LA IMPORTANCIA DE LAS INSTITUCIONES EN UNA DEMOCRACIA.
por Tomás Vera Ziccardi.
Desde sus orígenes las Instituciones han resultado ser una de las herramientas más fundamentales jamás creadas por el ser humano. Han permitido la interacción social y el desarrollo de diversos tipos de organizaciones sociales. Las mismas han jugado un papel fundamental a lo largo de los siglos. Es cierto que también han ido evolucionando y amoldándose a los cambios en la historia de la humanidad hasta llegar a nuestros tiempos, donde los regímenes democrácticos buscan mejorar su funcionamiento y efectividad en respuesta a las demandas de las sociedades cambiantes del Siglo XXI. Es por esto que las instituciones deben ser uno de los ejes centrales a la hora de estudiar un régimen democráctico.
Debido a lo mencionado en el párrafo anterior, me propongo esquematizar en este trabajo los conceptos centrales de las instituciones en una democracia, de la misma forma describiré sus principales características. Esta labor se encuentra enmarcada dentro de la primera parte del trabajo.
En la segunda parte del mismo me encargaré de desarrollar cuales deben ser los caminos a seguir por las democracias del siglo XXI en lo que respecta a instituciones, para tener un mejor desenvolvimiento y a su vez lograr sostenerse en el tiempo.
Características y conceptos centrales de las Instituciones.
La creación de nuevas instituciones en una democracia suele ocurrir con bastante frecuencia. De la misma forma podemos señalar que varias democracias a lo largo de la historia han sabido mantener sus instituciones, es decir que han logrado que las mismas perduren en el tiempo. Vamos a tomar como primer característica central de las instituciones su mantenimiento a lo largo del tiempo. Si bien no es una característica que se presenta de forma sine qua non en todas las democracias y tampoco es un concepto rígido e inmutable, podemos decir que a medida que pasa el tiempo y las instituciones perduran esto le da legitimidad a las mismas y fortalece su rol dentro de la sociedad.
Antes de comenzar a desarrollar este concepto cabe aclararle a aquellas personas que se apresuran a decir que hay casos en los cuales las instituciones perduran en el tiempo y empeoran su rol o dificultan la toma de decisiones dentro de una democracia, que eso también sera analizado más adelante. Por otro lado entendemos que un buen desarrollo a nivel institucional tiende a favorecer a una sociedad con el paso del tiempo, las instituciones no precisan constantemente adaptarse a las costumbres de la sociedad, aunque sí a las nuevas demandas que van surgiendo. Por otro lado también cabe aclararle a los lectores más críticos que seguramente dirán que la democracia no es un concepto homogéneo que se puede aplicar a todas las sociedades por igual, por ende las instituciones no son las mismas en distintas democracias, que compartimos esa visión. La democracia no es inmutable y homogénea, incluso podemos entender distintos tipos y grados de democracia. Lo que sí no podemos dejar de lado es que todo orden democrático precisa de instituciones, y para poder llevar a cabo una buena labor, por parte de estas, es significativo que demuestren ciertas pautas y que tengan un accionar determinado, el cual nos proponemos desarrollar en el presente trabajo.
Regresando a nuestro primer punto sobre instituciones, mantenimiento en el tiempo, podemos señalar que el buen desarrollo de las mismas a lo largo del tiempo lleva a mejorar su legitimidad dentro de la sociedad. Por otro lado le proveen a la sociedad de un respaldo en el cual sostenerse a la hora de producirse quiebres en el régimen democrático o ante cambios abruptos en la política interna, ya que los gobiernos pasan, los partidos políticos se alteran en el poder, pero las instituciones continúan presentes. Por supuesto, debemos señalar que las mismas deben llevar a cabo una buena labor, la corrupción y la manipulación de las mismas puede producir a largo plazo un efecto completamente contrario al deseado, llevando a las instituciones a ser vistas por el conjunto de la sociedad como un mal difícil de cambiar que corrompe el orden democrático.
A medida que vaya desarrollando los demás conceptos centrales de las instituciones veremos como los mismos se van esbozando y mantienen una importante relación entre ellos, es por esto que debe ser preciso desarrollar cada punto de forma particular, sin desviarse del mismo, ya que en los siguientes se podrán encontrar muchas respuestas a interrogantes surgidos a lo largo del trabajo.
Nuestro segundo concepto se centra en distinguir a los hombres de las instituciones. Es preciso que para el buen funcionamiento de las instituciones estas puedan ser claramente distinguibles como una herramienta democrática libre donde los hombres no logren corromperlas ni tampoco puedan tomar control de ellas. Nuestra frase"pasan los hombres, pero las instituciones perduran" es posiblemente el más claro ejemplo de esta segunda característica.
Las Instituciones no deben convertirse en reinos aislados controlados por ministros, secretarios y demás burócratas, debe haber una clara distinción, donde los hombres constantemente roten dentro de las mismas, y no generen un poder y control monopólico dentro de las mismas. Esto perjudica a las instituciones en cuestión, ya que son vistas como el centro de poder de un determinado político, algo que a la larga termina corrompiendo la creencia en las instituciones y condena a toda una institución al accionar de un hombre. Se realice una buena o mala labor, de todas formas esto le genera consecuencias negativas a las instituciones ya que serán vistas como el bastión de poder de una o de un grupo de personas. en lugar de ser entendidas como herramientas autónomas del sistema que poseen libertad a la hora de llevar a cabo su accionar.
La tercera caracterísitca de las instituciones es que garantizan la democracia. Un regimen democrático fragil, donde el gobierno se encuentra más cerca de un autoritarismo, posiblemente controle todos y cada uno de los ministerios y entidades institucionales del estado, esto lleva a que con el tiempo la democracia en sí como régimen político se fracture, y esto a su vez produce que las instituciones no logren garantizar el sostenimiento de la democracia.
Por otro lado, cuando surgen fuertes cuestionamientos al régimen democrático por motivos ajenos al accionar institucional, las propias instituciones pueden ser un garante del buen funcionamiento democrático, siempre y cuando su efectividad sea legitima. Las democracias que han sabido perdurar a lo largo de los siglos han tenido instituciones fuertes, que garantizaron a todo momento el buen funcionamiento del sistema, y que a pesar de conflictos sociales, bélicos, económicos y políticos, las instituciones perduraron. Esto legitima a una democracia, le permite contar con los instrumentos necesarios para ser la mejor forma de representación de una sociedad.
Las instituciones son un enlace entre la gente y la democracia. De hecho las instituciones emanan de la voluntad del pueblo, forman parte de la representación de los intereses de la gente y con el tiempo pueden permitirle a la sociedad tener rápidas respuestas a sus demandas. Principalmente en las últimas décadas, con el auge de las nuevas tecnologías, las sociedades en cambio del siglo XXI han ampliado sus demandas y al mismo tiempo realizan las mismas con mayor frecuencia. En varios de estos casos, los gobiernos no han sabido responder a los interrogantes y demandas de las sociedades, y es ahí donde las instituciones salen en respuesta del pueblo, cuando los políticos de turno carecen de respuestas eficaces y rápidas, las instituciones continúan siendo el tan valorado enlace entre la gente y el régimen, que responde a las demandas y generalmente otorga credibilidad.
Es preciso que toda institución posea viabilidad. Para esto se deben tener en cuenta cuales son sus objetivos, para qué fueron creadas, cuales van a ser los mecanismos para su funcionamiento y cual es el mejor camino a seguir. Esto le otorgará una mayor viabilidad en el tiempo, le permitirá ir adaptándose a los cambios dentro de la sociedad, responder de manera más eficaz a las demandas y disponer de una mayor solidez a la hora de afrontar momentos de cambio en el régimen. Es cierto que en términos generales, la viabilidad ha sido uno de los objetivos más difíciles de alcanzar para las instituciones, porque los cambios que se presentan en el sistema pueden ser lo demasiado poderosos como para terminar afectando a las instituciones. De todas formas debemos tener presente uno de los pilares de la democracia, y esto es la interconectividad entre las partes que la conforman.
Las instituciones deben tener un grado de independencia y demás, pero tampoco pueden actuar constanmente sin tener consenso con las fuerzas políticas, con los tomadores de decisiones, con el pueblo, es por esto que para alcanzar la viabilidad de las instituciones dentro de una democracia, todas las partes que la componen deben articular en conjunto para garantizar el buen funcionamiento general. Las instituciones precisan que tanto la sociedad como el gobierno aporten para mejorar la viabilidad y el futuro de las mismas, recordemos que las instituciones están formadas por hombres y y fueron creadas para los hombres, por esto no deben desprenderse de sus objetivos centrales, ni tampoco perder de vista los cambios que se producen en la sociedad, porque su respuesta a las demandas sociales debe ser rápida y efectiva.
Tomamos como sexta caracterísitica de las instituciones su autonomía. Las instituciones fueron creadas para responder a objetivos claros y concisos. Para esto deben poseer el más alto grado de especialización en dicha cuestión o área.
Para llevar a cabo su accionar de la mejor forma posible deben poseer un grado de autonomía que les permita responder de forma rápida y efectiva a las problemáticas y tópicos para las cuales fueron creadas. Cuando las instituciones son controladas por otras fuerzas dentro de una democracia, no logran realizar su tarea de forma efectiva, por ende fallan a la hora de responder a las cuestiones para las cuales fueron creadas. La autonomía debe ser entendida como un aspecto positivo de las instituciones que efectiviza su tarea. De forma inversa a medida que se vea reducido su grado de autonomía las instituciones van a fallar en sus tareas. La toma de decisiones dentro de las mismas se torna dificultosa, los intereses de por medio pueden impedir su accionar, el control por parte de líderes políticos puede manipular su poder y de esta forma afectar a la sociedad. En conclusión, las instituciones deben tener un grado determinado de autonomía, este grado solo puede ser alterado por las propias instituciones, a medida que entiendan como positivo su alteración. Cualquier tipo de modificación del mismo por parte de agentes externos corrompe al orden institucional.
Sera preciso que las instituciones tengan un buen funcionamiento. Si aplicamos una lógica simple podemos comprender que las mismas fueron creadas para determinadas cuestiones y solo para ellas. Poseen una formación y un nivel de accionar que les permite responder a dichas cuestiones. Son el actor central y con mayor experiencia dentro de dicha área. Por lo cual es de esperarse que tengan un buen funcionamiento, porque de esto depende parte de la sociedad, es decir que tal institución responda a tales demandas sociales de la mejor forma posible. Hemos mencionado algunos temas remitidos a como las instituciones pueden perjudicarse en su accionar e incluso como pueden dejar de cumplir con las tareas para las cuales fueron creadas. Los puntos anteriores claramente ayudan a que las instituciones tengan un buen funcionamiento, todo forma parte del conjunto, ya que las instituciones deben tener en cuenta varios ejes centrales de la sociedad para efectivizar su funcionamiento. Lo que es cierto es que precisan tener un buen accionar a todo momento y en todas las situaciones que se presenten.
Hemos mencionado previamente la importancia que posee la perduración de las instituciones en el tiempo a medida que vayan pasando los hombres por las mismas, y que exista una clara diferenciación y distinción entre ambas partes.
Sera clave distinguir entre las tareas elaboradas por los hombres y la tarea de las instituciones. La labor de ambas partes es fundamental, porque los hombres aportan a las instituciones, le otorgan un valor determinado que luego formará parte del resultado final del accionar institucional. Los hombres son parte de, no están a parte de. Su función es colaborar con las instituciones y efectivizar su labor para que la institución pueda mejorar y evolucionar constantemente. Las instituciones por su parte deben tener en cuenta los aportes de cada individuo, ya que como mencionamos con anterioridad, en lo que respecta a institucionalismo y democracia, las partes hacen al todo y la interconectividad entre las partes perfecciona y mejora al todo. Finalmente cabe mencionar que la respuesta última es otorgada por la institución y no por los hombres, es en nombre de la institución en la cual se responde y no en nombre de quienes colaboraron en el accionar de la institución.
Nuestra novena característica gira en torno a la necesidad que las instituciones no sean controladas y manipuladas por los intereses de los hombres. Los casos que podemos tomar como ejemplos son cientos de miles, las veces en las cuales partidos políticos, fuerzas sociales, grupos de poder económicos y las esferas más altas de poder en una democracia han tomado control de las instituciones para beneficiar sus intereses personales y alcanzar de forma más rápida determinados objetivos, son innumerables. Esto claramente perjudica de forma directa a las instituciones. La manipulación y el control externo destruyen a la institución en sí, y a su vez provocan efectos negativos en la sociedad que pueden observar como la misma institución es manipulada por otras fuerzas externas.
En un futuro, posiblemente cuando el sector que la haya manipulado ya no sea un actor relevante, el pueblo continuará teniendo en cuenta la manipulación que tuvo antiguamente aquella institución, y posiblemente la misma sea desligitimizada. La sociedad dejará de proveerle apoyo e inclusive dudarán de su información y accionar. Es que justamente, como hemos mencionado previamente, los hombre pasarán, pero las instituciones perdurarán, y al perdurar pueden hacerlo con huellas negativas dejadas por los hombres y que perdurarán en la memoria de la sociedad. Para esto es preciso que las instituciones dispongan y tengan en cuenta las características que hemos mencionado previamente en este trabajo, para poder desprenderse de todo tipo de influencia negativa y de control externo sobre ellas mismas, efectivizando de esta forma su labor y mejorando la visión que posee la sociedad de las mismas.
Las instituciones con un mejor funcionamiento han demostrado poder perdurar a pesar de los cambios producidos dentro de una democracia. Los cambios de gobierno, las fuertes alteraciones sociales y los vaivenes económicos, no han afectado la continuación en el tiempo por parte de las instituciones. Por supuesto que pueden haber cambiado sus objetivos, su accionar, sus respuestas ante la sociedad, pero las instituciones sólidas han sabido perdurar en el tiempo. Esto demuestra que las alteraciones en un régimen democrático no destruyen la lógica y el funcionamiento de las instituciones.
La última caracterísitca general de las instituciones que vamos a mencionar en la primera unidad del trabajo va a ser la solidez y legitimidad de las instituciones que permite mantener la confianza en la democracia como mejor sistema.
A medida que la solidez de una institución aumenta, se efectiviza su accionar dentro de la sociedad, esto lleva a que se geste un imaginario colectivo en el cual la institución realiza un gran aporte a la sociedad, por ende su credibilidad y legitimidad aumentan. Esto le otorga un valor especial a la institución, ya que ante momentos de cambio pueden ser uno de los refugios a los cuales acudan las ciudadanos para sostener el régimen democrático.
Las propias instituciones deben responder en dichas ocasiones de la misma forma en la cual respondieron siempre, demostrando que los cambios externos no corrompen su accionar y que de la misma forma no corromperán su relación con la sociedad. Es así como la democracia puede ser defendida por una sociedad, entre tantas otras cuestiones que pueden llevar a esto, se encuentra presentes la solidez y la creencia en las instituciones.
El camino a seguir por las instituciones del Siglo XXI.
Las instituciones deben transmitir viabilidad y seguridad, por lo cual deben intentar eliminar la corrupción en todos sus niveles. La problemática de la corrupción corrompe el orden institucional en todos sus niveles. Desde las esferas de poder más importantes en las instituciones hasta los funcionarios públicos de menor rango, la corrupción puede estar presente y afectar a la institución como un todo. En la segunda década del Siglo XXI la información es vital y los medios de comunicación han pasado a ser un actor determinante en todos los niveles del sistema internacional, por lo cual los casos de corrupción dentro de una institución pueden expandirse a gran escala por los medios de comunicación y repercutir seriamente en la sociedad. Durante las décadas previas hemos visto una gran cantidad de casos, en especial el cuestionamiento a ciertas instituciones occidentales que han desplegado su accionar en otras regiones del mundo. En parte, los medios permiten transmitirle a la gente las tareas que realizan las instituciones en otras regiones del mundo. También debemos recordar que con el auge de las telecomunicaciones y la tecnología 2.0, un simple funcionario que forma parte de una institución puede documentar, grabar o filmar material que puede comprometer a toda la institución. Es por esto que ha comenzado a efectuarse una interesante labor en ciertas instituciones, principalmente en naciones del primer mundo. Se han creado agencias especiales contra la corrupción o las llamadas "anticorrupción" dentro de una misma institución, o en algunos casos fuera de la misma pero con control directo sobre ella. Estas buscan controlar los casos de corrupción, manejo de fondos y actividades de los principales tomadores de decisiones dentro de las instituciones, con el fin de preservar la reputación de las mismas e impedir que estas sufran fuertes cuestionamientos dentro de la sociedad. Esta iniciativa es una opción viable para luchar contra la corrupción dentro de las instituciones en un momento en el cual las mismas se encuentran demasiado expuestas a los medios de comunicación masivos y a la opinión pública en general.
Para nuestros tiempos es preciso que las instituciones posean un cierto grado de rigidez en lo que respecta al control sobre los funcionarios. Para esto debe tenerse como objetivo fundamental de las instituciones del siglo XXI que los hombres no afecten el accionar de las instituciones. El costo de esto podría ser terminal para una institución en nuestros tiempos. La solidez de un regimen democratico también depende del grado de autonomía de sus instituciones. Hemos visto recientemente en diversos estados de distintas regiones del mundo, como regímenes democraticos han tomado control de las instituciones y rapidamente los funcionarios designados para ocupar los más altos cargos de las mismas han pasado a controlar y manipular dichas instituciones. Esto afecta al régimen democratico en general. Es importante tener en cuenta que los hombres no modifiquen las metas finales y los objetivos de las instituciones. En general estos cambios deberían venir "de abajo", como son denominados comúnmente. Es decir, la propia sociedad, en respuesta a los cambios que se van presentando, busca modificar sus instituciones para mejorar su futuro como un todo. Los cambios impuestos en las instituciones desde arriba, generalmente denominados "de élite" es decir cambios impuestos por un grupo y/o sector reducido de poder con el fin de modificar las instituciones, tiene consecuencias nefastas para una democracia. Porque los cambios no son introducidos por consenso de la sociedad, si no por un grupo reducido de individuos.
Actualmente nos encontramos en un momento histórico donde los cambios se dan con demasiada rapidez en el sistema. Los cambios políticos, económicos, financieros, sociales e incluso estructurales son una constante para un mundo en el cual las demandas se encuentran en constante cambio, y para esto las respuestas deben ser inmediatas.
Es de suprema importancia que si las instituciones perduran en el tiempo, puedan ir adaptandose a los cambios. Como es de esperar una institución no puede quedarse en el tiempo, con practicas y costumbres que resultan obsoletas para los tiempos modernos. Sí es importante que conserven sus pilares fundamentales, pero pueden aprovechar los cambios y las nuevas demandas para tener un mejor accionar. Las instituciones del Siglo XXI precisan estar más cerca de la gente, y para esto es necesario que se encuentren en constante movimiento. Su interacción con la sociedad debe ser fundamental, más en una era donde una gran cantidad de ciudadanos tienen acceso a internet y a demás medios para conectarse con las instituciones. Las mismas deben aprovechar de las nuevas tecnologías para presentar su accionar, sus planes y mostrar su rol dentro de la sociedad.
Las instituciones no deben ser arcaícas, deben buscar insertarse en el Siglo XXI. Esto mejorará su rendimiento y principalmente le permitirá a una importante masa de ciudadanos conocer sus propuestas, su funcionamiento y sus fines, lo cual contribuye a mejorar una democracia. El conocimiento por parte de los ciudadanos de sus instituciones beneficia a todos.
No podemos dejar de lado al hablar de instituciones, la burocracia. Es cierto que con el tiempo la burocracia puede perfeccionarse o puede entorpecerse, aunque generalmente en las últimas décadas hemos visto como la misma debió adaptarse a los cambios que sufrieron las instituciones. La burocracia tiende a ser positiva para una institución, el amplio conocimiento de un grupo de personas especialzadas para comandar dicha institución puede proveer a la sociedad de una importante herramienta, pero lo cierto es que la burocracia no debe entorpecer el funcionamiento de la institución. Las rápidas respuestas y la eficacia a la hora de afrontar situaciones límite pueden demostrar cuan capacitada se encuentra una burocracia. Una de las claves para el Siglo XXI va a ser el desarrollo y la evolución de las burocracias dentro de las instituciones para afrontar los cambios que se van presentando, y como esta responde. Para esto sera preciso la formación de profesionales, el perfeccionamiento de los burócratas, la utilización de información efectiva, la comunicación fluida entre los miembros de la institución y una efectiva comprensión de las demandas sociales.
Hemos estado hablando a lo largo de toda la segunda parte del trabajo acerca de la necesidad por parte de las instituciones de dar rápidas respuestas a la sociedad. Ahora bien, ¿de qué forma podemos llevar a cabo esto? En primer lugar se debe tener en cuenta a qué se responde, luego cuales son las demandas sociales, cuales son las capacidades de la institución, cuán cerca se encuentran las herramientas de las cuales disponen las instituciones, que consecuencias van a tener las respuestas, como puede modificar una institución el orden social dentro de un estado nación y finalmente evaluar la respuesta para poder perfeccionarse a futuro en lo que respecta a la relación con la sociedad. Las instituciones deben tener en cuenta que una rápida respuesta puede determinar el éxito o el fracaso, pero por otro lado también puede precipitar los resultados. El conocimiento del área sobre la cual se trabaja es primordial y el desarrollo de todas las capacidades institucionales para responder ante la sociedad va a determinar, junto a las demás características mencionadas, el resultado final. Por lo cual podemos concluir diciendo que las respuestas por parte de las instituciones dependen de un número determinado de factores internos y a la vez externos, y las mismas deben ser rápidas pero a la vez eficaces.
Debemos tener en cuenta que las instituciones dependen de sus objetivos. Fueron creadas para fines específicos y poseen herramientas para actuar ante tales fines. Otra de las características de las instituciones del Siglo XXI va a ser la necesidad de perseguir objetivos claros. Una institución no puede ocuparse de diversas cuestiones que estén poco relacionadas, las metas no pueden entrelazarse, tampoco se puede elaborar una escala de preferencias en cuanto a importancia, por eso las instituciones deben especializarse en un área y tener en cuenta cuales son sus objetivos. Así como los médicos se ocupan de la medicina, los abogados del derecho, las instituciones deben buscar comprender claramente cual es su área de trabajo en un siglo de constantes cambios. Para estos fines, los objetivos sirven de faro a las instituciones permitiéndoles no perder su rumbo y no desviarse del camino.
Finalizando con el trabajo debemos mencionar la última característica que creemos deben poseer las instituciones para el presente siglo. Las instituciones deben adaptarse al uso de las nuevas tecnologías. Las mismas han demostrado ser una herramienta fundamental para la comunicación gobierno - sociedad, han demostrado ser precisas para otorgar noticias "en vivo", realizar coberturas "minuto a minuto", conectando a un pueblo con el accionar que despliega su gobierno en todo el mundo, ha permitido hacer pública la agenda gubernamental, ha efectuado cambios en los servicios de gobierno que han tenido que dar respuesta a las sociedades sobre su accionar, en fin las nuevas tecnologías han permitido acercar a las sociedades a las actividades llevadas a cabo por sus gobiernos. En algunos casos ha dado resultados óptimos, beneficiando a ambas partes y mejorando el accionar conjunto de una nación, en otros ha demostrado ser fulminante, derrocando gobiernos, provocando renuncias en las cúpulas más altas de poder y desmantelando el accionar encubierto llevado a cabo por instituciones públicas.
El fin de utilizar dichas herramientas es mejorar la comunicación con la sociedad, agilizar las respuestas, demostrar transparencia, demostrar efectividad, demostrar que las instituciones no se tornan arcaícas si no que pueden adaptarse a los cambios y mejorar su comunicación, demostrar que la actividad gubernamental y burocrática no es un mundo cerrado, si no que se encuentra abierta a la sociedad, mejorar las actividades de la propia institución y ampliar las fronteras. Hoy día el acceso a la televisión e internet le permite a una gran cantidad de ciudadanos conocer las actividades que su gobierno lleva a cabo. Antiguamente aquellas personas que vivían en sectores alejados de los centros de poder y gobierno en una nación, prácticamente desconocían las actividades llevadas a cabo por las agencias de gobierno. Hoy día las redes sociales y los servicios informáticos oficiales han permitido eliminar las distancias, acercando a las instituciones con la sociedad. Creemos profundamente que esto es para beneficio de toda una nación, porque si nos remontamos al inicio de este trabajo donde señalamos que las instituciones emanan de la voluntad de los pueblos, estaríamos regresando en pleno Siglo XXI a una relación directa entre las sociedades y las instituciones que tiende a mejorar la calidad de vida dentro de una democracia.
Tomás Vera Ziccardi.