domingo, 15 de junio de 2014

La gran carrera americana.



La gran carrera americana.







Autor: Tomás Vera Ziccardi.




Los Estados Unidos de América nos tiene acostumbrados a disparidades y brechas en varios ámbitos sociales y económicos. Actualmente se ha profundizado la brecha en un espectro sumamente complejo. La crianza y educación de los hijos es una de las herramientas más relevantes con las que cuentan las naciones para desarrollar los denominados "recursos humanos de alto valor" en un mundo donde el capital humano es indispensable para el desarrollo nacional. Las desigualdades entre los diversos sectores sociales en los Estados Unidos se agudiza a la hora de observar el grado de importancia que le otorgan a la formación de sus hijos. A medida que el proceso de ascenso social profundizado en los '60s se consolidó, un importante sector de los denominados blue collar workers experimentó mejoras salariales y en su estilo de vida, lo cual conllevó a que buscaran otorgarle mejores niveles de educación a las próximas generaciones. De esta forma el salto en la escala social experimentado en los '80s y '90s por los hijos de aquellos trabajadores manuales fue evidente. Sus descendientes se encontraban ahora dentro del denominado grupo de white collar workers. Varios de ellos accedieron a posiciones en el nivel corporativo, estatal, educativo y el área de servicios. Lógicamente, al igual que sus padres, buscaron continuar con el progreso social mediante la formación de sus hijos. Dado que el salto de blue collar workers a white collar workers ya se había dado, el siguiente paso sería el ingreso de las próximas generaciones al ámbito educativo universitario y a las posiciones dirigenciales en el sector privado y público. De esta forma, los nietos y bisnietos de aquellos blue collar workers de los '60s y '70s agudizarían el proceso de evolución social.   

Llegado a nuestros días, el mencionado proceso en el apartado anterior ha arrojado resultados adversos, o mejor dicho resultados no esperados. Así como las clases medias y medias altas estadounidenses cada vez invierten más en la educación de las futuras generaciones, las clases bajas se encuentran imposibilitadas de destinar parte de su limitado ingreso a la educación de sus descendientes. Esto no solo agudiza las diferencias entre estratos sociales, también limita las posibilidades futuras de los jóvenes estadounidenses. Tal como veremos en el presente ensayo, el desarrollo educativo condiciona notoriamente los futuros alcances profesionales en una sociedad como la estadounidense, que constantemente precisa producir recursos humanos altamente calificados para competir en la cúspide internacional. En el siglo XXI, la educación se ha convertido en la herramienta más relevante para el desarrollo de los estados independientes. Estados Unidos ha comprendido esto y busca competir al más alto nivel. Es preciso observar el denominado proceso de parenting y cómo los futuros líderes estadounidenses son considerablemente influenciados desde jóvenes mediante el sistema educativo. Después de todo, Estados Unidos evidencia cómo otras naciones destinan cada vez más recursos a la formación educativa y profesional de sus sociedades. La competencia ha comenzado hace largo rato, pero se ha tornado más compleja en años recientes. No solo se han sumado nuevos competidores, también se han elevado los estándares. Estados Unidos de América se prepara porque hoy más que nunca es preciso retomar las riendas de la "Gran carrera americana". 

Aquello que ha sido señalado en varias oportunidades como "sobreprotección" por parte de clase media estadounidense parece hoy tener bastante sentido. La preocupación por el futuro de los hijos ha pasado a ocupar los primeros puestos en la escala de prioridades de las familias estadounidenses. Con el fin del Estado de Bienestar, las garantías de un futuro prospero se diluyeron, dando lugar a incertidumbre laboral y profesional. Una breve carrera universitaria seguida de 30 a 40 años ininterrumpidos de trabajo para una misma compañía son estrategias solo aplicables al pasado, hoy día el mercado laboral estadounidense se ha tornado más complejo y demandante. Más y mejor estudio es igual a mayores posibilidades de acceso a un futuro estable y próspero. Los padres estadounidenses no tienen garantías que sus hijos obtendrán un buen futuro, mucho menos que lograrán asegurarles un lugar estable de trabajo. Ese futuro idílico que experimentaron ellos parece haber llegado a su fin. De igual forma, las herramientas a utilizar han cambiado. Esta pronta necesidad de adaptarse a la cambiante realidad ha empujado a millones de padres de la clase media estadounidense a centrar sus esfuerzos en la educación y formación de sus hijos. 







Las nuevas demandas del mercado y la sociedad estadounidense han llevado a que la clase media centrara sus esfuerzos en la formación y educación de las futuras generaciones. En consonancia con lo desarrollado por generaciones previas, el énfasis se ha puesto en el ascenso social mediante la formación educativa y profesional.





A pesar de lo expresado en última instancia, el constante ascenso social llevado a cabo desde los '60s en adelante por varias familias estadounidenses parece llegar a un punto donde o bien la movilidad se realiza a pasos menos agigantados o se presenta la imposibilidad de llevarla a cabo en una sola generación. Esto es lo que ha sido denominado como el "cuello de botella". El salto a la siguiente instancia no solo se dificulta porque hay menos espacios disponibles, también se da porque las exigencias son elevadas. La selección es voraz, solo los mejores podrán acceder a los mejores escalafones sociales. Es comprensible que nadie desee retroceder en la escala social, si lo focalizamos en dicha cuestión, se evidencia la presión familiar y social para el triunfo generacional. 

Previamente se mencionó el cambio en las pautas y normas del juego. Ello implicó la necesidad de cambiar las herramientas y estrategias a aplicar, de todas formas no explica del todo la cuestión de fondo. Al tornarse más complejo el futuro, prevalece la incertidumbre. Dicha incertidumbre es fundamental remitida a saber a qué se enfrenta uno. Las familias estadounidenses no tienen certeza del futuro, desconocen a qué se van a enfrentar, por lo cual la mejor estrategia a adoptar es la de un abordaje multidimensional, es decir con herramientas que les permitan reducir al máximo todo tipo de riesgos. La educación multidimensional siempre ha sido relevante en Estados Unidos, sin embargo hoy día cobró mayor fuerza. Se debe tener en cuenta que también existe una exigencia por parte del propio sistema. El mercado laboral ha ampliado las demandas. Los jóvenes precisan tener estudios de posgrado, conocimiento técnico específico, conocimiento de idiomas y sobre la realidad de otras naciones (en gran parte porque puede tratarse del destino en el cual se desempeñen a través de las grandes multinacionales o el propio estado estadounidense). De igual forma que las demandas extensivas cobran forma, se agudizan las intensivas. El mercado estadounidense está premiando a los graduados de universidades con mejor posición en el ranking nacional e internacional. Esto lleva a que los ingresos a las universidades sean más competitivos que en otras décadas. En conclusión, tenemos jóvenes que desde temprana edad son preparados por sus padres para ingresar a las universidades de élite, se preparan para ubicarse dentro de las mejores posiciones nacionales, al mismo tiempo que no restringen su conocimiento, actualmente nos enfrentamos a una generación que cuenta con conocimiento de chino mandarín, español, realidad social y política europea y latinoamericana sumado a experiencia educativa en otras naciones. 








Los estratos sociales medios y altos han posicionado a la educación de sus hijos en la cúspide de la escala de valores. En contraposición, las clases sociales bajas no logran destinar la misma cantidad de recursos a la educación. A medida que se exacerba dicha tendencia aumenta la denominada "educational gap" entre clases sociales.





Si bien lo explayado en los previos aparatados representa la realidad educativa estadounidense, lo hace de forma parcial. No todos los alumnos alcanzan dichos estándares. No todas las familias logran que sus hijos ingresen a las universidades del país (sin importar su ubicación dentro del ranking). Tal como se ha mencionado previamente, la brecha educativa en la sociedad estadounidense es amplia. En su edición de Agosto del presente año, la prestigiosa revista británica The Economist publicó un artículo titulado Choose your parents wisely (Parenting in America), donde contrapone la formación y situación educativa de familias en dos ciudades rotundamente divergentes: Bethesda, Washington D.C y Cabin Creek, West Virginia. Las familias formadas en los niveles más elevados influyen sobre sus hijos para que los mismos ingresen a las mejores posiciones en universidades nacionales. Centran sus esfuerzos en la formación y educación de los mismos. La inversión promedio de las familias de Bethesda duplica a las de Cabrin Creek. A ello hay que sumarle el trasfondo social. La tradición educativa se encuentra presente en las primeras, mientras que en las segunda menos del 6% de los padres poseen estudios de posgrado, por citar un ejemplo. El ambiente en el cual se desenvuelven ambos modelos de futuros ciudadanos difiere rotundamente, el concepto de triunfo social que ambos premian será divergente. El análisis realizado por The Economist deja en evidencia las diferencias entre ambos modelos sociales. Las clases bajas no pueden invertir en igual condiciones financieras y temporales que las clases medias en la educación de sus hijos. Definitivamente ello contribuye a una disparidad que se traduce a un incremento en la brecha social. En última instancia, cabe señalar que la propia carrera interna presenta diferencias sustanciales. Los concursantes no solo compiten en desigualdad de condiciones, también poseen identidades socio - culturales que llevan a que su escala de premios sociales sea diferente. Un joven de Cabin Creek posiblemente no logre terminar la escuela secundaria, al igual que sus padres y abuelos, y su objetivo inmediato luego de cumplir 18 años sea el de conseguir un trabajo manual, ubicándose dentro del sector de blue collar workers. En contraposición, el joven nacido y criado en Bethesda, cuyos padres ambos realizaron estudios de posgrado y sus abuelos pertenecieron al sector de trabajadores asalariados de white collar workers, posiblemente sepa que al terminar la escuela secundaria deberá ingresar a la universidad, y una vez terminada la misma tendrá que prepararse para ingresar a la escuela de graduados y realizar un estudio de posgrado. Su formación educativa no solo contó con el apoyo familiar y los cuantiosos aportes financieros de la misma, también posee la meta de continuar con el ascenso en la escala social.







Estados Unidos centra sus esfuerzos en posicionarse como una de las naciones con la mayor cantidad de "recursos humanos altamente capacitados". A dichos fines ha elevado las exigencias y metas de la Gran carrera americana.





El modelo productivo y económico estadounidense precisa de ambos jóvenes, tanto de los de Cabin Creek como los de Bethesda. Ambos son relevantes para la economía nacional, no todos pueden ser white collar workers, y varios deberán ser blue collar workers. Lo que resuena en nuestras mentes es la pregunta ¿acaso el propio sistema establece el futuro de ambos jóvenes? Ello implicaría que el sistema gana mientras imperen dichas condiciones, al mismo tiempo que tiene la capacidad de restringir o facilitar los posicionamientos sociales. La respuesta posiblemente sea sí, pero posee matices. El sistema no es una maquina superior que ordena fichas y las coloca en casilleros de acuerdo a necesidades y funcionalidades. Es algo mucho más complejo que ello. El sistema es el propio entramado social, los ámbitos donde se desarrollan ambos jóvenes, sus familias, comunidades, identidades, las instituciones de las cuales formarán parte, entre tantos otros pilares socio - económicos. Como se ha visto, no solo influye la inversión que destina cada familia, también es relevante es trasfondo social, los estadios previos alcanzados por la familia, las motivaciones, el impulso social, las metas y objetivos que tanto jóvenes como padres establecen y los proyectos largoplacistas. Para algunos la crianza y formación de los hijos lo es todo, porque han entendido que la educación es la llave al futuro en una sociedad que cada vez se torna más compleja y premia a quienes lograron alcanzar el academic success. Los padres modernos de la clase media estadounidense tienen presente que existen riesgos no experimentados previamente en otros momentos. Ellos afrontan preocupaciones que para sus padres eran inexistentes. Así también se ha visto que para otros padres las posibilidades de invertir en educación son escasas. Allí también juega un rol primordial la formación de las generaciones previas y el lugar donde hayan situado a la educación dentro de la escala de valores. Las metas largo y cortoplacistas también tienen su grado de injerencia. Las diferencias son notorias, pero también lo son las remitidas al familiar background. Retomando la línea de otros párrafos, tanto el sistema como la inversión y dedicación familiar a la crianza de los hijos juegan papeles centrales. Para unos la salida es a través de la educación, para otros es secundaria. Lo cierto es que la Gran carrera americana no se toma descansos, no conoce de pausas y tampoco espera a  quienes se quedan rezagados. La respuesta aparentemente la podemos encontrar en los objetivos nacionales. Así como las familias poseen determinadas metas para sus descendientes, también lo hacen las naciones. A lo mejor la gran carrera americana es tan solo una de las faces de la carrera mundial por el predominio global. Aquello que queda claro es que Estados Unidos tiene interés en desarrollar al máximo sus recursos humanos a la hora de competir contra potencias consolidadas (Japón, Alemania o el Reino Unido) y otras en proceso de consolidación (RPC, India o Brasil).





                                                                            Tomás Vera Ziccardi.





* El presente trabajo es obra material e intelectual del Señor Tomás Vera Ziccardi. Los derechos de dicha obra quedan estrictamente reservados a TVZC® por expreso pedido del Autor.


martes, 10 de junio de 2014

Comercio Exterior Chileno.



Comercio Exterior Chileno.







Autor: Tomás Vera Ziccardi.





Introducción.





La República de Chile ha logrado posicionarse a lo largo de las últimas décadas como una de las principales economías de América Latina. Su desarrollo económico ha tenido un sustento fundamental en el comercio exterior, lo cual le permitió a Chile convertirse en un notorio socio comercial no solo para naciones y asociaciones regionales, también para naciones extraregionales. Actualmente Chile es una de las naciones latinoamericanas con mayor presencia en los mercados internacionales. Dicha tendencia que ha sido profundizada gradualmente desde los años '90s actualmente ha logrado abrir nuevos acuerdos comerciales y le permitió a la nación trasandina ingresar a regiones clave para el comercio global. 

El período de la transición democrática hacia fines de los '80s - comienzos de los '90s inició una nueva etapa para Chile. Con el paso de los años se profundizaron las relaciones con los mercados centrales, destinos históricos de las exportaciones chilenas, tales como los Estados Unidos y la actual Unión Europea, sin embargo también fueron fundamentales los acuerdos alcanzados con el MERCOSUR y el crecimiento comercial con naciones como Brasil y Argentina. Alejándonos de los '2000s observamos una escisión en la política comercial chilena, a la par del fortalecimiento del comercio exterior con los mencionados destinos (NAFTA, UE y MERCOSUR), Chile inicia importantes acuerdos con naciones con las cuales no había mantenido sustanciales nexos comerciales y comienza a configurar interesantes acuerdos marco con varias naciones.








La República de Chile es una de las naciones más importantes de América del Sur. Durante los últimos 25 años su comercio exterior ha atravesado por cambios profundos. Comprender los principales lineamientos de dicho proceso es fundamental a la hora de buscar respuestas al desarrollo económico de la nación trasandina.





Gran parte de lo que hemos descrito hasta aquí: evolución comercial desde el período de transición democrática, fortalecimiento del comercio bilateral con los Estados Unidos y la Unión Europa, la importancia de las relaciones comerciales con el MERCOSUR y la expansión comercial hacia nuevos destinos y bajo nuevos lineamientos (donde priman los acuerdos con los denominados "destinos no convencionales" y las negociaciones para acuerdos comerciales entre varias naciones) forma parte de los principales pilares comerciales de la República de Chile durante los últimos 25 años. Tomando en cuenta esto, nuestro interés en el presente informe es analizar los cuatro pilares fundamentales a fin de ampliar la comprensión sobre el comercio exterior chileno, pieza fundamental de su performance y actual situación económica. A dichos efectos, hemos recurrido a las fuentes oficiales del Estado chileno. Forman parte de las fuentes que utilizamos: informes, estadísticas, investigaciones y documentos oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, el Departamento de Estudios e Informes de la mencionada dirección y de ProChile. Al igual que en otros trabajos, las fuentes específicas de cada dato mencionado serán citadas de forma conjunta. La estructura del trabajo se compone de cuatro unidades: Lineamientos del comercio exterior chileno desde el regreso de la democracia, Los acuerdos comerciales marco ayer y hoy: abordando el Acuerdo de Complementación Económica Nro 35 y el Trans Pacific Partnership, Socios comerciales históricos y recientes: un análisis de los casos de Estados Unidos y Hong Kong y ulteriormente El comercio exterior chileno en la actualidad. Con posterioridad se presentarán las conclusiones del informe a fin de exponer brevemente lo abordado a lo largo del mismo.




Lineamientos del comercio exterior chileno desde el regreso de la democracia.




Si tuviésemos que mencionar brevemente en perspectiva histórica tres características estructurales de la economía chilena haríamos énfasis en su limitado mercado interno, la importancia del sector minero y materias primas afines y los fuertes lazos con la demanda externa principalmente de las naciones desarrolladas, demandantes de los bienes primarios chilenos. Durante el proceso militar por el cual atravesó la nación latinoamericana, dichas características se agudizaron, en gran medida debido al aislamiento internacional y la dependencia de la demanda externa de materias primas. Con el fin de dicho ciclo político - económico, se inicia una nueva etapa democrática en Chile. La misma estuvo caracterizada por la ruptura del aislamiento internacional, la recomposición de las relaciones exteriores principalmente con naciones que habían impuesto sanciones comerciales a Chile en base a las violaciones a los derechos humanos, un cambio rotundo en la relación con la región, la búsqueda de una mayor inserción en el contexto regional y la búsqueda de nuevos acuerdos comerciales. Si tomamos en cuenta el contexto internacional, rápidamente advertimos que el fin de la Guerra Fría estuvo acompañado por un proceso de globalización, el fin de la denominada Doctrina de Seguridad Nacional, la culminación de los conflictos entre regímenes militares (en cuanto al contexto sudamericano) y un auge de los procesos de integración. 

Luego de la Ronda del GATT (Uruguay), Chile comenzó a incorporar la estructura comercial de los acuerdos de libre comercio, reduciendo los aranceles con naciones y regiones. Esto ha sido fundamental en el proceso de auge comercial chileno, principalmente porque le ha permitido insertar sus productos en diversos mercados sin tener que pagar elevadas tasas arancelarias. Desde el punto de vista histórico, esto contribuyó al desarrollo exportador de la economía chilena, pilar fundamental de su matriz económica. A pesar de esto, existen dos cuestiones que no pueden ser dejadas de lado. Por un lado, la mayor inserción internacional no solo trajo beneficios para la nación sudamericana, también acarreó inconvenientes. Las crisis internacionales tienden a perjudicar notoriamente el comercio exterior chileno, esto es algo que se ha visto representado en la Crisis Asiática de 1997 y en la Crisis Financiera Internacional de 2008. Lo que ha sido criticado como un mayor grado de dependencia, probó un elevado grado de sujeción a los cambios económicos en otras regiones. Por otro lado, a pesar de los enormes avances en materia comercial, la participación de Chile en el comercio mundial continúa siendo limitada. Por ejemplo, durante 1983 la misma era cerca al 0.20% del comercio global, mientras que 20 años más tarde se encontraba cercana al 0.25% (1). 










El comercio exterior chileno es vital para la economía nacional. 






Como veremos más adelante, la apertura económica le ha permitido a Chile ampliar la composición de sus exportaciones hacia rubros en los cuales no tenía una gran competitividad durante la primera mitad del Siglo XX. A pesar de ello, la nación continúa teniendo problemas para diversificar sus exportaciones, las cuales tanto en cantidad como valor continúan estando vinculadas a materias primas del sector minero. Un claro ejemplo, regresando a la variable de participación en la economía global, nos muestra que el record de participación alcanzado durante 2007 se dio fundamentalmente por el alza en el precio internacional del cobre (2) (3).

Finalmente cabe distinguir el acceso de Chile a una enorme cantidad de mercados. Aquí los TLC probaron tener beneficios para las exportaciones chilenas, algo que le posibilitó a Chile ser una de las naciones con mayor inserción internacional durante los años '90s.

Si nos centramos en las exportaciones chilenas, apreciamos que las mismas han evolucionado notoriamente desde 1990 en adelante. A pesar de las oscilaciones durante ciertos períodos, para el decenio 1990 - 2000, las mismas prácticamente se habían duplicado. Si tomamos en cuenta el período 1990 - 2010, observamos que las exportaciones crecieron en promedio global al 10% anualizado (4). Esto no solo se explica por la apertura comercial, los acuerdos bilaterales y multilaterales y la globalización, se debe destacar la irrupción de nuevos productos en la composición de las exportaciones chilenas, donde se han destacado desde los '2000s en adelante el sector vitivinicola y el pesquero.

La evolución de las importaciones presenta divergencias con el previamente analizado. Para el período en cuestión, las importaciones han oscilado con mayor frecuencia, lo cual contrastado con el aumento progresivo de las exportaciones llevó a que Chile mantuviera un saldo comercial principalmente superavitario para los 20 años mencionados. Las únicas excepciones, donde Chile experimentó déficit comercial fueron los períodos 1992 - 1994 y 1996 - 1998. Si deseamos buscar demás explicaciones a porqué Chile supo mantener un saldo comercial superavitario, se debe tener en cuenta que el aumento en los precios del cobre y los volúmenes de exportación, en consonancia con la ya mencionada diversificación exportadora, redujeron los efectos de la importación de bienes intermedios e industrializados que la nación demandó. Si tenemos en cuenta que Chile importa bienes industrializados y tecnología de avanzada, se advierte que las exportaciones de materias primas benefician la Balanza Comercial, en cierta forma actuando como facilitador para la importación de aquellos bienes y tecnologías que la nación no puede producir a nivel interno.

Retomando lo concerniente al efecto de las crisis y variaciones internacionales sobre el comercio chileno debemos tener en cuenta que las exportaciones tienden a sufrir las peores consecuencias. Centrándonos en los valores de exportaciones las oscilaciones y descensos de los mismos son notorios para los períodos posteriores a las dos crisis ('97 y '08). Por ejemplo, mientras que para el período 1990 - 1995 el crecimiento de las exportaciones totales fueron del 10,2%, durante el período 1995 - 2000 crecieron a un valor inferior del 8,5% (5). Si comparamos el período 2000 - 2005 con el 2005 - 2008, se aprecia que el crecimiento de las exportaciones decreció (desaceleración), siendo inicialmente de un 6,7% y culminando luego de la crisis en un 2,7% (6). A modo de comentario final puede apuntarse que los períodos posteriores a las crisis se caracterizan por un rápido crecimiento de las exportaciones.









El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile juega un rol fundamental en lo concerniente a comercio exterior nacional.






Al comienzo del trabajo hemos mencionado la apertura comercial de Chile hacia el mundo a partir de 1990. Es momento de centrarnos en los principales destinos de las exportaciones chilenas. Lo primero que se advierte es que Chile, atravesó un proceso "intensivo", por el cual fortaleció sus exportaciones hacia destinos tradicionales. Aquí América Latina, Estados Unidos, la Unión Europea y Japón fueron los principales socios comerciales durante los primeros años del período democrático. A medida que la nación amplió sus exportaciones hacia otros destinos, nuevos actores relevantes se sumaron, tal como es el caso de la República Popular de China. Para el año 1990 el 54% de las exportaciones chilenas se destinaban a cuatro grandes mercados: América Latina, Japón, Estados Unidos y Alemania (7). Más de 150 naciones se distribuían el restante 46%. Este es un importante factor a tener en cuenta ya que si tomamos las estadísticas de 2008 se puede apreciar que el 58% de las exportaciones chilenas se destinaban a cuatro destinos: América Latina, Estados Unidos, Japón y China (8).Cabe realizar dos breves menciones, en primer lugar América Latina se convirtió en el principal destinos de las exportaciones chilenas (sobrepasando a quien lo era en 1990, Estados Unidos) y por otro lado, China se posicionó como el cuarto destino de exportaciones, desbancando a la República Federal de Alemania (9) (10) (11).Otro elemento importante del comercio chileno con los principales destinos de exportación es la reducción de aranceles. Si observamos los principales destinos se puede apreciar que el arancel efectivo respecto de Argentina y Brasil es del 0,1%, mientras que para México es nulo y el MERCOSUR del 0,2% (12). En cuanto a Estados Unidos el valor del arancel de ingreso de productos chilenos es del 0,1%, valor similar que se reitera para gran parte de las naciones del continente americano. Si tomamos en cuenta los otros dos destinos preponderantes del comercio chileno, RPC y Japón, los valores arancelarios son del 0,2% y 0,6% respectivamente. Donde Chile debió afrontar los aranceles más elevados fue en la Unión Europea, allí los valores rondan un tasa del 10%. En líneas generales las exportaciones más elevadas de Chile se han dado, desde 1990, hacia destinos con los cuales ha suscrito acuerdos comerciales. Para 2007, año anterior a la crisis, las exportaciones hacia destinos con los cuales no contaba con acuerdos comerciales alcanzaron un valor total de US$ 5.000 millones, mientras que para el mismo año los destinos con los cuales se firmaron acuerdos dirigían a Chile un total de US$ 60.000 millones (13).

La diversificación de las exportaciones fue una característica del proceso comercial iniciado desde los '90s. Durante dos décadas Chile ha incrementado sus exportaciones de productos no tradicionales. Mientras que en 1998 las exportaciones no vinculadas al sector minero constituían un valor total de US$ 7.000 millones, diez años más tarde rondaban los US$ 20.000 millones (14).  Los sectores que mayor preponderancia han tenidos son el agropecuario, el sector pesquero, el sector frutícola y los bienes industriales (15). Respecto de estos últimos el principal destino (el cual ha experimentado notorios aumentos de la demanda sostenida) ha sido el MERCOSUR.

El último indicador que abordaremos en el corriente apartado remite a la inversión de capital y la capacidad chilena para atraer capitales extranjeros. En primer lugar cabe destacar que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile hace hincapié en los acuerdo bilaterales y los TLC como garantía de inversión extranjera, en los acuerdos suscritos la nación latinoamericana busca garantizar tanto seguridad como ganancias para sus inversores (16). Tomando en cuenta la evolución de la Inversión Extranjera Directa, durante el período 1974 - 1989 la misma fue de unos US$ 8.800 millones (17). En cuanto al período que hemos estado analizando, la IED alcanzó una cifra total de US$ 95.220 millones. Como es comprensible, la inversión extranjera arroja valores más elevados que la inversión chilena en el exterior, sin embargo debemos prestar atención a la misma, ya que ha aumentado notoriamente durante las últimas dos décadas. La inversión acumulada para el período 1990 - 2008 realizada por Chile en el exterior ha tenido como principales destinos la República Argentina, la República Federativa de Brasil y Perú. Se destaca la presencia de inversiones chilenas en demás destinos de América Latina, donde podrían mencionarse demás destinos tales como México, Venezuela y Panamá. Por otro lado, las inversiones acumuladas en Argentina superaron los US$ 15.000, prácticamente el doble que las efectuadas en Brasil. Respecto de la composición, las inversiones chilenas en el exterior se componen mayoritariamente de prestación de servicios y transporte.





Los acuerdos comerciales marco ayer y hoy: abordando el Acuerdo de Complementación Económica Nro 35 y el Trans Pacific Partnership.





Durante las últimas décadas Chile se ha caracterizado por mantener una política comercial donde uno de sus ejes fuera la firma de acuerdos bilaterales y multilaterales. Tal como nos hemos explayado previamente, para Chile la firma de acuerdos de libre comercio es central, ya que permite el ingreso de sus productos de exportación a mercados con elevada demanda de materias primas. Para la situación exportadora chilena, posicionar productos en mercados tales como el latinoamericano, el norteamericano, el europeo y asiático es fundamental. Actualmente la nación cuenta con acuerdos comerciales con naciones de todos los continentes e incluso con entidades supranacionales que juegan un papel primordial en el comercio internacional. Algunos de los mismos son el alcanzado con Estados Unidos, el acuerdo Chile - Unión Europea, el TLC con Japón y el acuerdo económico con el MERCOSUR. Siendo una nación con relevante tradición en los acuerdos de libre comercio, Chile mantiene una política a largo plazo en dicho sentido, buscando concretar acuerdos con nuevas naciones.

Tomando en cuenta lo expuesto en el párrafo anterior, dicha sección cuenta con la identificación de ambos elementos, por un lado la perspectiva histórica y evolución de los acuerdos comerciales a los cuales Chile se ha visto sujeto y por el otro los de reciente finalización que tienen proyecciones a futuro para el comercio chileno. A fin de tornar interesante el abordaje se toman como muestras para el análisis dos casos puntuales que representan los elementos previamente delimitados. En primer lugar se analizará el acuerdo suscrito entre Chile y el MERCOSUR en los '90s, sus alcances, beneficios, situación actual y desafíos futuros que presenta para la nación trasandina. Finalmente, acaparará parte de nuestra investigación el Trans Pacific Partnership, sus posibles beneficios para Chile y los motivos por los cuales Santiago de Chile busca hacer del mismo un instrumento de proyección comercial global.

En el año 1996 la República de Chile y el MERCOSUR sellaron un acuerdo comercial de complementación económica. Dentro del proceso de integración regional iniciado ya desde los años '80s, el establecimiento de nuevas áreas y reglas comerciales en la América del Sur, se convirtieron en acontecimientos históricos. Si bien previo a dicho proceso el flujo comercial de Chile con las naciones de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay era relevante, será durante este período donde cobrará mayor relevancia. Por un lado el ya explicado proceso de apertura interno, y en cuanto a la Cuenca del Plata, el MERCOSUR mostró ser una propuesta sumamente novedosa en términos del comercio regional. El acuerdo de complementación económica tuvo como objetivo integrar a las partes intervinientes en un área libre de restricciones comerciales donde la circulación de bienes y servicios acentuara el incremento en el intercambio comercial. Las negociaciones ya iniciadas desde comienzos de los '90s dentro del marco de la ALADI buscaron reducir las barreras arancelarias dentro de un mediano plazo. Con el paso de los años, las tarifas aduaneras disminuyeron a valores superiores del 90%. Chile obtuvo enormes beneficios, principalmente si tenemos presente la importancia del MERCOSUR dentro del plano latinoamericano y la creciente demanda de dicho mercado. Sin embargo un aspecto fundamental a ser mencionado es que durante el período 1996 - 2002, Chile incrementó la demanda de productos provenientes del MERCOSUR, teniendo un promedio anual de crecimiento de las importaciones superior al 9% (18). A pesar que la Crisis Asiática del '97 tuvo consecuencias financieras para la región, en lo que a comercio bilateral entre Chile y el MERCOSUR respecta, no hubo aspectos negativos sustanciales. A pesar de esto último, la Crisis Financiera Internacional 2008 - 2009 sí tuvo efectos negativos. Tanto las importaciones como las exportaciones se vieron afectadas y cayeron a cifras que implicaron un retroceso a valores alcanzados en los años 2004 y 2006 respectivamente. Justamente durante la fase 2002 - 2009 la brecha entre importaciones y exportaciones aumentó, demostrando que Chile no logró revertir el saldo deficitario existente desde la entrada en vigor del acuerdo. El año 2011 fue aquel que registró el record comercial, dándose una situación donde Chile importó por valores finales cercanos a los US$ 12.000 millones, y donde el saldo final de exportaciones hacia el MERCOSUR fue de US$ 6.000 millones (19).









El MERCOSUR es uno de los principales socios comerciales de Chile. El Acuerdo de Complementación Económica Nro 35 firmado en 1996 ha llevado a un notorio avance en las relaciones bilaterales. Actualmente cerca de la mitad de las exportaciones chilenas dirigidas hacia América Latina son absorbidas por el MERCOSUR.







El comercio chileno con el bloque MERCOSUR no solo se sustrae a saldos comerciales, también es relevante el flujo de exportaciones. El incremento de las exportaciones chilenas ha llevado a que hacia 2013 el 45% de las mismas destinadas a toda América Latina sean absorvidas por el mencionado bloque. Chile logró posicionarse hacia dicho año dentro de las 15 principales naciones de las cuales importa el MERCOSUR, siendo un destino de origen latinoamericano por excelencia. Mientras que en 2009 Chile exportaba al MERCOSUR por valores finales de US$ 3.952 millones y al resto de América Latina por US$ 6.498 millones, cuatro años más tarde lo hacía a cifras US$ 6.161 millones y US$ 7.600 millones (20). Esto implica que no solo aumentó a más de 70% las exportaciones con dicho bloque, las mismas aumentaron a tasas mayores que las correspondientes a otros 30 países de la región, señalando la creciente importancia del MERCOSUR como demandante de bienes chilenos.

Actualmente el MERCOSUR es el cuarto socio comercial de Chile, tan solo por detrás de Estados Unidos, la Unión Europea y la República Popular de China. El bloque contribuye a ser una décima parte del comercio total de Chile con el mundo. El comercio bilateral se compone, en base a las últimas estadísticas disponibles de unos US$ 15.981 millones (21). Al igual que con lo mencionado respecto a las importaciones - exportaciones, es entendible que el mayor registro comercial corresponda al año 2011, cuando el comercio bilateral rondó lo 20 mil millones de dólares al alcanzar la cifra de US$ 18.227 millones (22). Ahora bien, nos centraremos en dos aspectos relevantes del comercio bilateral, por un lado los principales socios intrabloque y por el otro la composición de la balanza comercial (23).

Desde la entrada en vigor del acuerdo hasta 2009, Brasil y Argentina conformaron más del 80% del comercio total entre Chile y el MERCOSUR. La relevancia de ambas naciones en el plano regional ha sido incuestionable. A pesar de ello, es interesante señalar que para 2009 ambas naciones tenian valores comerciales con Chile bastante similares (24) (25). Luego de la crisis internacional la brecha comparativa se disparó, arrojando para 2013 un saldo comercial entre Chile y Brasil superior a los US$ 9.500 millones, mientras que con Argentina fue de US$ 4.900 millones (26). El mencionado incremento se entiende por lo que fue el considerable aumento de la demanda de bienes brasileños, la cual se duplicó en un lapso de 4 años, contribuyendo a que para 2013 el comercio chileno con Brasil representara cerca del 60%  del remitido al MERCOSUR (27). Respecto de Uruguay y Paraguay, el balance comercial no presentó drásticas variaciones, se mantuvo dentro de los parámetros normales, destacándose el limitado peso en cuanto a comercio total con el bloque MERCOSUR.

Respecto de la segunda variable a tener en cuenta (composición de la balanza comercial) es preciso abordar ciertos puntos focales. En primer lugar, las exportaciones chilenas al MERCOSUR pueden ser ubicadas en tres grandes grupos: industriales, mineras y productos agropecuarios. La industria ha sido clave durante el proceso de fortalecimiento del vínculo comercial Chile - MERCOSUR, desde 2005 hasta 2011 aumentaron progresivamente, manteniendo durante los últimos dos años niveles cercanos al record alcanzado en 2011. Actualmente, es decir para 2013, las exportaciones industriales conforman más del 55% de las exportaciones totales. Se destacan dentro de dicho sector los alimentos procesados, los vinos, el tabaco, los productos metálicos, maquinarias, equipos industriales y finalmente los químicos. El segundo sector relevante es el de la minería, siendo el cobre el producto más destacado. Actualmente el mismo ocupa el 10% de las exportaciones chilenas al MERCOSUR. Finalmente se destacan los productos agropecuarios, los cuales no poseen influencia comercial considerable, principalmente debido a la estructura económica de los miembros del MERCOSUR. Posicionándonos en las importaciones chilenas, se aprecia que las mismas se componen principalmente de petróleo, combustible y aceites de mineral. Para el año 2013 dicho sector superó el valor de US$ 1.000 millones CIF (28). Completan la nómina de los diez bienes/productos más importados por Chile: demás aceites crudos de petróleo, carne bovina refrigerada, vehículos automotores, maíz, derivados de soja, equipación industrial, mezclas de aceites vegetales, derivados de aceite, camiones con capacidad de carga superior a los 500kg y butano líquido (29). Las importaciones chilenas provenientes del MERCOSUR arrojan dos resultados de interés inmediato. Por un lado, las mismas se encuentran vinculadas a la matríz productiva de los estados miembros del bloque. En segundo lugar, la orientación económica y la capacidad de recursos naturales de Chile conlleva a que dicha nación deba demandar una enorme cantidad de petróleo y gas, donde respecto del primero el MERCOSUR es un socio importante.

El acuerdo marco entre Chile y el MERCOSUR ha probado ser un beneficioso instrumento comercial para la economía chilena. Cercano a las dos décadas de existencia, el mismo ha contribuido a un mayor flujo comercial entre las partes, posicionamiento de productos y empresas chilenas en las naciones del bloque, reducción de tarifas arancelarias en sectores claves de la economía, abastecimiento energético para la economía chilena y crecimiento sostenido de las relaciones comerciales con cada uno de los miembros del bloque. A nivel institucional el acuerdo es uno de los más exitosos que ha firmado Chile desde el regreso de la democracia. A pesar de todo esto, Chile manifiesta que todavía es preciso continuar avanzando en los estatutos y limites fijados por el acuerdo. En cuanto a desafíos futuros podríamos mencionar dos que se presentan con mediano interés. Primeramente, Chile deberá buscar mecanismos de fortalecimiento comercial a medida que los intereses económicos de ambas partes presenten divergencias. Tomando en cuenta que MERCOSUR cuenta con una enorme capacidad de atracción de socios comerciales, Chile deberá trabajar en una política comercial que le permita ser un actor principal para dicho bloque en el marco global. En segunda instancia, Chile precisa continuar con su proyección de mayor integración regional, donde el comercio con bloques tales como Alianza del Pacífico y MERCOSUR sea vital. Valga la redundancia recordar que MERCOSUR conforma cerca de la mitad del comercio total de Chile con América Latina, esto debe ser profundizado con vistas a fortalecer los lazos económicos y comerciales en la América Latina.

El Trans Pacific Partnership, tal como lo dice su nombre, es un acuerdo de libre comercio transpacífico cuyo objetivo es aumentar el nivel de integración en una región clave de la economía global: Asia - Pacífico. Debido a su posición geográfica, el Pacífico resulta ser fundamental para el comercio chileno. En años recientes, la necesidad de ampliar el comercio con actores relevantes en el plano internacional ha llevado a que Chile buscara diseñar con diversas naciones de América y Asia un acuerdo comercial. Lo cierto es que desde mediados de los '2000s Chile comenzó a planificar acuerdos con miras a la integración comercial con el Pacífico, de allí que el Acuerdo P4 haya sido señalado como el principal antecesor del TPP. Las negociaciones de este último se iniciaron en 2010 y actualmente han pasado por nuevas rondas como la celebrada en Ottawa. Esto en parte se debe a la incorporación de nuevos miembros. Actualmente, forman parte de las negociaciones las siguientes naciones: Australia, Canadá, Estados Unidos, México, Nueva Zelanda, Perú, Malasia, Singapur, Vietnam y Japón. Como puede apreciarse varios de estos son socios comerciales fundamentales para Chile, tanto en el plano continental (Estados Unidos, México y Perú) como en el extra continental (Australia, Nueva Zelanda y Japón). El proyecto es ambicioso, ya que en parte busca mejorar la posición de Chile en el comercio intra pacífico al igual que en regiones tales como Asia. Recordemos que Chile cuenta con acuerdos de libre comercio con naciones tales como Corea, China, Hong Kong, Japón, Vietnam, Tailandia y Malasia. De concluirse, podría permitirle a Chile posicionarse en el Pacífico como uno de los principales actores latinoamericanos. Al mismo tiempo, involucra diversas disciplinas que incluso trascienden los aspectos exclusivamente comerciales. Algunas de ellas son: acceso a mercados, regulación sanitaria general, compras públicas, inversiones, asuntos del medio ambiente, impacto laboral y propiedad intelectual.







Dentro del marco de un proceso de negociación multilateral sumamente ambicioso, Chile busca ampliar sus proyecciones comerciales con algunos de los  principales actores de Asia - Pacífico mediante el Trans Pacific Partnership. En la imagen se puede apreciar a los mandatarios de algunas naciones que buscan cerrar uno de los acuerdos comerciales más relevantes de las últimas décadas.





Resulta evidente que el TPP es un proyecto sumamente ambicioso, que promete otorgarle cuantiosos beneficios comerciales a Chile. A pesar de ello, el Ministerio de Relaciones Exteriores continúa haciendo énfasis en que el mismo aún se encuentra en etapa de negociación técnica, por lo cual resulta difícil establecer parámetros futuros que contemplen los alcances del acuerdo. Por el momento, el estado chileno tiene mayor interés en los aspectos de la negociación que remiten a compras públicas y propiedad intelectual. El reciente cambio de gobierno ha llevado a que la Administración Bachelet adoptara un enfoque más minucioso en cuanto al acuerdo, posibilitando de esta forma transparencia y acceso al proceso de negociación. A pesar de esto, queda claro que el proyecto busca ampliar la presencia chilena en el Pacífico, mejorar el ingreso de los productos nacionales a mercados estratégicos y asegurar un marco regulatorio común desde donde Chile pueda contar con una plataforma comercial sólida.





Socios comerciales históricos y recientes: un análisis de los casos de Estados Unidos y Hong Kong. 





Cuando abordamos el comercio exterior chileno debemos tener presente que remite a una nación con importante participación en diversos acuerdos, foros y rondas comerciales. Dentro de América del Sur, Chile es una nación con relevantes proyecciones comerciales. Dado esto último, es comprensible que mantenga relaciones comerciales con diversos tipos de naciones. A lo largo de la historia gran parte de su comercio exterior, tanto para exportación de materias primas como importación de bienes manufacturados, se ha orientado hacia dos grandes vertientes: por un lado las naciones centro, siendo fundamentales el Reino Unido, Estados Unidos y demás naciones europeas (podríamos mencionar Alemania y Francia) y por el otro las naciones latinoamericanos, entre las cuales destacamos México, Argentina, Brasil y Perú. Actualmente, el comercio con gran parte de estas naciones mencionadas continúa siendo fundamental para la economía chilena. A pesar de ello, en años recientes la nación sudamericana ha celebrado acuerdos comerciales con destinos no convencionales y con los cuales no contaba con influencia de mercado relevante. Aquí es donde pueden ser mencionadas naciones como Vietnam, Singapur y Hong Kong. Si tenemos en cuenta las dos corrientes expuestas, las cuales vale aclararle al lector no conforman directrices rígidas por el Estado chileno, es decir que la burocracia nacional no divide a los socios comerciales de acuerdo a históricos y/o recientes, dicha clasificación la utilizamos en el corriente informe para dar explicación a la posición comercial de Chile, con socios históricos y con otros con los cuales tan solo en años recientes ha comenzado a vincularse, podríamos tomar a dos naciones como unidades a analizar. Para ello, abordaremos la relación comercial de Chile con los Estados Unidos de América y separadamente con Hong Kong.

Tal como hemos visto en apartados anteriores, Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Chile. Históricamente dicha nación se ubicó como un destino preferencial para las exportaciones chilenas (principalmente las de cobre) al mismo tiempo que los productos estadounidenses conformaron gran parte de las importaciones industriales chilenas. La relación comercial es importante para el comercio chileno, sin embargo desde hace más de cuatro años, el saldo comercial ha tendido ha ser desfavorable para Chile. Si tomamos por ejemplo el año 2010, las exportaciones chilenas hacia Estados Unidos alcanzaron un valor total de US$ 7.000 millones, mientras que las importaciones provenientes de la nación del norte superaron los US$ 9.000 millones (30). Si bien a partir de ese año y hasta 2013 los volúmenes de comercio bilateral fueron en aumento, a partir de allí comenzaron a decrecer. En cuanto a los valores de importaciones y exportaciones, estas últimas lograron acercarse a los US$ 9.500 millones, mientras que las importaciones provenientes de Estados Unidos superaron los US$ 15.000 millones (31). Si deseamos centrarnos puntualmente en las exportaciones del año 2013, observamos que en cuanto a composición de las mismas se produjo un cambio significativo respecto de la situación imperante durante décadas previas. Del total de las exportaciones anuales, las vinculadas al sector del cobre representaron un 35%, mientras que las restantes estuvieron compuestas por otros productos. Las exportaciones de minerales continúan siendo las más importantes, sin embargo no conforman la mayoría del flujo externo hacia Estados Unidos. En otras palabras, el cobre continúa siendo el producto que se exporta en mayor cantidad a Estados Unidos, sin embargo nuevos bienes le han quitado preponderancia, mientras que en los '60s y '70s más de la mitad de las exportaciones hacia el mencionado mercado remitían al cobre, actualmente se evidencia un mayor grado de diversificación exportadora. Los sectores que durante 2013 se destacaron en cuanto a exportaciones hacia Estados Unidos y sus respectivos porcentajes fueron: minerales (37%), productos agropecuarios (25%), manufacturas y productos marítimos ambos por el mismos porcentaje (14%), bienes derivados de la industria forestal (7%) y finalmente los vinos (3%). La exportación de minerales prevalece como la más relevante, sin embargo la de bienes agropecuarios y marítimos en conjunto la sobrepasa. Al mismo tiempo, otros sectores se destacan como por ejemplo la industria forestal y los vinos. Dentro de las denominadas "exportaciones no vinculadas al cobre", apreciamos que los productos agrícolas han tenido un importante crecimiento. Su destino hacia el mercado estadounidense ha llevado a que aumentaran los flujos. Algunos bienes que arrojan valores notorios son salmón, trucha, frutas frescas, maíz, manzanas, semillas, vinos, frutas y hortalizas congeladas y los cítricos. Por ejemplo, la suma total de salmón y uvas exportadas a Estados Unidos superaron el valor de los US$ 1.500 millones (32). Durante 2010 apenas lograban superar los mil millones. Dentro de la nómina de productos más exportados durante el año 2013 (recordemos, bienes no vinculados al cobre), más del 60% corresponde a productos agropecuarios.









Los Estados Unidos de América continúa siendo uno de los mercados principales hacia donde se dirigen las exportaciones chilenas. Por otro lado, Chile es un gran demandante de bienes estadounidenses, algo que explica parcialmente el saldo deficitario que la nación trasandina mantiene con los Estados Unidos.






Hacia el segundo semestre de 2012 Chile firmó un acuerdo de libre comercio con la Región Administrativa Especial de Hong Kong. El mismo fue sumamente innovador, ya que con dicha región administrativa Chile no poseía acuerdos comerciales. Para Chile, el haber firmado el acuerdo implica posibles beneficios comerciales de carácter directo e indirecto. Por un lado el alto estándar de vida de la población hongkonesa conlleva a la demanda de bienes primarios, tales como frutas, citricos y pescado. Chile ha buscado posicionarse como uno de los principales exportadores de bienes afines en la región en cuestión. En segundo lugar, Hong Kong podría llegar a traer beneficios indirectos para la nación sudamericana ya que dicho enclave es la puerta de entrada al mercado chino continental, el mercado asiático, el mercado financiero asiático y es un punto de comercio internacional estratégico. El TLC abarca áreas tales como ingreso de productos chilenos, cooperación aduanera, reducción de aranceles a la importación, medidas sanitarias, compras públicas y servicios financieros. Tengamos en cuenta que el acuerdo ingresó al Congreso Nacional y se espera su ratificación interna para fin del corriente año. Tomando en cuenta el aspecto innovador de dicho acuerdo y el interés chileno por participar en uno de los mercados más competitivos del mundo, realizaremos una breve descripción de los indicadores comerciales vinculados a exportaciones, importaciones, saldo comercial y composición de la balanza comercial (33).

A diferencia de las exportaciones hacia mercados tradicionales, las exportaciones chilenas hacia Hong Kong se encuentran compuestas en más del 90% por productos no minerales y no vinculados al cobre. Esta fue la tendencia inicial desde 2012, cuando de los US$ 234 millones exportados a Hong Kong, US$233 pertenecieron a las mencionadas categorías (34). Durante el año 2013, esto se modificó parcialmente. No solo decrecieron las exportaciones totales, también lo hicieron las del sector mayoritario, dando lugar a la exportación de bienes vinculados a minerales, entre los cuales el cobre fue el que tuvo mayor participación (35). Desde la firma del acuerdo comercial, las importaciones de bienes hongkoneses se mantuvieron en valores similares, cercanos a los US$ 100 millones. Para 2012 las mismas registraron un valor de US$ 124 millones y al año siguiente de US$ 100 millones. En cuestión de cinco años, Chile duplicó la demanda de bienes provenientes del destino asiático. Esto demuestra la evolución comercial positiva entre ambas partes.









Firmado en 2012, el acuerdo de libre comercio Chile - Hong Kong SAR busca ampliar la presencia chilena en una región estratégica para las finanzas y el comercio internacional. Ubicado dentro del rótulo de "socios comerciales no convencionales", Hong Kong conforma un mercado atractivo para los bienes agropecuarios chilenos.






Durante los últimos seis años Chile obtuvo un saldo comercial superavitario respecto del intercambio con Hong Kong. Actualmente se sitúa en US$ 64 millones (36). Respecto de la nómina de productos exportados, los principales cinco y sus respectivos valores fueron: cerezas (US$ 23 millones), nueces (US$ 9 millones), arándanos (US$ 7 millones), gallos y gallinas congelados sin deshuesar (US$ 7 millones) y uvas (US$ 7 millones) (37). Posicionándonos del lado de las importaciones observamos que la nómina de los cinco productos más demandados por Chile fueron: computadores digitales, teléfonos celulares, aparatos de transmisión, receptores de voz y relojes.





El comercio exterior chileno en la actualidad. 





Actualmente el comercio chileno se encuentra en un período de fortalecimiento con los centros más importantes del mundo. La Unión Europea, China, Estados Unidos, Japón, MERCOSUR, Corea e India son los principales socios comerciales de Chile. Si bien la demanda de bienes presenta variaciones respecto de las exportaciones, en cuanto a destinos y origen confiere, el flujo comercial con China, Estados Unidos, Unión Europea, Japón, Corea y el las dos naciones más avanzadas del MERCOSUR tiende a concentrar gran parte del comercio exterior chileno. Tal como hemos mencionado previamente los mercados modernos no convencionales son relevantes para la presencia e inserción de productos chilenos a nivel global, a pesar de ello las importaciones tienden a encontrarse notoriamente vinculadas a los mercados convencionales.

Para el primer cuatrimestre de 2014 el saldo comercial se quintuplicó respecto del mismo período del año anterior. Mientras que el saldo de este último fue de US$ 572 millones, a inicios de este año superó los US$ 2.600 millones (38). Esto se debe a la reactivación experimentada durante el primer período del año en cuestión. Es necesario apuntar que las exportaciones, en cuanto a comparación interperiódica aumentaron, mientras que se experimentó un descenso en las importaciones. El saldo comercial chileno comenzó a experimentar una caída sostenida desde el ciclo 2011, por cual de mantenerse los valores de comienzos del corriente año, las proyecciones sugieren que es posible alcanzar valores cercanos a la situación positiva previa a 2011.

En consonancia con lo expresado al comienzo del presente apartado, el informe oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores chileno Comercio Exterior Chileno señala que durante el primer trimestre de 2013 el 71% de las exportaciones chilenas se dirigieron hacia los principales cinco destinos: China (24,7%), UE (15,7%), Estados Unidos (13,3%), Japón (10,5%) y MERCOSUR (7,6%) (39). Reforzando lo mencionado en otras secciones de nuestro informe, el lector debe tener en cuenta que de los cinco socios mencionados, quienes absorben el 70% de las exportaciones chilenas, todos cuentan con acuerdos comerciales con Chile. Evidentemente dicha tendencia remarca el énfasis puesto por el estado chileno en los acuerdos comerciales. A nosotros también nos interesa observar la participación específica y general de las naciones en la demanda de bienes chilenos. Seis socios comerciales han demandado productos por más de US$ 1.000 millones trimestrales, a los mencionados cinco se añade Corea. La disparidad no es relevante entre los cincos grandes, pero a medida que se sale del grupo cercano aumentan considerablemente, por ejemplo mientras que China absorbió US$ 4.000 millones en el primer trimestre, Corea obtuvo US$ 1.000 y Vietnam tan solo US$ 85 millones. Rápidamente el lector podría mencionar que dicha tendencia es lógica ya que China, Corea y Vietnam, tres mercados asiáticos por excelencia, son escalonadamente naciones con diverso potencial económico y comercial. Esto no es del todo cierto. Por ejemplo, India, nación con mayor capacidad de mercado que Corea y Vietnam, al mismo tiempo que más cercana a China (en los mencionados términos), absorbió tan solo US$ 500 millones, es decir menos del 50% que Corea. Las explicaciones parecen residir más bien en los acuerdos comerciales establecidos con cada nación; es interesante observar como China se consolidó como principal demandante de bienes chilenos, representando cerca del 25% trimestral y con una expansión anual cercana al 21%. La demanda china prácticamente duplicó a la estadounidense, dejando en evidencia el rol central que juega China para las exportaciones chilenas. Por otro lado, China se ha convertido en el principal destino de las importaciones mineras. La creciente demanda de bienes mineros necesarios para el proceso de fortalecimiento industrial por el cual atraviesa la nación asiática, benefició a la República de Chile. China demanda cerca del 40% de las exportaciones mineras chilenas. A pesar de la interesante tendencia surgida del "efecto chino", el mismo no logró expandirse a otros sectores. Por ejemplo, el principal destino de las exportaciones agropecuarias no es China, sino Estados Unidos. Dicha nación demanda unos US$ 870 millones trimestrales en materia de bienes agropecuarios (40). Lo sigue la Unión Europea. Finalmente, en cuanto a bienes industriales Estados Unidos y la Unión Europea son los principales destinos, ambos con valores trimestrales cercanos a los US$ 1.100 millones, valor que duplica la demanda china. Lo sigue el MERCOSUR, que como fue explicado en su respectivo apartado, conforma un mercado sumamente atractivo para los bienes industriales chilenos.









El cobre, históricamente uno de los productos de exportación chilena por excelencia, ha visto en años recientes la ampliación de los márgenes de exportación respectivos a bienes vinculados al sector agropecuario e industrial. A pesar de ello, continúa teniendo notoria relevancia para el comercio exterior nacional.







Remitiéndonos a las importaciones observamos un proceso netamente divergente. Durante el primer trimestre de 2014 Estados Unidos y China fueron los dos principales socios comerciales de Chile. La diferencia es mínima en favor de Estados Unidos, como principal socio. la demanda de bienes estadounidenses alcanzó un valor total de US$ 3.690 millones, mientras que la de bienes chinos unos US$ 3.684 millones (41). La participación agregada de ambas naciones es de un 40%. Estados Unidos exporta 100 veces más a Chile que Venezuela, China exporta 100 veces más que Bolivia. Los otros socios que integran el podio son la Unión Europea (3er puesto) y el MERCOSUR (4to puesto). La demanda de bienes provenientes de ambos mercados es bastante similar, US$ 2.700 millones para el primero y US$ 2.300 para el segundo (42). La participación es similar, de todas formas lo que nos interesa señalar es que entre el grupo de los cinco (los mencionados hasta el momento más la nación nippona) conforman el 70% de las importaciones realizadas por Chile. La tendencia se mantiene bastante similar a la de las exportaciones. Si nos enfocamos en la composición de las importaciones observamos que para el período Enero - Marzo de 2013, Chile demandó US$ 2.000 millones de bienes de consumo provenientes de China, mientras que la agregada de Japón, Estados Unidos, UE y MERCOSUR fue menor a US$ 1.800 millones (43). Esto nos explica que en cuanto a bienes de consumo, China es el actor más relevante a la hora de posicionar dichos bienes en el mercado chileno. La situación se revierte a la hora de abordar los bienes de capital, donde la Unión Europea es el principal proveedor con US$ 900 millones trimestrales. China y Estados Unidos, por ejemplo, aportan en dicho sector valores que rondan los US$ 500 y US$ 600 millones. La demanda de bienes intermedios es la más pareja de todas entre los principales socios comerciales que Chile posee, los valores son: Estados Unidos (US$ 2.568 millones), MERCOSUR (US$ 1.522 millones), UE (US$ 1.200 millones) y China (US$ 1.449 millones). Finalmente, es comprensible que la demanda de combustibles, entre la cual se encuentra el petróleo y demás derivados, presente diferencias comparativas respecto de otros bienes. China, Corea y Japón prácticamente tienen una participación nula, algo similar a lo que sucede con la UE. Son Estados Unidos (US$ 1.449 millones), MERCOSUR (US$ 594 millones) y Canadá (US$ 339 millones) los principales abastecedores de productos energéticos de Chile. Es destacable que Estados Unidos otorgue a Chile más del 51% de dicho bien.

En último lugar resulta propicio señalar que Chile mantiene superávit comercial respecto de la Unión Europea, India, Japón, China y Corea. Mientras que su balanza comercial es deficitaria respecto de Estados Unidos, Brasil, Argentina, Alemania y México.

Tal como podemos apreciar el comercio exterior chileno es más complejo de lo que se puede esperar. La nación pone gran énfasis en los acuerdos comerciales bilaterales (tanto con naciones como con entidades supranacionales), lo cual explica, en parte, la preponderancia de cinco socios (siete si sumamos a Corea e India) tanto en la demanda de exportaciones chilenas como en la oferta de bienes extranjeros demandados por Chile. China, Estados Unidos, la UE, MERCOSUR y Japón son fundamentales para el comercio chileno. Dichos mercados influyen en el comercio bilateral con Chile, también por las características de mercado propias vinculadas a la demanda y oferta. Esto fue desarrollado cuando explicamos las diferencias en cuanto a abastecimiento de distintos bienes de acuerdo a cada nación y la absorción de productos chilenos de acuerdos a los diversos mercados.





Conclusiones finales. 





Tomando en cuenta el desarrollo efectuado en cada uno de los cuatro apartados que conforman el presente informe es apropiado realizar las conclusiones finales.

Tal como hemos visto, el comercio exterior chileno ha aumentado significativamente desde el regreso de la democracia. 

La política comercial de firma de acuerdos comerciales con naciones y entidades supranacionales es una herramienta clave para el Estado chileno.Le ha permitido el ingreso de sus productos a mercados importantes a tasas arancelarias prácticamente nulas. Chile otorga mayor relevancia a las naciones con las cuales ha suscrito acuerdos comerciales. Parte de ello puede ser observado en la disparidad de flujos comerciales entre naciones con las cuales se han firmado acuerdos comerciales y con aquellas que no. 

Durante las últimas décadas Chile ha diversificado sus exportaciones. El comercio con grandes socios y bloques económicos ha evidenciado la presencia de nuevos productos chilenos, principalmente vinculados a los sectores agropecuarios e industriales. 

Las importaciones chilenas tienden a estar vinculadas a dos grandes sectores, por un lado las industriales y de tecnología y por el otro combustibles destinados al abastecimiento energético. Socios tales como Estados Unidos, Japón, MERCOSUR y en años recientes China son centrales en dicho aspecto. 

Chile ha logrado en años recientes aumentar sus relaciones comerciales con los denominados "destinos no convencionales". La compleja situación de la economía internacional ha llevado a que la competencia por la presencia en los distintos mercados sea férrea. Chile ha ampliado su participación en mercados tales como el africano, el de medio oriente y los diversos submercados asiáticos.

A pesar de lo señalado en el párrafo anterior, la expansión comercial hacia nuevos destinos no implica necesariamente mayor participación de dichos socios en el comercio global chileno. Tan colo hemos visto, tanto las exportaciones como las importaciones de Chile se encuentran fuertemente concentradas en el denominado "grupos de los cinco" o "cinco grandes". Estados Unidos, China, Japón, MERCOSUR y UE componen cerca del 70% del comercio exterior chileno. El resto de los socios tienen poca incidencia, salvo las contadas excepciones de Corea, India y otras naciones tales como Canadá y Australia. 

Los acuerdos comerciales, tanto en perspectiva histórica como proyección futura son vitales para el comercio chileno. En los acasos analizados del MERCOSUR y Hong Kong SAR observamos su relevancia para establecer los marcos comerciales, fijar reglas para las importaciones y exportaciones y para la reducción de aranceles. El Estado chileno realiza un exhaustivo análisis respecto de los socios comerciales con los cuales posee acuerdos bilaterales. Si se tuviese que mencionar un comentario o recomendación a seguir, sería que para ingresar al mercado chileno es preferible contar con un acuerdo comercial.









China no solo comienza a pisar fuerte en América Latina, también lo hace puntualmente en Chile. Actualmente es uno de los principales demandantes de bienes chilenos. Junto a Estados Unidos, Japón, el MERCOSUR y la Unión Europea conforman el "grupo de los cincos" o "cinco grandes" en cuanto a socios comerciales de la República de Chile.






El MERCOSUR es uno de los principales socios comerciales de Chile. La demanda de bienes industriales chilenos ha beneficiado sustancialmente a la economía chilena desde los años '90s. Por otro lado, las exportaciones dirigidas hacia América Latina cuentan con la relevancia de dicho bloque, ya que absorbe casi la mitad de los productos. Chile tiene un saldo comercial desfavorable con el MERCOSUR, esto puede explicarse por la elevada demanda de bienes provenientes de dicho mercado, donde Brasil y luego Argentina tienen primacía.

Hong Kong es un destino clave para el comercio y las finanzas internacionales. Chile ha advertido esto y en 2012 concluyó un acuerdo de libre comercio con dicha región administrativa. Desde el mencionado año el comercio con Hong Kong ha beneficiado a Chile, de todas formas se espera por un lado la ratificación interna del acuerdo para fines de este año y por el otro el incremento en los valores de exportación, principalmente de bienes remitidos al sector agropecuario. 

Continuando con la proyección comercial remitida a acuerdos comerciales, Chile ha puesto su mira en el Pacífico a fine de ampliar su comercio con destinos tradicionales y preponderantes en la economía internacional. El Trans Pacific Partnership es un acuerdo ambicioso detrás del cual Chile se ha embarcado. Su comercio con el Pacífico es beneficioso en términos económicos. El mencionado acuerdo cuenta con la presencia de naciones tales como Japón, Estados Unidos, México, Perú, Australia y Nueva Zelanda, todas naciones relevantes para el comercio exterior de Chile.

El comercio exterior chileno se encuentra vinculado a la demanda y las exportaciones de y hacia los mercados tradicionales. Estados Unidos, la UE y el MERCOSUR son socios notorios de la nación trasandina. Los Estados Unidos es uno de los principales socios históricos y actuales, el comercio con dicha nación ha presentado modificación en cuanto a composición de importaciones y exportaciones remite, de todas formas Chile no ha logrado revertir el saldo deficitario con la mencionada nación. 

Respecto del comercio con nuevos socios comerciales, Hong Kong nos ha mostrado el interés de Chile por acrecentar su presencia en  mercados afines. En años recientes el comercio bilateral continúa siendo promedio, de todas formas Chile busca sostener en el tiempo lazos comerciales con naciones que le permitan obtener beneficios comerciales y financieros en áreas comerciales sumamente importantes para la economía mundial, tal como lo es Asia. 

Actualmente el comercio exterior chileno ha arrojado saldo comercial superavitario. Chile obtiene enormes beneficios comerciales fruto del alza en los precios del cobre y commodities, también es importante mencionar la inserción positiva de bienes industriales en los diversos mercados. 

La composición de las exportaciones chilenas varía sustancialmente de acuerdo a mercado y nación de destino. A pesar de ello, en años recientes se destacan las vinculadas al sector minero, agropecuario, vitivinicola e industrial. Las inversiones también son beneficiosas para la economía, donde la nación ha obtenido mayores beneficios es dentro del mercado latinoamericano.

A pesar de los beneficios obtenidos por los acuerdos de libre comercio, Chile tiende a sufrir las consecuencias de las crisis internacionales, tal como fue demostrado con la Crisis Financiera Asiática de 1997 y la Crisis Financiera Internacional de 2008. Su apertura económica puede perjudicar la economía nacional a través de la fuga de capitales debido a las crisis y los cambios radicales en los mercados centrales durante dichos períodos. El saldo comercial chileno se ha visto perjudicado en períodos de crisis internacional, principalmente por la caída en la demanda de los bienes que ofrece la nación.

Dejando de lado los aspectos negativos, durante los últimos 25 años Chile ha mostrado mantener una política largoplacista en materia comercial. Es una nación relevante en el plano regional con proyecciones internacionales interesantes. Gran parte de su comercio exterior se centra en los grandes mercados y regiones mundiales. Ello no quita que mantenga relaciones comerciales con otras naciones y que busque constantemente concretar nuevos acuerdos comerciales. Su política comercial se encuentra fuertemente vinculada a la firma de acuerdos comerciales, este ha sido uno de sus lineamientos desde el regreso de la democracia. Abordar el comercio exterior chileno es vital a la hora de buscar comprender el desarrollo de una nación tan compleja como lo es Chile. Las relaciones comerciales internacionales que mantiene dicha nación con el resto del mundo dan respuesta a muchas cuestiones del plano nacional, así como también nos permiten apreciar el comportamiento actual y los lineamientos futuros de uno de los actores más importantes de América del Sur. 





                                                                                Tomás Vera Ziccardi. 





Documentos oficiales consultados.





20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno, Departamento de Estudios e Informaciones, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

Evaluación de las relaciones comerciales entre Chile y el MERCOSUR a 18 años del Acuerdo de Complementación Económica (ACE N 35), Departamento de Estudios, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

Comercio bilateral con Estados Unidos, Unidad Inteligencia Comercial, ProChile, Chile, 2014.

Chile - Hong Kong SAR, Ficha País, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

Comercio Exterior Chileno, Departamento de Estudios, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.





Referencias y notas al pie de página.





(1) Participación de Chile en el PIB e Intercambio Comercial Mundial (1980-2008), Evolución del Comercio Exterior Chileno, 20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.  

(2) El mismo fue del 0,40%. Es decir un aumento cercano al 80% en comparación al período posterior a la Crisis Asiática. 

(3) Participación de Chile en el PIB e Intercambio Comercial Mundial (1980-2008)20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno Capítulo II, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

(4) Evolución Exportaciones, Importaciones y Balanza Comercial20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno Capítulo II, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

(5) Crecimiento Volumen Exportaciones de Chile período 1990 - 200820 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno Capítulo II, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

(6) Ídem del anterior. 

(7) Exportaciones por principales destinos 199020 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno Capítulo II, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

(8) Ídem del anterior. 

(9) Debe tenerse en cuenta que a pesar de ser el principal destino de exportaciones, América Latina cuenta con más de 30 naciones a las cuales Chile dirige sus productos. 

(10) A pesar de perder su hegemonía como principal destino de exportaciones, Estados Unidos continúo siendo un destino fundamental para el comercio chileno. En perspectiva histórica el volumen de exportaciones hacia dicho destino no varió drásticamente. 

(11) Hacia 2008 China absorbía 1/10 parte de las exportaciones chilenas, fortaleciendo un proceso de aumento en la demanda de bienes chilenos iniciada en el año 2000. 

(12) Condiciones de acceso de exportaciones chilenas en los acuerdos comerciales20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno Capítulo II, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

(13) Exportaciones de Chile con y sin acuerdo, Principales efectos comerciales de los Acuerdos Comerciales, 20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

(14) Evolución exportaciones no tradicionales20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno Capítulo III, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.

(15) Seguramente los señores lectores deseen conocer cuáles son los productos no convencionales que Chile exporta, entre los mismos se destacan: vinos, salmón, calamar, uvas, frambuesas, kiwis, cerezas, pomelos, truchas y carne bovina. Para conocer en detalle la nómina de composición de exportaciones no convencionales de Chile, dirigirse al sitio web de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile. Link: www.direcon.gob.cl .

(16) En el apartado 3.7 del documento oficial 20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno se señalan las cuestiones legales que atañen a los acuerdos suscritos con otras naciones y regiones respecto de los flujos de inversión. 

(17) Inversión Extranjera Directa Materializada en Chile20 Años de la Evolución del Comercio Exterior Chileno Capítulo III, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2009.


(18) Aspectos del comercio bilateral entre Chile y el MERCOSUREvaluación de las relaciones comerciales entre Chile y el MERCOSUR a 18 años del Acuerdo de Complementación Económica (ACE N 35) Capítulo III, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(19) Exportaciones e Importaciones Chile - Mercosur 1994 - 2014, Evaluación de las relaciones comerciales entre Chile y el MERCOSUR a 18 años del Acuerdo de Complementación Económica (ACE N 35) Capítulo III, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(20) Exportaciones de Chile a MERCOSUR y América Latina, Evaluación de las relaciones comerciales entre Chile y el MERCOSUR a 18 años del Acuerdo de Complementación Económica (ACE N 35) Capítulo III, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(21) Cifra correspondiente al cierre del ciclo 2013. Recordemos que las estadísticas finales para la totalidad del ciclo 2014 aun no están disponibles.

(22) Aspectos del comercio bilateral entre Chile y MERCOSUR, Evaluación de las relaciones comerciales entre Chile y el MERCOSUR a 18 años del Acuerdo de Complementación Económica (ACE N 35) Capítulo III, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(23) Al igual que lo realiza el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, tomaremos en cuenta a las naciones constitutivas del MERCOSUR para el análisis. Corresponden a las mismas Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

(24) Saldo comercial Chile - Argentina ciclo 2009: US$ 5.373 millones.
       Saldo comercial Chile - Brasil ciclo 2009: US$ 5.705 millones.

(25) En verdad las estadísticas pueden ser (a simple vista) engañosas. Si bien los saldos comerciales con las dos principales potencias del MERCOSUR eran extremadamente similares para el año 2009, la composición del mismo era drásticamente divergente. Mientras que con Brasil, Chile mantuvo un comercio balanceado, donde las importaciones fueron de US$ 2.880 millones y las exportaciones registraron unos US$ 2.825 millones, respecto de Argentina, Chile exportó hacia dicho destino por unos US$ 727 millones, mientras que las importaciones fueron de US$ 4.646 millones. Para el ciclo mencionado, Argentina fue sin lugar a dudas el principal beneficiario.

(26) Exportaciones, Importaciones y Comercio Total Chile - MERCOSUR 2009 - 2013, Evaluación de las relaciones comerciales entre Chile y el MERCOSUR a 18 años del Acuerdo de Complementación Económica (ACE N 35) Capítulo III, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(27) Ídem del anterior.

(28) Principales productos exportados e importados 2013, Evaluación de las relaciones comerciales entre Chile y el MERCOSUR a 18 años del Acuerdo de Complementación Económica (ACE N 35) Capítulo III, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(29) El comercio automotríz con el MERCOSUR corresponde un tema bastante complejo (principalmente por los gravámenes aduaneros) que debido a su extensión no puede ser analizado en el presente trabajo. Para obtener mayor información, por favor remitirse al sitio web oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

(30) Comercio bilateral con Estados Unidos, Unidad Inteligencia Comercial, ProChile, Chile, 2014.

(31) Ídem del anterior.

(32) Comercio bilateral con Estados Unidos, Unidad Inteligencia Comercial, ProChile, Chile, 2014.

(33) Son utilizados los datos oficiales de DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

(34) Comercio bilateral Chile - Hong Kong SAR 2008 - 2013, Chile - Hong Kong SAR, Ficha País, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 2014.

(35) El saldo final de exportaciones chilenas hacia Hong Kong para el ciclo 2013 fue de US$ 174 millones. La participación de las exportaciones de bienes no vinculados a minerales arrojó un total de US$ 166 millones, mientras que las de cobre alcanzaron los US$ 7,6 millones. Para mayor información al respecto se puede consultar la ficha técnica de comercio bilateral Chile - Hong Kong SAR.

(36) Comercio bilateral Chile - Hong Kong SAR 2008 - 2013, Chile - Hong Kong SAR, Ficha País, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 2014.

(37) Partidas del comercio bilateral Chile - Hong Kong SAR 2013, Comercio bilateral Chile - Hong Kong SAR 2008 - 2013, Chile - Hong Kong SAR, Ficha País, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 2014.

(38) Evolución del Comercio Exterior Chileno, Comercio Exterior Chileno, Departamento de Estudios, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(39) Comercio Exterior Chileno Capítulo I, Departamento de Estudios, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(40) Exportaciones por destino y sector Enero - Marzo 2013 - 2014, Comercio Exterior Chileno Capítulo I, Departamento de Estudios, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(41) Comercio Exterior Chileno Capítulo I, Departamento de Estudios, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.

(42) Ídem del anterior.

(43) Comercio Exterior Chileno Capítulo I, Departamento de Estudios, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Chile, 2014.





* El presente trabajo es obra material e intelectual del Señor Tomás Vera Ziccardi. Los derechos de dicha obra quedan estrictamente reservados a TVZC® por expreso pedido del autor.