lunes, 15 de septiembre de 2014

La Rebelión del Té



La Rebelión del Té









Autor: Tomás Vera Ziccardi






Durante el período que transcurre desde 1760 hasta 1776, se suscitaron acontecimientos socio-políticos que conllevarían a cambios trascendentales en las colonias americanas de la corona británica. La relación entre la mencionada entidad monárquica y sus súbditos comenzó a modificarse a lo largo de los 16 años en cuestión. En parte, se aprecia un cambio en cuanto a los intereses de las partes, lo cual culminará en mayores niveles de confrontación. Las medidas impuestas unilateralmente por Londres serían rechazadas rotundamente por los americanos. Ésto se encuentra vinculado al deseo por tener mayor participación en la toma de decisiones y alcanzar determinados grados de autonomía. Como se verá más adelante, los acontecimientos marcarían un punto de no retorno en la relación, delimitando el camino hacia la Declaración de la Independencia. 
La tan afamada Rebelión del Té fue un punto de quiebre para la  historia americana, donde los locales dejarían en claro los valores que pronto adoptarían como nación independiente. Fundados en el derecho natural y las premisas del auto-gobierno, los americanos tuvieron una actitud repulsiva hacia la imposición exterior y las medidas sin consenso interno. Los hechos transcurridos en Boston continúan siendo recordados hasta nuestros días, principalmente por lo expuesto previamente: evidencian la actitud y respuesta de una nación hacia el mundo exterior. Abordar analíticamente el mencionado proceso, nos permite comprender parte de los principios fundacionales de los Estados Unidos de América.

Hacia mediados de 1770 la situación financiera del Imperio Británico era sumamente preocupante. Dentro de la maquinaria económica imperial se encontraba la reconocida East India Company. La misma tenía a su cargo el comercio de un bien vital para la economía británica: el té. La compañía había acumulado elevadas pérdidas debido a la aberrante corrupción interna y el comercio ilegal de té, donde los neerlandeses tenían un papel protagónico. Por otro lado, los precios continuaban siendo elevados en los principales destinos, algo que fomentaba la adquisición de té comerciado por la corona neerlandesa. Finalmente, otro condicionante económico fue la elevada sobreproducción que terminaría generando disparidades entre la oferta y la demanda de dicho bien. 
Tomando en cuenta lo expuesto hasta el momento, es comprensible que uno de los principales intereses de Londres fuera restablecer la estructura financiera de la East India Company. Una de las medidas buscaría destinar la sobreoferta hacia el mercado norteamericano, en expansión desde la década previa. Dicha estrategia apuntó hacia la regularización del comercio intra-imperio. La producción era destinada hacia los mercados propios. A pesar de esto último, surgía un nuevo interrogante: ¿cómo aplicar dichas medidas? Queda claro que un sistema imperial tiene autoridad absoluta para imponer nuevos lineamientos, de todas formas la situación en las colonias americanas no era la más propicia para fijar dichas imposiciones. 

En 1767 la corona británica presentó las Townshend Acts. Éstas buscaban disponer de fondos locales en América para pagar los salarios de los funcionarios británicos, manteniendo lealtad a la corona británica. Dentro de la serie de medidas se encontraban las destinadas a fijar regulaciones al comercio, algo que le otorgaría mayor influencia a los funcionarios reales. Las medidas dejaron en claro que la visión de los británicos consistía en imponer legislación sobre las colonias de forma unilateral y sin consenso por parte de los súbditos. Una vez impuestas, las mismas fueron resistidas por los americanos, algo que entre otros tantos episodios suscitados hasta 1770 llevaría a la represión por parte de los europeos. Las tropas reales ocuparon determinadas colonias y reprimieron las manifestaciones opositoras. Por ejemplo, en 1770 se suscitó la denominada "Masacre de Boston", donde las fuerzas coloniales asentadas en América reaccionaron de forma desmedida frente a los locales y sus reclamos. El acontecimiento dejaría un resultado amargo para éstos últimos. Después de todo, quedaba en claro el grado de imposición al cual se vieron sujetos durante los 16 años en cuestión. Regresando al centro del debate, las imposiciones británicas se hicieron presentes a fuerza de coerción, y en el caso particular de la legislación respecto al comercio de té, no existieron modificaciones hasta 1773.









La East India Company, pilar fundamental de la corona británica, había entrado en crisis hacia mediados de 1760. Tomando en cuenta la situación económica en el imperio, Londres buscó imponer medidas que reestructuraran el aparato financiero de la compañía. 





Cuando en 1773 la corona británica establece la Tea Act, el escenario político en las colonias se encontraba en una situación álgida. El imperio fijó cuotas inalterables para el ingreso de la mercadería en cuestión al mercado americano. La nueva legislación impositiva escondía el interés británico por aumentar la demanda de sus bienes, revitalizando las cuentas de la East India Company. La oferta sería redirigida hacia las trece colonias. En cuanto a la Tea Act, la misma le otorgaba beneficios directos a la compañía de las indias orientales, ya que reducía las imposiciones aduaneras en los mencionados territorios coloniales. Por otro lado, pasaba a tener el monopolio del comercio del té, obteniendo beneficios totales. Esto afectaba de forma directa a los comerciantes locales, quienes actuaban de intermediarios en el comercio de té, absorbiendo parte de las ganancias. Consecuentemente, como ya se ha mencionado, ciertos comerciantes locales se beneficiaban del contrabando con los exportadores de té neerlandeses. Al imponerse un monopolio comercial centrado en la East India Company y al existir cuotas fijas de importación, dichos comerciantes se vieron fuertemente afectados. Parte de su negocio se desmembraría por completo, redireccionando ganancias hacia los británicos. Dentro de otras cuestiones a destacar, con la Tea Act, los británicos fijarían de forma unilateral los precios del té en lugar de subastarlo. A modo de conclusión parcial: la nueva regulación comercial remitida al té afectaba los intereses económicos de los comerciantes locales, sector relevante a nivel colonial. Las medidas fueron presentadas por éstos como una imposición comercial que le otorgaba beneficios a la corona en detrimento de las colonias.










Las trece colonias americanas representaban un mercado atractivo para la expansión de los negocios de la compañía de las indias orientales. El Imperio Británico buscó imponer una nueva legislación comercial favorable a dicha institución. La respuesta brindada por las entidades americanas sería netamente antagónica. 





Desde el punto de vista político, la Tea Act acarreó otros condicionantes. La imposición de aranceles y legislación comercial reavivó el malestar de los americanos. Las Townshend Acts, Boston Massacre y la represión por parte de las tropas imperiales británicas se encontraban presentes en la memoria de los locales. Las medidas eran criticadas por su unilateralidad y la falta de presencia americana en la toma de decisiones. Eran vistas como imposiciones que afectaban los derechos propios. La hostilidad aumentó a partir de la entrada en vigor de la Tea Act en mayo de 1773. Durante el proceso fue vital el fundamento sostenido por los americanos en cuanto a términos legales y políticos. Ésto será importante para la construcción de la identidad propia durante la guerra de independencia. Los cuestionamientos se dirigían hacia el parlamento y el rey Jorge III. Era criticada su autoridad para imponer impuestos, principalmente porque dichas regulaciones carecían del consentimiento de los locales. Desde las Townshend Acts en adelante, esta posición se iría fortaleciendo, posibilitándole a la élite local sostener que era necesario contar con órganos propios e independientes que tomaran decisiones por su cuenta. Dichas decisiones se harían en aras del bienestar interno y en defensa de los intereses propios, algo que en este caso no se cumplía ya que el bienestar buscado era el del imperio y los intereses defendidos por la corona británica eran los de la East India Company. Los referentes políticos americanos se preguntaban si acaso el parlamento británico tenía derecho a imponer legislación sobre las colonias. Para los sectores más proclives a la autonomía interna, los impuestos debían ser fijados por las colonial assemblies con participación de representantes americanos. Si se busca ir más allá de los acontecimientos, la cuestión de fondo yace en dos visiones contrapuestas. Por un lado el modelo imperial donde la metrópolis impone de forma unilateral las medidas y no adopta decisiones consensuadas. Por otro lado, las vinculadas a la autonomía republicana, donde las entidades internas debían conformar instituciones y órganos deliberantes propios que actuaran en defensa de los intereses locales, guiados por el debate, la contraposición de ideas y la libertad de expresión. Solo luego de llevarse a cabo un proceso de dichas características se podrían adoptar decisiones en nombre de todos (expresado bajo el concepto de mayorías).

Tomando en cuenta la creciente influencia de los medios gráficos hacia fines del siglo XVIII, la prensa local jugó un papel fundamental a la hora de informar a la ciudadanía sobre las nuevas medidas. En las colonias americanas los periódicos se encargaron de exponer la aberrante corrupción en el Imperio Británico (principalmente dentro del aparato burocrático). Acontecimientos como la "Masacre de Boston" fueron informados a la ciudadanía, exacerbando el malestar de los locales frente a los británicos. Incluso las Townshend Acts fueron presentadas ante los locales como un instrumento de opresión e imposición imperial. Es relevante destacar dichas cuestiones ya que dejan en evidencia el papel jugado por la prensa en los acontecimientos de 1773. El sentimiento de los locales hacia los colonos había empeorado, fruto de la información brindada por la prensa local. En un clima sumamente hostil, la unilateralidad de la Tea Act fue cubierta por los medios americanos como otro de los tantos avasallamientos coloniales sobre sus derechos.
De igual forma que con los medios de comunicación, las organizaciones civiles también contaron con una cuota dada de influencia. Las reuniones organizadas por los locales permitieron aglutinar a diversos sectores que de una u otra forma se vieron perjudicados por la nueva normativa impositiva. De pequeños damnificados a un grupo de presión consolidado, los americanos aglutinaron cada vez más adeptos. La causa cobró fuerza y pronto el malestar hacia la corona se encontraba presente en cada rincón de las trece colonias. Dentro de las organizaciones más influyentes se destaca Sons of Liberty, la cual acaparó a diversos estratos socio-económicos del ámbito local en la causa patria. Durante los próximos años, ambos sectores, los medios y las organizaciones, jugarían un papel decisivo para lograr la emancipación.









La prensa fue un actor clave en la gesta independentista de las trece colonias. Durante las décadas previas, abogó por la unión y la lucha frente al orden colonial británico. En la imagen se aprecia una de las representaciones más famosas, conocida como "Join, or Die". La misma fue publicada por Benjamin Franklin en la Gazeta de Pennsylvania el 9 de mayo de 1754. 





Al producirse la llegada de los primeros cargamentos de té (luego de la sanción de la Tea Act), la reacción varió de acuerdo a las colonias. En determinados puertos se les prohibió el amarre a los buques británicos, imposibilitándoles comerciar dichos bienes. En Boston, la respuesta fue divergente, en parte porque las autoridades locales (bajo control de la corona) dieron el visto bueno al ingreso de los buques mercantiles a la bahía. A pesar de esto último, las autoridades británicas no contaban con la silenciosa red tejida en secreto por los americanos durante los seis meses previos. Habiendo informado respecto de la fecha de arribo de los buques y desarrollando un plan para boicotear el té británico, los locales estaban dispuestos a dar un golpe simbólico al poder colonial. Sons of Liberty había reclutado a representantes locales dispuestos a ingresar en los buques y arrojar los cargamentos de té a la bahía (luego de darse a conocer la medida que puso en cuarentena a los británicos). Gran parte de las personas reclutadas habían formado parte de los grupos locales reprimidos por las tropas británicas en la "Masacre de Boston", tan solo tres años antes. Disfrazados con vestimentas de nativos americanos, cargaron contra los buques de la corona anclados en las costas de Boston (donde se encontraba el mayor cargamento). El Boston Tea Party, denominado de esta forma con posterioridad, se encargó de atacar los barcos y arrojar todas las cestas con té al río. Los tres barcos fueron abordados por americanos que ocultaban su identidad. El accionar significó elevadas pérdidas monetarias para los comerciantes británicos. Es preciso destacar que los cargamentos no fueron comerciados en ninguna de las trece colonias.









El 16 de diciembre de 1773 miembros de la organización Sons of Liberty ingresaron disfrazados con vestimentas de nativos americanos a los tres barcos británicos posicionados en Boston. Las cestas de té fueron arrojadas al río, cristalizando para siempre un momento icónico de la historia americana. La Rebelión del Té defendió el principio de lucha contra las imposiciones unilaterales y sin consenso por parte de instituciones externas. 





La Rebelión del Té implicó un punto de quiebre en la relación asimétrica entre la corona británica y las trece colonias americanas. Conforma un eje divisorio entre los acontecimientos suscitados desde 1767 hasta 1773 y los acontecidos desde aquel momento en adelante ¿A qué se debe esto? ¿Por qué tuvo semejante significancia? Tomando en cuenta lo descrito hasta el momento, queda claro que la Rebelión del Té fue más que una protesta frente a la nueva legislación impositiva. Trascendió la Tea Act, las respuestas del Boston Tea Party y las cestas de té británico flotando en el río. La rebelión representó la nueva actitud adoptada por las colonias frente al orden preestablecido. La cadena de sucesos decantó en la construcción de un ideario independentista con ansias de autonomía y gobierno propio. Para los americanos, era inadmisible aceptar imposiciones de cualquier tipo, por supuesto que el hecho de encontrarse vinculadas a un sector económico determinado recrudecieron las respuestas de las partes, de todas formas la imagen de los americanos arrojando las cestas de té al río representaron la actitud de rebeldía, valentía, coraje e independencia. Las posteriores medidas impuestas por la corona no hicieron otra cosa que reforzar dichos preceptos y terminar de convencer a los americanos que debían luchar por su libertad. En 1774 tomaría lugar el Primer Congreso Continental, dónde los representantes de las colonias comenzarían a trazar el camino hacia la Declaración de la Independencia. Luego de todo, la verdadera cuestión de fondo era aquella: la construcción del ideario independentista. Justamente, para lograr edificar dicho ideario fue preciso robustecer acontecimientos tales como la Rebelión del Té, hito de la historia estadounidense y pilar de su identidad nacional que forjará el destino de una de las naciones con mayor injerencia en el sistema internacional durante los próximos tres siglos.





                                                                         Tomás Vera Ziccardi.





* La totalidad del presente trabajo es obra material e intelectual del Señor Tomás Vera Ziccardi. Los derechos del mismo quedan estrictamente reservados a TVZC por expreso pedido del Autor.