largo de este trabajo tenían en común su pérdida de poder y funciones a manos del Sha, por lo cual entendieron que al aliarse podrían derrocarlo y posteriormente regresar al control de sus centros de poder. Los iraníes opositores al Sha buscaron por todos los medios generar alianzas con naciones y grupos corporativistas extranjeros, los cuales también tenían en el Sha a un férreo enemigo. Pronto el Sha terminó encerrado por sus propias reformas, las cuales eran unilaterales y unidimensionales, es decir estaban dirigidas a destruir a los grupos de poder que durante siglos habían controlado y ejercido influencia sobre su nación. Al aliarse tantos sectores poderosos, los días del Sha en el poder estaban por llegar a su fin.







La otra superpotencia de la Guerra Fría también tuvo sus intereses sobre Irán. La Unión Soviética vislumbraba en el Sha un obstáculo para los mismos. Su accionar "teóricamente" pasivo yacía en el apoyo financiero, ideológico y táctico a los partidos y grupos comunistas al interior de Irán.





La Revolución Islámica.





Hacia fines de los años ‘70s las manifestaciones populares en contra del régimen monárquico aumentaron considerablemente. Tomando las herramientas obtenidas en la pasada Unidad podemos apuntar que la lógica de suma cero en el Irán continuó. Es decir, no se buscaba que el Sha impulsara cambios, si no que se buscaba la renuncia del Sha y la instauración de un nuevo sistema en esta nación. Podemos visualizar que la oposición fomentaba estas manifestaciones, pero también cabe señalar que una gran cantidad de personas acudía debido a los serios problemas en los cuales se encontraba sumergida la sociedad iraní. La convulsión social iba en aumento, y las reformas impulsadas por el Sha hacia estos últimos meses no tuvieron ningún tipo de efecto positivo, solo fueron funcionales para que la oposición aumentara sus críticas hacia la figura del Sha.
Al ver que sus medidas no surtían efecto, el Sha radicalizó su postura. La represión generalizada en Irán fue una variable que perduraría hasta 1979. Destacamos en este proceso a la Agencia de Inteligencia Iraní, la cual se ocupó de perseguir tanto a los opositores al Sha como a intelectuales iraníes, quienes se veían acusados de incentivar estas manifestaciones. Los métodos empleados por las agencias de espionaje del Sha fueron terribles, en varios casos llevando a cabo sustanciales violaciones a los Derechos Humanos, tales como la tortura, secuestro de personas, privación de la libertad sin juicio justo, entre tantas otras.
Al aumentar cada vez más la tensión interna, el accionar de las agencias de inteligencia no fue suficiente. El Sha no pudo esconder más en las sombras las persecuciones a la oposición, por lo cual la utilización de las fuerzas policiales y de las fuerzas armadas iraníes se implementó. La represión ahora se encontraba en su etapa cumbre.
Debemos añadir a toda esta situación, el accionar generado por el clero chiíta. Desde Francia, el Ayatola Jomeini fue uno de los líderes que impulsaba las manifestaciones. Sus seguidores en Irán gestaban actividades opositoras al Sha, el reclutamiento de personas y el incentivo de protestas en diversas regiones del país fueron claves para que este grupo de poder lograra derrocar al Sha. Jomeini se encontraba en Francia ya que disponía de exilio, con la imposibilidad de regresar a Irán.







El Ayatolá Seyyed Ruhollah Musavi Jomeini fue uno de los principales líderes de la Revolución Islámica. En la imagen lo podemos observar a su regreso a Teherán, luego del exilio que debió experimentar durante los años del Sha Reza. Jomeini supo ser uno de los líderes religiosos más importantes de Irán, vinculado al sector más conservador del clero chiita. 





La laxa postura de los Estados Unidos de América la vemos representada en el pedido del presidente Carter para que el Sha impulsara cambios políticos. Lo cierto es que era muy tarde, y lo que menos necesitaba el Sha era generar cambios a último momento, él se encontraba convencido que iba a ser capaz de reprimir las manifestaciones. Pronto la situación en Irán empeoró. Los sectores religiosos ganaron fuerza junto a los comunistas iraníes, acallados durante décadas. Exigían la renuncia del Sha y la instauración de un nuevo régimen. Los grupos de poder extranjeros miraron hacia otro lado durante todo este proceso, sabiendo que la caída del Sha era prácticamente un hecho consolidado. El Sha de Irán terminó acorralado. Los fundamentalistas islámicos dominaban para fines de 1978 la situación en Irán. Las manifestaciones habían llegado a Teherán. Las últimas imágenes públicas del Sha mostraban a un hombre sumamente temeroso frente a la situación por la cual atravesaba su nación. Sabía que el fin había llegado y por más que buscara mostrarse ante las cámaras de televisión de emisoras extranjeras con gran calma, en el fondo demostraba inquietud por saber cuando llegaría su fin.
Los últimos bastiones de poder leales al Sha, entre los cuales se destacaba el ejército, continuaron peleando hasta el final, pero lo cierto es que las cifras de muertos aumentaba de a cientos cada día, y las manifestaciones se habían establecido en toda la nación. A tales efecto, para la segunda mitad de Enero del año 1979 el Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi debió afrontar la situación critica por la cual atravesaba su nación, y sabiendo que era él a quienes buscaban los revolucionarios dimitió de su cargo y se exilió en el extranjero. El 16 de Enero sería la fecha en la cual el Sha abandonaría Irán para no volver jamás, pero quien sí regresaría sería Jomeini, que lo haría para comienzos de Febrero. El líder religioso llega a Teherán para cuando la revolución ya estaba consolidad. La instauración de la República Islámica, comandada y dirigida bajo los principios de la ley eclesiástica musulmana tomaría lugar en los siguientes meses. La misma fue llevada a cabo luego del famoso referéndum, donde se ha señalado que más del 99% de los iraníes votaron a favor de dichas medidas. Lo cierto es que la República Islámica se comprende por la revolución, y ¿por qué se llevó a cabo una revolución? Justamente por la lógica que había instaurado el modelo de nación de los Pahlevi. Era inconcebible continuar, para los grupos de poder que participaron de la Revolución, con las premisas del Sha, o con una monarquía. La única salida para ellos era destruir cualquier vestigio del reinado del Sha y comenzar bajo el marco legal de un nuevo sistema político, más aferrado al fundamentalista islámico y consagrado a destruir la occidentalización generada en las últimas dos décadas. Esto solo se podía llevar a cabo mediante un estado conservador islámico regido por la Sharia al Islamiya.
Los meses por venir traerían consigo la designación de un nuevo sistema legal y jurídico en Irán, las elecciones de gobierno, la consolidación de los fundamentalistas religiosos en el poder y finalmente la posterior guerra entre Irak e Irán. Podemos mencionar por otro lado que la Revolución también trajo consigo elementos que condicionarían la Segunda Crisis del Petróleo. Esto es importante ya que nos demuestra la fuerte correlación del poder político con el petróleo en Irán.
Luego de pasar por los Estados Unidos, México, Marruecos, entre otros, Mohammad Reza terminaría estableciéndose en Egipto para su exilio, donde fallecería hacia el años 1980. El último Sha de Irán pasaba a la historia. Una historia que configuró la vida de Irán a lo largo de la Guerra Fría, tanto durante sus años en el poder como luego de la Revolución Islámica.





Conclusiones parciales de la Unidad.





Hemos visto como el reinado del Sha de Irán llegó a su fin con la Revolución Islámica y la posterior instauración de la República Islámica de Irán. Los acontecimientos que tomaron lugar durante los últimos años de la década del ’70 claramente son una representación de la situación generada durante todos los años que el Sha se consolidó en el poder. Era comprensible que una revolución de dichas proporciones tomara lugar, Irán era una nación sumergida en una profunda crisis interna, con la lucha de dos sectores completamente antagónicos, y que comprendían que la única salida a la crisis era la destrucción total del otro. El Sha perdió tiempo creyendo que sofocaría las manifestaciones con medidas, para cuando llamó a la represión, las principales ciudades de Irán se encontraban en una profunda crisis social, y por otro lado, la prensa internacional ya transmitía los métodos utilizados por el Sha para reprimir, a todo el mundo. El Sha Reza confió en aliados que estaban más a favor de su petróleo que de su monarquía, pronto los fundamentalistas islámicos deslizaron por Irán su propuesta de gobierno, la cual para muchos sectores era el mejor camino para derrocar al Sha. Jomeini, el clero chiíta, los grupos políticos de la izquierda, los estudiantes universitarios y los exiliados iraníes durante los años del Sha fueron los principales actores de la Revolución Islámica. Una revolución que sería distinta a las vislumbradas previamente, ya que sería la primera de corte radical fundamentalista en la región del Medio Oriente, con una seria oposición a la postura y cultura occidental, y que terminaría dirigiendo al Irán hacia el extremo opuesto en el cual se había desarrollado durante los años de la dinastía Pahlevi.







Las manifestaciones populares en contra del Sha y su régimen fueron una constante durante todo el transcurso de la Revolución Islámica.




  
Conclusiones finales del trabajo.




  
Hemos desarrollado a lo largo del presente trabajo la historia moderna del Irán. Analizamos los cambios políticos, económicos, sociales, de régimen y los remitidos a su política exterior. Todo esto se ha realizados a fin de poder explicar la caída del Sha de Irán. Creemos que es indispensable conocer la historia de esta nación y como la monarquía de los Pahlevi llega al poder en un momento crítico de la historia persa. Hemos explicado el mandato del Sha Reza y todas las reformas que llevó a cabo. De la misma forma desarrollamos el posicionamiento en el sistema internacional por parte de Irán al mismo tiempo que analizamos el accionar de las principales potencias a lo largo de todo el trayecto histórico comprendido en esta obra, remitidas a Irán. Luego del desarrollo llevado a cabo hemos arribado a las siguientes conclusiones.
Históricamente Irán tuvo una gran influencia por parte de Rusia y de Gran Bretaña. Esto condicionó su situación interna. Al mismo tiempo, ambas potencias desarrollaron objetivos específicos en Irán, varios de los cuales perdurarían en el tiempo.
Con el descubrimiento del petróleo, Persia vislumbra un nuevo futuro. Durante las primeras décadas el petróleo sería un objetivo central de naciones y corporaciones extranjeras, las cuales tomarían el control del mismo. La lógica y la importancia del petróleo, al igual que su vinculación con el poder político y los clivajes dentro del mismo, continuarían hasta la instauración de la República Islámica (continúan incluso hoy día), y se expandirían por todos los reinados de la dinastía Pahlevi.
La Primera Guerra Mundial fue un acontecimiento que claramente influyó en Persia. Otra vez observamos como los clivajes externos condicionaron luchas internas de poder. Dentro de estas, la figura de Reza Khan va a ser central, llevando al posterior derrocamiento de la Dinastía Khadjars e iniciando el reinado de los Pahlevi.
La Segunda Guerra Mundial también tuvo correlación en Irán. A pesar de la neutralidad buscada por el Estado iraní, la nación era un punto estratégico en el conflicto mundial desarrollado durante los años ‘40s. Comprendemos dicha importancia al tener en cuenta la doble invasión sufrida por Persia.
Mohammad Reza surge como nuevo monarca en Persia. El Sha Reza va a buscar mantener una línea en cuanto a la continuación de medidas impulsadas por su padre.
El Sha Reza llevó a cabo importantes medidas en lo que respecta a tierras, impulsó a su vez la reforma agraria, la reforma del Estado y la reforma administrativa, bajo un nuevo rol del Estado en la vida pública iraní se buscó llevar a acabo estas reformas. El pilar y sostén fundamental de las mismas fue, como hemos visto, el petróleo.







La Torre Azadi (centro de la imagen) fue durante la Revolución Islámica de 1979 uno de los puntos de encuentro para los manifestantes opositores al Sha. Si bien esta obra arquitectónica fue construida durante los años del Sha, la misma se preservó como un símbolo del triunfo de la Revolución y la posterior instauración de la República Islámica. 





La Revolución Blanca se llevó cabo por Su Majestad el Sha con el fin de reformar Irán y poder insertar a su estado dentro del concierto de naciones modernas.
De acuerdo a lo expuesto en la Unidad 3 se han desarrollado las causas internas y externas de la caída del Sha. Aquí observamos como cada reforma llevada a cabo rompió con la lógica tradicional de poder establecida en Irán desde hacía más de dos siglos, condicionando a los grupos de poder aferrados a las mismas. Los clivajes entre el Sha y los grupos tradicionales de poder serían un factor central en la posterior caída de la monarquía iraní. Observamos también, a la hora de analizar las causas externas, el rol jugado por corporaciones extranjeras, iraníes exiliados en Europa y Oriente, y de las grandes potencias de la Guerra Fría. El accionar de dichos actores configuró una profunda crisis en el mandato del Sha, quién observó como sus enemigos y detractores se expandían por fuera de sus fronteras, siendo varios de estos, Estados nacionales sumamente poderosos.
Desarrollamos la llegada de la Revolución Islámica, y los cambios impulsados por nuevos viejos actores que durante décadas habían sufrido exclusión por parte de poder dinástico de los Pahlevi. La Revolución tuvo una profunda índole en Irán y generó cambios estructurales que también repercutirían en el sistema internacional.
El Fundamentalismo Islámico llegaría al poder el Irán, instaurando un nuevo tipo de régimen estrechamente vinculado con la religión chiíta.
El fin del Sha en Irán se comprende a través del análisis del proceso histórico atravesado por dicha nación desde fines del siglo XIX, los cambios impulsados en Irán y como los actores internos y externos lucharon por controlar sectores estratégicos en todas las dimensiones. Su lógica de juego vinculada a un control absoluto conllevaron a la posterior revolución que radicalizó a la nación. Los cambios abruptos impulsados por el Sha a mediados de los ‘40s y ‘50s serían suplantados por otros cambios revolucionarios a fines de los ‘70s y comienzos de los ‘80s. Esto nos demuestra que la lógica de suma cero imperante en el Irán de la post guerra fue demasiado rígida, al punto que solo permitió generar cambios de forma no consensuada y radical, en términos de suplantación de proyectos nacionales, los unos destruyendo totalmente a los otros.





Tomás Vera Ziccardi.





* La totalidad de la presente obra "La caída del Sha de Irán", tiene sus Derechos Reservados al Señor Tomás Vera Ziccardi, autor material e intelectual de la misma.