martes, 28 de septiembre de 2010

Sudamérica: análisis de los trabajos elaborados por Holsti, Kacowicz, Paradiso y Luna Pont.








Holsti, Kacowicz, Paradiso y Luna Pont plantean un nuevo enfoque con respecto a Sudamérica que se contrapone con la visión generalizada que se posee a nivel internacional con respecto a las áreas constituidas por estados débiles. En esta visión se establece que las áreas conformadas por estados débiles o inestables son más proclives a desarrollar guerras, que a largo plazo se traducen como un fenómeno habitual. Este concepto que se cree aplicable a todas las regiones donde encontramos estados débiles, tales como determinados sectores de África, el Sudeste Asiático, los Balcanes, entre otros, se intenta aplicar también a Sudamérica. Generalmente estos estados, que se encuentran dentro de estas regiones mencionadas, poseen las siguientes características. La estructura estatal es escasa, las instituciones no logran llevar a cabo sus funciones de manera adecuada, hay polarización y crisis social, hay cuestiones étnicas, tribales y religiosas, hay varios sub grupos dentro de la sociedad que atentan contra el bienestar de la totalidad de la población y contra el Estado mismo, encontramos grupos armados que operan desde la clandestinidad y que se enfrentan a las fuerzas armas. Estas características, llevan a tensiones limítrofes, políticas y regionales entre los estados acaparados en un determinado sector. Los métodos coercitivos y el uso de la fuerza surgen como la primer y más eficaz vía para resolver estas disputas. Lo cual más allá de surgir victorioso uno u otro estado, a la larga se perjudican ambos debido a las consecuencias económicas y  las sanciones que le impone la comunidad internacional. Generalmente en estas áreas los conflictos son cíclicos, es decir la guerra entre dos o más estados puede terminar y dar como resultado un ganador, pro con el tiempo aquellos que se encuentran dentro del bando perdedor tienden a rearmar sus fuerzas para volver a atacar, por lo cual se ve alterada la situación de los individuos de cada Estado debido a que se invierte casi en su totalidad en armamento bélico en lugar de hacerlo en alimentación y desarrollo. Pero a su vez también afecta a toda la región, no solo porque la sumerge en una crisis regional, si no porque se produce un fenómeno muy común, principalmente en sectores de África, denominado la regionalización, es decir el conflicto ya no se localiza en un lugar determinado si no que se traslada al resto de los estados de la región, generando mayores perdidas aún para la totalidad de los actores a nivel regional. Ahora bien, lo que plantean Paradiso y Luna Pont, Kacowicz y Holsti es ¿cómo puede ser que Sudamérica o mejor dicho los estados de la región presenten ciertas características de los estados débiles y sin embargo no presente las crisis y conflictos regionales que se dan en otros sectores del mundo y que llevan a un estado de guerra generalizado? Para esto los autores se remontan a las características que surgen desde temprana edad, incluso algunas tradiciones provienen del legado colonial y fueron heredadas por las jóvenes naciones sudamericanas, y que permiten explicar porque a la inversa de lo ocurrido en varias regiones del mundo, Sudamérica se acerca cada vez más a una paz regional.
Por otro lado lo desarrollado por los autores intenta poner en contraposición la visión realista y su relación con el sistema regional sudamericano. Explicando conceptos como el balance de poder, el uso de la fuerza, los intereses definidos en términos de poder, el rol del hegemón regional y la situación de tensión entre las unidades, vamos a ver como en determinado momento de la historia sudamericana (ya que los autores van a dividir su análisis en dos etapas, una desde los momentos posteriores a la independencia y hasta fines del siglo XIX y la otra a partir de comienzos del siglo XX en adelante) estas características se dan, pero luego a partir de la segunda etapa, principalmente utilizamos las definidas por Holsti, Paradiso y Luna Pont, estas características que enuncia el realismo no tienen lugar. Por lo cual vamos a ver que el realismo no es del todo aplicable para poder caracterizar a la región.
Como mencioné al comienzo durante el siglo XIX encontramos un escenario en donde los supuestos del realismo son completamente aplicables. Un sistema en donde hay tensión entre las partes, en donde la cooperación no es vista como una solución directa de las controversias si no que el uso de la fuerza es la medida más efectiva. Hay varias tensiones territoriales y referidas a la delimitación de fronteras entre las nuevas naciones y Brasil se consolida como el hegemón de la región. Con guerras formalmente declaradas e intervenciones y alianzas de por medio para obtener beneficios de los estados más débiles, el sistema claramente demostraba que no estaba garantizada la seguridad para los estados sudamericanos. Mucho menos frente a la amenaza de una invasión dada por una potencia extra territorial. De todas formas, antes de comenzar a explicar los mecanismos que desde temprana edad se buscan e intentan alcanzar, voy a continuar con el cambio durante el siglo XX.
A diferencia del siglo XIX, en el XX los conflictos armados interestatales se habían reducido drásticamente. Por una parte desde la guerra de Malvinas, que supuso el enfrentamiento de una nación regional frente a una no regional, no se encontraban conflictos armados interestatales en Sudamérica desde 1941. Por lo cual el escenario era completamente diferente, algo había cambiado que les permitió a los Estados Sudamericanos dejar de lado el uso de la fuerza y comenzar a utilizar nuevos mecanismos de solución de controversias. Por otro lado, los acuerdos y pactos ya sean de carácter bilateral o multilateral aumentaron considerablemente, de esta forma la doctrina realista sufre un fuerte golpe ya que los estados no buscan como primera y única solución efectiva el uso de la fuerza, si no que comienzan a tener en cuenta, ya desde el siglo XIX y debido a la tradición mencionada anteriormente, una tendencia a utilizar mecanismos de carácter más liberales.  Por otro lado el rol del hegemón cambia sustancialmente. La política imperialista llevada a cabo por el Brasil durante gran parte del siglo XIX y una parte del XX, que generaba miedo e incertidumbre por parte del resto de los estados, se deja de lado, y comenzamos a ver mayor interacción con el resto de los actores regionales. En fin este gran cambio, tiene sus raíces en los ideales de unidad y de confederación que promulgaban los primeros libertadores del continente. Ideales heredados de una tradición cristiana occidental que presenta un origen relativamente similar, al ser España y Portugal los principales actores durante la época colonial en Sudamérica. Si bien y como explico más adelante, según Holsti hay otras características más referidas al Estado que explican el cambio entre el siglo XIX y el XX, sin dejar de lado los mecanismos de solución de controversias mediante medios pacíficos y legales.
Una tradición que comienza a proponer lo mecanismos de solución de conflictos mediante la mediación, el arbitraje, la diplomacia y haciendo referencia al respeto del derecho internacional. Lo que caracterizo puntualmente más adelante. De todas formas es evidente que comienza a haber una tendencia desde temprana edad a llevar a cabo una buena relación entre los estados y una cooperación fuerte a nivel regional. Si bien según Luna Pont y Paradiso posee un carácter utópico, debido a cuestiones que también aclaro y analizo a lo largo del trabajo.
Retomando los cambios que los autores introducen en el nuevo enfoque es claramente evidenciable que los países sudamericanos debido a su tradición, a su progresivo desarrollo y a su búsqueda de ejecución han intentado alcanzar la cooperación entre estados como un mecanismo de resolución pacifica de controversias. En donde la diplomacia y el derecho internacional juegan un rol fundamental, que necesita de mayor relevancia durante la década de los 90s y la actualidad, según Kacowicz, para alcanzar una comunidad pluralista de seguridad y poder establecer en la región la paz. La región ha ido evolucionando de una Paz Negativa o de una Zona de Guerra a una Paz Estable o Zona de Paz, pero claramente es evidenciable que los mecanismos que han intentado alcanzar y utilizado los estados mediante Congresos, Acuerdos, Pactos y conformación de Organismos Internacionales ha jugado un papel fundamental para alcanzar la Zona de Paz. Para los autores esta tradición y este gran número de pactos, acuerdos, cartas, tratados y acuerdos bilaterales y multilaterales ha fortalecido los lazos de la región y logró convertirla enana zona muy próxima a la paz absoluta. En donde no solo no se han evidenciado gran cantidad de conflictos armados en el último siglo, si no que los métodos utilizados para alcanzar esa paz han sido constituidos en un orden primordial para toda la región.
Los autores mencionan la tradición proveniente de Europa, la especialización de varios próceres en ramas como el derecho, lo cual promovió las relaciones enmarcadas en un contexto de legalidad y respeto al derecho internacional, el origen común de los estados sudamericanos y su relativa homogeneidad, el avance progresivo hacia mecanismos bilaterales y multilaterales para establecer acuerdos y buscar alcanzar intereses mutuos entre los estados de la región, la búsqueda de mayor interdependencia económica, volcar el mercado particular de cada estado hacia la región, para poder no solo mejorar las relaciones económicas de la región si no también obtener beneficios del comercio, consolidar organismos que permitan todas estas medidas y que a su vez pueda tener un carácter y un rol determinante dentro de la región. Todas estas características acercan a lo que la mayoría de los autores tienden a mirar como un futuro esperanzador para la región, es decir la posibilidad de continuar con todos estos mecanismos para mejorar cuestiones particulares pero principalmente para fundamentar el análisis comprendido por los autores, de intentar demostrar que no solo Sudamérica posee otra clasificación y otras características de las cuales se les tiende a atribuir si no que de poder alcanzar estos objetivos de la mano de una comunidad pluralista y de organismos regionales pueda convertir la región en una Zona de Paz absoluta, que es el rumbo hacia el cual se encamina.
Tanto Paradiso y Luna Pont, Holsti y Kacowicz coinciden que Sudamérica posee una característica que la hace una región completamente diferente a las demás. Principalmente a la hora de poner en debate las teorías que sugieren que en las áreas constituidas por estados débiles o inestables se da la guerra como un fenómeno habitual y recurrente. Esta mencionada característica por los autores es el bajo grado de conflictividad bélica entre los Estados de la región, lo cual nos habla de un alto grado de cooperación y resolución de conflictos mediante mecanismos tales como la diplomacia y el derecho internacional. Esta característica la diferencia del resto de las regiones, lo cual hablando en términos de un bajo nivel de conflictos bélicos a partir del siglo XX (más adelante vamos a ver que varios autores establecen una diferenciación entre el período que abarca desde las independencias hasta fines del siglo XIX y por otro lado el escenario en el cual se desenvuelven las naciones sudamericanas a partir del siglo XX y mediados de este mismo)  que para algunos autores tales como Kacowicz nos permite hablar de Sudamérica como una “Zona de Paz”, entendiendo la clasificación que el hace de una región geográfica cuyos estados han mantenido relaciones pacíficas entre ellos por un período no menor a treinta años, a pesar de conflictos entre ellos y momentos de crisis.
Hay una característica que la mencionan todos los autores, la cual nos habla que ninguna otra región del mundo posee tantos tratados, cartas, documentos, convenciones y resoluciones de carácter bilateral y multilateral que conllevan al arreglo pacífico de controversias en las disputas internacionales. Esto nos habla del desarrollo progresivo que han ido llevando a cabo las naciones latinas desde sus respectivas independencias hasta el día de hoy. A pesar de haber atravesado por conflictos regionales, las problemáticas la hora de insertarse en el mercado mundial (en lo cual respecta al orden económico) y regímenes autoritarios, los estados de Sudamérica  han continuado con este mencionado mecanismo de cooperación, resolución pacífica de controversias y de buscar la mediación y el arbitraje local a la hora de resolver disputas.
Los estados estuvieron siempre pendientes de buscar sus independencias y de garantizar o preservar a los estados independientes de la región. De esta forma para los autores hay un nexo con los ideales de nuestros padres fundadores y las políticas regionales que llevaron a cabo los estados de la región. Esta idea de establecer y garantizar un mecanismo de resolución pacífica de controversias y el Principio Interamericano de Defensa Mutua fueron ideales originalmente planteados por Bolívar, que a pesar de las diferencias y los diversos escenarios a lo cuales debieron enfrentarse los estados en sus primeros años de independencia de una u otra forma se intentaron de llevar a cabo. La paz regional y garantizar las independencias de todos los estados, ya sea frente a una amenaza externa o frente a la posibilidad de sabotaje a la independencia de un estado, siempre se buscó alcanzar mediante mecanismos de coordinación mutua.
Es importante mencionar lo que Holsti y Kacowicz denominan como la tradición derivada de los europeos, lo cual le permitió a la región alcanzar un alto grado de civilidad para poder llevar a cabo estos mecanismos mencionados. Parte de la cultura occidental, ya sea de acuerdo al desarrollo ideológico o a los sistemas políticos y diplomáticos, tuvo gran influencia en la herencia que obtuvo Sudamérica y que permitió alcanzar el estado pacífico frente al cual nos encontramos hoy en día. No solo en el marco de la legalidad, la democracia, y lo que Paradiso y Luna Pont mencionan como el ideal por parte del Viejo Continente de transferir a América una responsabilidad en donde los ideales creados por ellos pudieran ser puestos en práctica  y correctamente implementados, si no que también en lo que hace a la tradición y al legado común que comparten las naciones. Aquí Kacowicz señala un punto interesante. Es cierto que la América Española y la América Portuguesa no presentaban grandes diferencias y controversias referidas al ámbito social, religioso y político, lo cual nos permite hablar de determinadas similitudes entre ambos sectores. Una vez llegada las independencias, si bien Brasil optó por un rumbo diferente del que optaron la gran mayoría de estados pertenecientes a la antigua América Española, ambas conservaban una identidad común relacionada con la tradición cristiana europea y occidental. Lo cual permitió y favoreció al desarrollo de un ambiente aún más pacífico, debido a los conflictos étnicos, los tribalismos y los choques entre religiones y dogmas. Claramente lo podemos contraponer con otras regiones tales como África y el Sudeste Asiático. En donde los tribalismos, la influencia de diversas religiones y dogmas, sumado a la gran cantidad de étnias, perjudicó el desarrollo pacífico entre los estados y en cierta forma perjudicó al sentimiento de pertenencia regional que sí encontramos en Sudamérica. A lo mejor queda un poco confusa esta última caracterización que realizo, pero para aclarar, Latinoamérica posee un origen común y características derivadas de la tradición cristiana europea. Por consiguiente podemos hablar que a la hora de mencionar conflictos ideológicos, ya sea debido a varias religiones en la región o a la influencia de ordenes coloniales muy divergentes entre sí, esto no se da en América Latina, por lo cual la región no debió enfrentarse a esos conflictos, que sí otras regiones aún hoy en día disputan.
Por otra parte, y ahora haciendo más hincapié en el análisis que llevan a cabo Paradiso y Luna Pont, me interesa mencionar la temprana búsqueda de consagrar y llevar a cabo Congresos Regionales en donde los diferentes estados puedan ponerse de acuerdo para llevar a cabo las cuestiones más importantes de la agenda regional. Desde un principio como ya mencioné, los temas se abocaban más a la unidad y a la coordinación para impedir cualquier intento de nueva colonización por parte de una potencia extranjera que pudiera llegar a amenazar el equilibrio. Paradiso y Luna Pont van esquematizando como progresan estos Congresos y la periodicidad con la cual se van llevando a cabo. Además de por supuesto, hacer referencia a los nuevos temas que van surgiendo en la “Agenda Grande”. Mencionan los ideales de Monteagudo, la posibilidad de plasmar y llevar a cabo el proyecto de Bolívar, la conservación de la paz regional y el arreglo de controversias mediante vías pacíficas. A su vez como se mencionó anteriormente la agenda se amplia. Se comienza a hablar de normas aduaneras, de la trata de reos y acusados de crímenes políticos, la navegación y por supuesto un incremento de relaciones comerciales entre las naciones.
En el ámbito político, vemos como la democracia y la forma de gobierno republicana es la dirección hacia la cual tienden las naciones y de las cuales se hablan en los Congresos. Se busca mantener una unidad regional, acrecentar las relaciones bilaterales y multilaterales las cuales permiten reforzar los vínculos entre los estados. En fin vemos como las naciones buscan mediante los Congresos consagrar valores políticos y económicos que favorezcan a la región y que impidan las contiendas bélicas, las agresiones, las carreras armamentísticas y la guerra entre los estados.
Pero según Paradiso y Luna Pont esta perspectiva sería utópica. En primer lugar debido a la debilidad de las comunicaciones entre los estados, no solo la geografía de la región dificultaba las comunicaciones si no que también los medios de transporte que poseían no eran tan avanzados ni estaban expandidos como en Europa, luego los vínculos económicos entre los estados latinos no era tan grandes, principalmente debido a que individualmente cada uno comerciaba con potencias extra regionales, por otra parte aún encontramos disputas territoriales principalmente relacionadas con la delimitación de las fronteras entre los estados, y finalmente muchos de los estados se encontraban con disputas internas que los remitían a tener que volcar gran parte de su tiempo y atención a las cuestiones locales. A pesar de todo esto, queda bien claro en el texto “Paz y guerra en la trayectoria latinoamericana” que la formación de Congresos y Encuentros entre los estados no se interrumpiría ni tampoco fracasaría, si no que en mi opinión, se intenta mencionar que presentaban ciertos contratiempos debido principalmente a la temprana edad de los estados Latinoamericanos.
Retomando lo que mencioné muy brevemente al comienzo, los autores coinciden en señalar una partición en el transcurso en el cual se desarrollan estos mecanismos en la región. Aquí me parece importante destacar la apreciación que realiza Holsti. Teniendo en cuenta que en su análisis, él mismo divide en dos partes ambos desarrollos para poder caracterizarlos y a su vez diferenciarlos de si mismos. Holsti habla de un siglo XIX que se presenta como una zona clásica de guerra, en donde encontramos 6 guerras formalmente declaras y 5 invasiones o intervenciones. De esta forma es evidente el uso de la fuerza y la amenaza mediante el uso de la fuerza que se da desde 1816 hasta 1900. Tanto las alianzas, el balance de poder, el rol del hegemón  regional, Brasil, y el uso de las armas para resolver los conflictos, nos permite caracterizar a la región como una traducción del escenario europeo. Principalmente las cuestiones entre estados, más allá de los intereses de cada estado que podemos caracterizar con la visión realista que nos ayudaría a comprender este período según Holsti, hacían referencia a las problemáticas en cuanto a los límites territoriales. Las contiendas bélicas se desarrollaron a mediana y gran escala, principalmente en Sudamérica, y en cuanto a las relaciones bilaterales y al comercio, los estados latinos miraban más hacia Europa que hacía la propia región. También me gustaría mencionar que Holsti hace una caracterización que la podemos relacionar con los impedimentos geográficos y de vías de comunicación que hacían el afán de unidad regional y de confederación que Luna Pont y Paradiso señalan como utópico. Aquí es cuando Holsti menciona las grandes barreras geográficas y la problemática para demarcar los limites, que llevan a las contiendas bélicas entre los estados. Creo que esta característica de la región remitida al territorio geográfico y a localización de los estados dieron lugar a conflictos o a impedimentos a la hora de intentar alcanzar una fuerte unidad regional dada por vínculos entre los estados. A pesar que encontramos barreras geográficas y sacando el nivel de desarrollo logístico y las redes de conexiones, Europa resultó más privilegiada que América Latina. Una América Latina que desde la época de la colonización podemos hablar de las fallas de comunicación entre los antiguos virreinatos y los centros comerciales. Pero es una apreciación propia que a lo mejor no sea del todo correcta, aun así me parecía importante señalarla.
Por otro lado Holsti caracteriza al siglo XX en América del Sur como una “Zona de no guerra”. Esta era fue de relativa paz, llevando a la región junto con Norteamérica a ser una de las zonas mundiales con mayor grado de paz.
Muchas de las características que encasillamos dentro del realismo, tales como el balance de poder, la supremacía bélica y el uso de la fuerza o el rol del hegemón regional, no se vieron caracterizadas en este periodo, ya que el arbitraje y la resolución pacifica de controversias fueron de índole primaria en toda la región. Por su parte los acuerdos multilaterales, los vínculos diplomáticos, las relaciones comerciales y la apertura de mercados se intensificaron en esta época. Por último Holsti menciona dos características más de este periodo a tener en cuenta. Una es el escaso cambio de fronteras y los cambios en cuanto a los territorios de los estados. Hay que tener en cuenta que desde las independencias no desapareció ningún estado de los originarios ni tampoco surgió uno nuevo, lo cual nos demuestra el respeto y el compromiso que mantuvieron los estados entre si. La otra característica que menciona Holsti es el rol del hegemón. Brasil, no continuó llevando a cabo una política imperialista, que pudiera perjudicar a la región o que pusiera en riesgo la soberanía de los estados sudamericanos, si no que durante el siglo XX demostró estar “satisfecho”, como detalla Holsti, con sus posesiones territoriales. Luego de la década de los 70s y los 80s, Brasil comenzó a llevar a cabo fuertes relaciones bilaterales  con miembros de la región, principalmente con la Argentina, que es con quien había mantenido varias disputas y tensiones a lo largo de las décadas anteriores.
Conjuntamente con la división que realiza Holsti entre el Siglo XIX y el XX, él señala ciertas visiones para poder explicar el porque de estos cambios abruptos entre un momento y otro. Se encarga de buscar explicaciones en el realismo, en la tradición cultural, en la visión liberal, entre otras. Pero el menciona que la clave para comprender su caracterización es visualizar a los estados fuertes como una explicación. Aquí vemos que los estados fuertes generan un ambiente de paz en su región, por lo cual cuesta entender que Sudamérica esté en camino de una zona de paz completa, debido a que no se toman en cuenta a los estados de la región como estados fuertes. Las políticas locales son débiles, a lo largo de la historia han habido cambios de gobiernos constantes, en el primer período los problemas debido a la falta de delimitación territorial llevó a conflictos bélicos y a la estabilidad de aquel período, los estados carecían de sociedades civiles fuertemente conformadas y de políticas de integración. Pero en el plano internacional los estados han intentado respetar la identidad territorial, principalmente a partir del siglo XX, en parte debido a que las disputas territoriales no acaparaban la totalidad o un gran sector de  territorio, si no que eran espacios, o mejor dicho, territorios reducidos. Por otro lado las controversias se buscarían solucionar mediante la cooperación y el arbitraje, recurriendo al derecho internacional y no a contiendas bélicas que terminarían desgastando a los estados en cuestión. A su vez, las problemáticas internas generalmente han sido más de carácter ideológico que bélico, lo cual si bien encontramos cuestiones internas a tener en cuenta, estas no alcanzaban el grado tal como para impedir una buena relación y un orden pacifico en la región. Por último a diferencia de Centroamérica, no se ha intentado utilizar al Estado para debilitar a sectores sociales o a subgrupos de la sociedad.
Para finalizar me parece interesante señalar lo que Kacowicz denomina como Comunidad Pluralista de Seguridad en Sudamérica. A lo largo de su desarrollo de la “Larga Paz Sudamericana”  Kacowicz menciona el transcurso que va sufriendo la región desde 1883 con la Paz Negativa hasta la Paz Estable en 1995 y en adelante y como los estados van buscando alcanzar la resolución de las controversias mediante mecanismos avalados por el  derecho internacional que no inciten a las partes al uso de la fuerza, lo cual nos permite visualizar lo que el autor claramente evidencia como el aumento de interdependencia económica y de integración política, ya sea mediante los acuerdos bilaterales (menciona principalmente la relación post década de los 80s entre la Argentina y el Brasil) o mediante la conformación de instituciones y organismos internacionales tales como el MERCOSUR.
El plantea que al máximo nivel al cual puede aspirar los estados sudamericanos es a la conformación de una comunidad pluralista de seguridad. La cual va a estar avalada por un alto grado de institucionalización, donde el peso de las instituciones sea fuerte y ejerza control entre los estados, una fuerte identidad comunitaria principalmente fortalecida mediante un régimen político común y una mayor interdependencia económica. Aunque menciona que la presencia de regimenes democráticos no es una condición necesaria para la constitución de la comunidad pluralista. Él señala que los estados sudamericanos deben buscar alcanzar una alta identidad regional para articular políticas en común y llevar a cabo planes económicos con beneficios para todos.





                                                                         Tomás Vera Ziccardi.

sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Podemos hablar de fracaso del “Change we need”?

Breve introducción.




Carismático, extrovertido, distinto, afro americano, demócrata, experimentado o revolucionario son algunos de los tantos calificativos que podemos utilizar para caracterizar al máximo líder de los Estados Unidos de América, Barack Obama.
Para analizar cualquier teoría o corriente ideológica es necesario describir a sus fundadores o principales defensores, para analizar el “Change we need” de Obama es preciso remontarse en el tiempo y ver los nexos que esta doctrina de cambio tiene con Abraham Lincoln o John Fitzgerald Kennedy.
Es cierto que en contraposición con el título de este ensayo, para muchos es demasiado temprano para hablar de “fracaso” de esta política, pero es innegable que no podemos dejar pasar los acontecimientos del gabinete Obama durante este primer año de mandato.
A continuación me propongo analizar los inicios de esta corriente, su vínculo con diferentes personalidades de la política norteamericana, la imagen de Obama en relación a este tema, el desarrollo que ha llevado durante este primer año, junto con los aciertos y desaciertos, y por último busco encontrar la respuesta para un mejor funcionamiento de la doctrina que busca el verdadero cambio no solo a nivel doméstico si no también a nivel internacional, y al costo que sea necesario pagar.





Los inicios y sus antecedentes.





Obama ha dado su discurso de apertura de su campaña a candidato demócrata para las elecciones presidenciales en Illinois, específicamente en frente del antiguo Capitolio. No es casualidad que ese mismo lugar sea donde Lincoln haya pronunciado su discurso House Divided, donde desde una temprana época buscaba realizar cambios para los Estados Unidos. Para muchos Obama busca una continuación de aquel sueño de Lincoln, Buscar igualdad social, mayor relación y vínculo del Estado en la mayoría de las cuestiones y una política internacional más correcta y tirada por las riendas de la cooperación y la diplomacia. Pero salvo algunos determinados períodos de la historia norteamericana, las cosas no han salido como Lincoln buscaba.
A lo mejor es debido a la eterna puja entre Demócratas y Republicanos. Para otros es debido a una cúpula que maneja a los Estados Unidos y al mundo aplicando con el Big Stick de Theodore Roosevelt. Lo cierto es que Lincoln buscó ese cambió, y a pesar de las importantes reformas que llevó a cabo, encontró la muerte. Es probable que sus intereses fueran en contra de esta constantemente nombrada cúpula. Pero a lo largo de la historia de los Estados Unidos y en especial durante un período crítico ha aparecido otro gran pensador y defensor de los valores buscados por Abraham Lincoln. Estamos hablando de John Fitzgerald Kennedy. Su intento por reformar a los Estados Unidos, de llevar a cabo una política internacional más pacífica y no tan dura como lo fue durante la Guerra Fría, su intento por una mayor intervención del Estado en la economía y el sistema de salud norteamericano, y más importante aún la incansable búsqueda de Kennedy por la igualdad racial y social le costó la vida. Al parecer este tipo de personalidades terminarían de la misma forma. No hay que olvidarse de Martin Luther King, en fin, a todos les llegaba la hora al intentar cambiar a los Estados Unidos y su relación con el mundo.






Abraham Lincoln. Intentó realizar grandes cambios que le terminaron costando su propia vida.






En la imágen John Fitzgerald Kennedy. Los cambios y reformas que estaba llevando a cabo se contraponían con los objetivos de los dos grupos más fuertes de la pirámide de poder norteamericana. Al igual que Lincoln, le terminaría costando la vida.





De todas formas, y a pesar de los mandatos de varios presidentes republicanos que llevaron políticas muy contrarias a las enunciadas anteriormente, el legado de estos hombres jamás sucumbiría. De hecho, un joven nacido en Honolulu, Hawai (aunque para muchos Kenya) las intentaría llevar a cabo.
Desde muy temprana edad Barack Obama buscó hacer realidad estos ideales. No solo como abogado o profesor universitario, si no también como Senador de los Estados Unidos y actualmente como presidente del país.
Obama buscó continuar con la línea de Woodrow Wilson. Es decir que la posición de Estados Unidos en el plano internacional sea la misma que a nivel local. Intentar llevar los valores y políticas domésticas al plano internacional. La libertad, democracia, “igualdad”, dialogo y la libertad de expresión se podían difundir en el sistema internacional. En lugar de la intervención militar, las ocupaciones, el manejo de tropas en Asia, América, África y Europa y una política internacional rígida para no demostrar flaqueza frente a los enemigos.
Es importante enunciar que como Senador de los Estados Unidos, Obama integró la comisión de Relaciones Internacionales, realizando varios viajes con destino en Asia, Europa y África. De esta forma amplió sus conocimientos y conoció la realidad tanto de las tropas norteamericanas desplegadas por el mundo como de los ciudadanos de otros países.






Barack Obama, actual presidente de los Estados Unidos de América.






Pero al igual que Kennedy y Wilson, encontraría trabas en el camino que le continuaría demostrando al mundo y a los demócratas, que la política internacional norteamericana es mas compleja de lo que esperaban y que los intereses de por medio son difíciles de alcanzar con tan solo valores morales y éticos.





¿Qué es el Change we need?





Es necesario que hayan entendido el proceso de formación de los ideales buscados por las personalidades que se mencionó en el capítulo anterior. Ideas que se contraponen con los planteos de varios republicanos y conservadores norteamericanos.
Lo cierto es que podríamos hablar de escuelas del pensamiento o de teoristas de este pensamiento, pero eso nos llevaría tiempo y desviaría el punto central de la investigación.
De todas formas el proceso de gestación de estos ideales se ha contrapuesto constantemente con los gobiernos republicanos e incluso con determinados gobiernos demócratas de los Estados Unidos, aún más durante la Guerra Fría y al parecer continúa durante el Nuevo Orden Mundial.
Pero este cambio, se acentuó con la Guerra de Irak y Afghanistan, un duro golpe para la sociedad norteamericana que no pudo superar el síndrome Vietnam, por lo cual, ¿para que volver a intervenir en un territorio lejano e inhóspito para llevar nuestros ideales, pero a la fuerza? Pronunciaban los defensores del cambio. Era posible llevar los ideales norteamericanos pero con la diplomacia y el dialogo, las armas no eran la única forma de llevarlos y menos en un nuevo sistema internacional, donde la opinión de los actores es más fuerte y donde se busca dejar la guerra de lado como mecanismo de relación. Barack siempre se opuso a la guerra desde su comienzo. Con el paso del tiempo y comenzando a superar 9/11 la sociedad norteamericana se opondría a la política del gabinete Bush (júnior) con respecto a la Guerra en Medio Oriente, la seguridad de defensa e ir en contra de los que se encontraban en el supuesto Eje del Mal con armas de destrucción masiva. No solo porque la guerra era costosa y el despliegue de tropas era constante si no porque los conflictos actuales que envuelven a los Estados independientes y a grupos armados tienden a debilitar al Estado debido a la opinión pública ya que la guerra se hace larga y los resultados no llegan. Esta es una de las tantas características de los conflictos asimétricos.
Para muchos Irak demostró ser una contienda demasiado difícil en donde el enfrentamiento contra grupos revolucionarios y no contra un ejército regular, una lucha contra un enemigo que se esconde dentro de la sociedad y el combate con un adversario que ataca y corre para debilitar la moral de las tropas nos demuestra que a la larga Estados Unidos tenía mucho mas que perder de lo que esperaba ganar. En el siguiente capítulo analizaré el retiro de Irak por parte de Barack como una medida política para frenar su reciente impopularidad entre la población. De todas formas, el Change We Need también apuntaba a este conflicto armado. Para algunos lo utilizó como una forma de ganarse al electorado, pero como ya mencionamos Obama siempre se opuso a la guerra, como buen demócrata.






Uno de los tantos slogans utilizados por Barack Obama durante su campaña presidencial.






El cambio también apuntaba al sistema de sanidad norteamericano. Un punto difícil para tocar. Las grandes entidades que manejaban y todavía manejan al sistema de salud norteamericano sacaban una gran ganancia desde el sector privado. El negocio era redondo, pero con Obama y su plan de Salud esto era un duro golpe a estas entidades privadas que estaban acostumbradas a mantener “negocios” con los Bush (father and son) y con Donald Rumsfeld.
Obama buscó también cambios en la economía, una mayor intervención del Estado, como lo enunciaba Kennedy, controlar determinados negocios y movimientos de dinero para poder mantener al mando la economía del país.
A su vez promulgó el cambio en el Medio Ambiente, un mayor control estatal y obligar a las grandes industrias emisoras de gases tóxicos una reducción de los mismos. Lo cual esperanzó a muchos estados con la posibilidad de Estados Unidos de ratificar el Protocolo de Kyoto.
En todos estos aspectos, los cuales los menciono muy por encima, Obama proponía un verdadero cambio, el conocido CHANGE WE NEED. Obama-Biden, la formula que sería capaz de llevar a cabo el “Change we need, and that change only comes with Barack”, una nueva América, una nueva política internacional que a su vez llevaría a cabo grandes reformas a nivel local. Todas estas promesas sumado al desgaste de los republicanos debido a la administración Bush y a la Guerra de Irak, sentenció a los mismos republicanos para las siguientes elecciones y le facilitó el camino a Obama, a pesar de tener que enfrentarse a un gran contrincante como el Senador (US Senator) y Héroe Nacional (National Hero and War Hero) John McCain.





La fórmula ganadora de las elecciones presidenciales del año 2008 Obama-Biden.






Joe Biden. El actual Vice Presidente de los Estados Unidos de América lleva desarrollando una amplia carrera política desde hace décadas.





Por supuesto todo sumado a que Obama representaba a los afro americanos. Esto implicaba un legítimo cambio en la historia de Estados Unidos. Con quien podría llegar a ser el primer presidente afro americano de toda la historia de Estados Unidos.
El “Change” era necesario y la gente así lo reclamaba.





El Change we need en la práctica.





No solo los norteamericanos esperaban mucho de él, si no también el mundo entero. Muchos países, no solo potencias mundiales si no también países del denominado tercer mundo creían en un verdadero cambio por parte de Estados Unidos de la mano del recientemente electo Barack Obama.
Lo cierto es que Obama esperanzó a todo el mundo. Y a lo mejor parte del descontento actual se debe a esto. Tanto se esperaba de él y tanto se puso en juego por él que a lo mejor era de esperarse que no dieran cambios tan radicales (y teniendo en cuenta que los cambios llevan tiempo, más aún en una sociedad como la norteamericana), por lo cual una parte de la sociedad americana y algunos países del mundo se sintieron traicionados por él.
Por otra parte debemos recordar la crisis financiera que sacudió al mundo. No lo podemos pasar por alto, Obama debía enfrentarse no solo a la crisis económica interna si no también al estar a cargo de Estados Unidos y entendiendo el papel fundamental que este país juega a nivel mundial, debía mejorar la situación para todos y dejar un mensaje esperanzador, pero a su vez debía enfrentarse al desgaste económico producido por la guerra en Medio Oriente.
La crisis fue dura para la administración Obama, supuso una gran cantidad de perdidas para la economía norteamericana y un incremento en el índice de desempleados de su país, lo cual siempre fue un punto crítico para todo presidente y político norteamericano. La supuesta recuperación, que todavía se pone en duda, fue larga y agotadora, varios puntos de la agenda Obama debieron posponerse debido al énfasis en superar la crisis. Lo cual a su vez disminuyo su imagen a nivel interno y externo.
Luego de recibir el Premio Nobel de la Paz, las críticas hacia Obama aumentaron. ¿Como era posible que el premio fuera otorgado a alguien que en la práctica no había realizado grandes cambios y progresos para la paz? Alguien que solo prometía pero no cumplía. Mientras que hay tantos miles de personas que día a día luchan contra el hambre en África y las enfermedades en Asia. El premio fue polémico. Obama había prometido cerrar Guantánamo, un valuarte de la administración Bush. Pero 4 meses más tarde debió retirar sus palabras, y continuar con el funcionamiento de la prisión en Cuba.






El Camp Delta ubicado en Guantanamo, Cuba ha sido uno de puntos fuertes de la campaña presidencial de Obama. Ya una vez en la presidencia demostró ser un fuerte dolor de cabeza y algo muy difícil de controlar.






Por su parte la guerra en Irak continuaba. Por lo cual las promesas no se cumplían. Esto produjo que determinados sectores de la prensa norteamericana lo tildara al líder de mentiroso. Si bien Obama anunció hace unas semanas el retiro de las tropas de Medio Oriente, aunque 50.000 tropas permanecerán para tareas de mantenimiento y entrenamiento, este retiro con la cabeza gacha y más dudas que aciertos para resaltar, son una estrategia política para levantar la popularidad de Obama, que en los últimos meses ha ido en caída. La guerra fue un punto difícil de tocar, y veremos el análisis propio cuando el mandatario de su discurso al regresar las tropas a casa.
En lo que respecta al sistema de salud, vemos otro bastión de resistencia para Obama. Sin haber modificado el sistema en su totalidad, parece ser que no solo aquellos a cargo del sistema si no también una parte de la población se opone a las medidas planteadas por el mandatario debido al presupuesto que estas implican.
Retomando el ámbito militar hay que señalar cierto disgusto por parte de los sectores más altos de las fuerzas armadas. Recordemos que luego del poder económico y de las grandes entidades financieras, encontramos como segundo escalón de poder en la pirámide norteamericana al sector militar. No solo la industria pesada que constantemente produce armamento, maquinarias de todo tipo y vende desde Seoul hasta California, si no también los círculos militares más poderosos del país. Generalmente se asocia más a los republicanos con el sector militar, mientras que los demócratas siempre han intentado llevar una política internacional menos armamentística que sus rivales políticos. Lo cual establece un cambio en la relación, debido a que Obama no comparte los mismos valores e ideales que a lo mejor sí llevaba a cabo el republicano George Walker Bush.
Obama, quien se proclama como defensor de los Derechos Humanos y la Paz Mundial, sería una fuerte amenaza para esta élite o cúspide militar. Más aún con el retiro de las tropas de Irak y la llamada al retiro progresivo en los próximos años de Afghanistán y otros territorios. Pero lo cierto es que Obama ha sabido manipular a los militares norteamericanos. Es cierto que Obama debe controlar diversos frentes tales como la sociedad, la comunidad internacional, los militares y las corporaciones económicas y financieras norteamericanas, pero desde su mandato ha intentado establecer un orden liberal entre todos estos sectores.






El sector Militar, la Defensa y la industria pesada armamentística, también conocidos como el segundo grupo de la pirámide de poder norteamericana, siempre han jugado un rol importante en la política norteamericana. Incluso hasta en tiempos de Obama.





Aunque muchos señalan que no es Obama quien llevó a cabo estas relaciones con los diversos sectores, si no, un grupo que analizaremos a continuación en profundidad y que manipulan a Obama como un títere, que según muchos autores fueron quienes lo colocaron al actual mandatario en el gobierno manipulando su carisma y atrayendo a la raza de color al igual que a jóvenes y la gran mayoría del electorado demócrata, son a su vez quienes supuestamente crearon la burbuja económica y la consiguiente crisis financiera para emitir créditos a nivel interno y externo a diversos bancos, corporaciones, multinacionales y particulares. Estamos hablando nada más y nada menos que del Bilderberg Group.





Obama y su relación con el grupo Bilderberg.





Desde muy temprana edad, en Estados Unidos la relación entre quienes están a cargo del Tesoro Nacional conjuntamente con los grandes banqueros de Wall Street y los presidentes norteamericanos ha sido muy fuerte. Ya sea porque algunos mandatarios se oponían a la fuerte influencia de estos capitalistas o porque se vinculaban y programaban acciones conjuntas. El grupo Bilderberg está conformado por muchos de los descendientes de los primeros grandes comerciantes del país, y en la actualidad son quienes manejan la economía de Estados Unidos y quienes articulan Wall Street.
No importa si son republicanos o demócratas, pero últimamente los presidentes norteamericanos han apoyado a este grupo e interactuado con ellos. Básicamente por su fuerte poder, son quienes manejan al país, la élite de la cual hablábamos al principio, a quienes se le atribuye los asesinatos de los presidentes mencionados también al comienzo del artículo, son quienes supuestamente iniciaron la última crisis financiera para tener un mayor control de la economía y poder destruir en gran escala a la clase media norteamericana. Se encuentran en la cúpula de la pirámide de poder de los Estados Unidos de América. Han sabido manipular y colocar presidentes, iniciar guerras, destruir economías de otros países, colocar los productos norteamericanos por todo el mundo y emitir créditos a muchos bancos y entidades financieras mundiales para su propio beneficio.
Si bien el grupo Bilderberg no lleva este nombre desde una temprana edad, la cúpula de poder económico norteamericano ha existido desde hace muchos años.
Este grupo toma decisiones a gran escala, no están a cargo de bancos y corporaciones, si no que manejan a los llamados “bancos de bancos”, a las principales entidades financieras que no llegan a los oídos de los ciudadanos comunes, están a cargo de las grandes corporaciones mundiales que no solo controlan los productos básicos si no también el comercio bélico y sanitario.






Conocido como la cúpula de la pirámide de poder norteamericana, las grandes entidades financieras de Wall Street han manipulado a su gusto a diversos políticos norteamericanos.






Habiendo mencionado su papel histórico a nivel mundial era de esperarse que estos hombres que se mantienen en el anonimato o son figuras políticas que ocupan cargos como Secretario de Estado, presidentes de corporaciones, ex presidentes de países europeos y de Estados Unidos o el mismo Presidente de la Nación.
Obama fue colocado y apoyado por este grupo. No es de extrañarse que en su gabinete encontremos una gran mayoría de funcionarios que se formaron y desempeñaron cargos durante mucho tiempo en Wall Street.
No es de esperarse que la actual Secretaria de Estado de los Estados Unidos sea una conocida integrante del grupo, al igual que su marido y ex presidente. Estamos hablando de Hillary y Bill Clinton. A su vez encontramos a los ex presidentes George H W Bush, a su hijo George W Bush, al ex Secretario de Defensa y Jefe de Gabinete, quien expandió la gripe porcina mexicana (A1NH1) para beneficiarse con la venta de medicamentos y vacunas que sus empresas farmacéuticas producían, Donald Rumsfeld, al ex Secetrario de Estado y uno de las mayores referentes de la política internacional norteamericana Henry Kissinger, entre otros.
La relación queda demostrada, más con la famosa reunión que mantuvo Obama y el ex presidente Clinton (como ya mencionamos, reconocido integrante del grupo) antes de su proclamación como Presidente de los Estados Unidos. Por lo cual para muchos Obama es otro títere más del grupo Bilderberg, una manipulación con carácter radical, con apertura social y apoyo a los afro americanos, cuando en realidad el poder continúa en las manos del grupo que maneja la economía mundial. Un cebo perfecto para ganarse al pueblo americano y poder continuar con su dominación económica, militar y a su vez hacerla política y social.
Uno puedo estar o no de acuerdo, apoyar o no a Obama, pero al ver su relación con este grupo vemos como muchas preguntas sin respuestas comienzan a aclararse, no solo por los funcionarios y personalidades que rodean al actual presidente de los Estados Unidos si no también por las decisiones y fallidos intentos que llevó a cabo Obama.





Conclusiones finales del autor.





Habiendo explicado desde los antecedentes hasta la puesta en marcha del Change We Need, su relación con los diversos sectores y corporaciones como también grandes personalidades, busco dar mi opinión final para el buen desarrollo de esta doctrina y para intentar aclarar su posición a nivel mundial.
Tranquilamente se podría decir que del slogan político que utilizó Barack Obama para su campaña presidencial “Change, we can believe in”, podemos realizar una transformación a “Bilderberg Elitism, we can believe in”.Han habido cambios con respecto a la última administración, han sido ejecutadas diversas políticas, pero la realidad es que el supuesto Avance y Cambio que prometió Obama difícilmente llegue mientras se mantenga en manos de quienes han estado controlando a Estados Unidos desde hace varias décadas. Difícilmente se puedan llevar a cabo cambios radicales a nivel social dentro de los Estados Unidos, cambios en el sistema de salubridad, cambios en cuanto al avance militar por más que no esté llevando a cabo una guerra en la otra punta del mundo, si las cosas no cambian desde arriba. Si la pirámide no se reinvierte, si la cúpula no pasa a estar manejada por otros actores. Como mencionan varios ciudadanos americanos, si el poder no regresa a la república y al pueblo, tarde o temprano veremos la caída de la misma. El pueblo continúa siendo el soberano del poder, pero quienes toman las decisiones se ven influenciados, o mejor dicho obligados por un grupo de personas a quienes solo les importa su bolsillo y no el crecimiento y beneficio a nivel mundial. Por lo cual vemos como hay una contraposición entre lo que dice Obama y lo que está llevando a cabo. Muchos podrían preguntarse luego de leer este artículo ¿por qué Obama no ayuda como prometió al crecimiento de varias regiones mundiales, al apoyo de su país a personas en África, Asia y América? ¿Por qué no lleva a cabo de forma más rápida las medidas que mencionó antes de llegar al poder? Y tantos por qué más. Pero espero que viendo quienes son verdaderamente los que llevan adelante las riendas de los Estados Unidos y quienes manejan la economía mundial puedan entender que Obama no es Superman (a pesar que el bromee que sí lo es) ni tampoco quien verdaderamente tiene el poder para llevar a cabo estas reformas que promulgó en el Change We Need. Al final el cambio not only comes with Barack, si no que el cambio difícilmente se lleve a cabo. No solo porque es difícil de alcanzar y necesita de gran valor y entrega si no también porque quien lo prometió le da la mano y se reúne con quienes no quieren el cambio. Con quienes quieren mantener su dominio bajo un status quo que han creado hace mucho tiempo y que les sirve para llenar sus bolsillos de dinero mientras que el hambre, las enfermedades, las crisis económicas y sociales sacuden no solo a gran parte del mundo si no también a su propio país.
De esta forma quiero que vean que si bien Obama es denominado como uno de los sucesores de Kennedy y por más que intente alcanzar esos ideales, detrás de esta máscara de igualdad, libertad y paz hay otro Obama, que está muy lejos de poder denominarse como seguidor de alguien que encontró la muerte por su lucha ideológica y que dejó un gran legado a toda la humanidad.
Por último es cierto que varios autores e intelectuales norteamericanos sitúan en este momento la caída de la República, que para muchos sería la caída del Imperio, como le termina sucediendo a todo gran Imperio o potencia hegemónica. Pero eso será material para analizar en otro ensayo, y necesitará del paso de algunos años, por lo menos de la culminación de la administración Obama, para poder visualizar de mejor forma no solo aciertos y desaciertos, que tiene todo gobierno a nivel mundial, si no para ver si el tan aplaudido, anunciado, esperanzador y prometedor Change We Need fue puesto en marcha y ejecutado, o si tan solo fue otro engaño más utilizando los valores y principios intrínsecos y esenciales de la humanidad.




                                                                                       Tomás Vera Ziccardi.