La Batalla de Hastings - 1066.
Autor: Tomás Vera Ziccardi.
La Batalla de Hastings se ha consagrado en la historia inglesa y europea como un momento de cambio estructural. La llegada de los normandos al trono inglés implicó el inicio de una nueva era en las islas británicas, la cual daría comienzo a la conformación de la sociedad inglesa de la Edad Media. Desde los romanos hasta los normandos, pasando por los sajones y los pueblos nórdicos, varias han sido las civilizaciones que han realizado aportes a lo que hoy conocemos como Inglaterra. Posiblemente sea la influencia normanda una de las más interesantes, ya que impuso un sistema, social, político, cultural y dinástico que perduraría hasta la Edad Moderna. Es por ello que deseamos describir la coyuntura previa y posterior a la batalla que tomó lugar en 1066, ya que nos permitirá comprender un momento clave de la historia del pueblo inglés.
Finalmente debemos tomar en cuenta que tanto la batalla por el trono inglés como también sus posteriores consecuencias engloban a una importante cantidad de actores, varios de los cuales dejarán su legado en la sociedad y cultura inglesa. Algo que puede ser evidenciado, incluso, en nuestros días. Después de todo, para los ingleses, Dieu et mon droit sigue siendo más que un mero lema nacional.
Durante las primeras décadas del siglo XI, Inglaterra atravesaba por un período de crisis de sus élites. Dichas élites anglosajonas encontraban divisiones internas respecto al manejo de sus tierras. Por parte del monarca se evidencia un momento de serias incógnitas en torno a su figura, algo que se agudizará durante el reinado de Eduardo el Confesor. A medida que las diversas familias de la aristocracia anglosajona esgrimían sus diferencias, no lograron distinguir que la mayor amenaza para el reino vendría del exterior.
La situación en el continente no era del todo diferente. Si bien prevalecieron fundamentales diferencias entre Inglaterra y los demás reinos, lo cual se puede explicar por sus condiciones geográficas, políticas, culturales y demográficas, si nos situamos en la región norte de lo que hoy día conocemos como Francia, nos encontramos con un panorama de clivajes internos. Siendo más precisos nos centramos en Normandía. Antes de comenzar es pertinente distinguir quiénes eran los normandos, ya que a lo largo de la historia se ha dicho de ellos que eran franceses, noruegos, vikingos, entre otros, algo que ha confundido a más de una persona. Los normandos fueron un pueblo de raza germánica, que hacia finales del siglo VIII comenzaron a asentarse en las costas del norte de Europa continental. Su rápida y progresiva expansión tanto hacia el continente, como dentro de este, obedeció a una lógica de búsqueda de recursos suplementarios como necesidad para la subsistencia. Esto en parte encuentra correlación con la rápida sobrepoblación de sus dominios durante los siglos VI y VII.
Ahora que sabemos quiénes fueron los normandos, debemos responder a qué era para aquel entonces Normandía. En primer lugar debemos tener en cuenta que su status era el de un ducado. El mismo surgió del Tratado Saint Clair sur Epte, que le permitió a los normandos asentarse al norte de Francia. El territorio se encontraba al sur del Canal de la Mancha, y se adentraba más de 100 kilómetros al interior de Francia. A pesar de su limitado espacio territorial, las proyecciones del mismo comenzaron a ampliarse con el paso de las décadas, algo que encuentra respuesta, en parte, dentro de lo que fue la configuración militar de la sociedad normanda.
La Casa de Wessex reinó en Inglaterra a partir del año 871. Los siguientes siglos dejarían en evidencia los cambios de gobierno, en especial debido a la influencia de los pueblos nórdicos. En 1042 la casa de Wessex tuvo nuevamente a un sajón como máximo regente, sería Eduardo, quién posteriormente debido a su interiorización religiosa, sería conocido como Eduardo El Confesor. La figura de Eduardo tiende a encontrarse vinculada a las de Godwin y su hijo Harold II, también conocido como Harold Godwinson. Principalmente Eduardo El Confesor y Godwin serían los principales referentes de la Inglaterra de la década del '40 y '50. Como bien mencionamos al comienzo, durante estos años Inglaterra atravesaba un clivaje interno de sus élites. Dichas personalidades, comienzan a fortalecer los vínculos con los normandos, en especial el rey Eduardo. A pesar de ello, observaremos que los cambios internos en Normandía, presentaron modificaciones en la relación.
Eduardo El Confesor fue uno de los reyes más relevantes de Inglaterra durante los años previos a la invasión de los normandos. Su relación con Harold y William configuró el escenario político que lo sucedería.
Durante dichos años de profundos cambios surge la figura de un actor fundamental para el rumbo de los acontecimientos en Inglaterra. Sus padres fueron Roberto El Magnífico, Duque de Normandía y Arlette. En un comienzo se lo denominó Guillermo El Bastardo, dada su condición de hijo ilegítimo. A pesar de ello, sería nombrado a los 7 años de edad sucesor al ducado, por su propio padre. La muerte de su padre significó el inicio de una larga lucha por la sucesión al poder. Los diversos señores feudales del ducado se batieron a lucha por el control de Normandía. Los vasallos comienzan a ganar cada vez más poder, centrándose puntualmente en cada uno de los focos de batalla a lo largo y ancho de todo el ducado. Hacia el año 1047, es decir cercano al momento en el cual Eduardo El Confesor es coronado como Rey de Inglaterra, Guillermo es nombrado Duque de Normandía. Durante sus primeros años logró reducir los focos de conflicto, y controlar gran parte del territorio que ahora se encontraba bajo su poder. El joven Guillermo traería tranquilidad y paz a Normandía, revirtiendo la situación experimentada durante la década del '30.
A pesar de esto último mencionado, surge en el horizonte un nuevo desafío para Normandía, que tendría repercusiones a futuro. Las amenazas internas fueron suplantadas por las externas. En un momento de cambio a nivel internacional, Normandía debería responder a los desafíos que amenazaban sus fronteras. El principal clivaje durante los primeros años de Guillermo se daría con el Conde de Anyou, Godofredo Martel. El mencionado condado se encontraba en plena expansión. A esto hay que sumarle que Godofredo Martel contaba con el apoyo y respaldo de Enrique I, Rey de Francia. Los siguientes años se encontrarían marcados por las luchas entre normandos y francoangevinos. El rasgo más importante de dicho conflicto fue la respuesta inmutable que Guillermo otorgó. Su tenacidad frente a las amenazas externas le valieron de respaldo interno y una revalorización a nivel externo de su figura. A la muerte de Enrique I, sus sucesores buscaron mejorar la relación con Normandía.
Debemos detenernos en este momento ya que posee significativo valor para el desarrollo de los eventos futuros. Para Normandía el período en cuestión sería fundamental. Los largos años de luchas externas consolidaron las instituciones militares normandas. Se produce un perfeccionamiento de las tropas bajo el comando de Guillermo. El grado de especialización en el arte de la guerra aumenta. Al mismo tiempo comienza a surgir un importante grado de lealtad hacia el duque, aquí es donde la figura de Guillermo se torna decisiva. Remitido a Guillermo, el líder normando impulsó una serie de reformas entre 1050 y 1060, las cuales buscaron desplazar del poder a todos aquellos que en su momento se habían enfrentado a su figura. De esta forma el círculo de confianza se agudizó. Por otro lado el consejo de sabios obtiene valor, ya que sirvieron de consejeros para un joven líder en crecimiento. Esto le valió el respeto de quienes habían luchado junto a su padre. Por último, una de las reformas fundamentales fue la de desplazar de la aristocracia a sus antiguos enemigos, sustituyéndolos por súbditos suyos en cada condado del ducado. Este período es denominado como el "fortalecimiento interno de Normandía", donde Guillermo logró erigir una poderosa administración pública servicial a sus intereses. La imposición de un régimen tributario permitió el control sobre la población y la totalidad del territorio, impidiendo la formación de focos hostiles a su persona. La situación económica no distaba de la política. En cuestión de pocos años, la economía mejoró, pronto las ciudades normandas alcanzaron un gran poderío, lo cual le permitió al ducado mejorar su posición al aumentar la prosperidad.
En Inglaterra la situación parecía empeorar cada vez más. Godwin logró aumentar su poder. Pronto comenzó a extender su influencia hacia las tierras del sur de Londres, la iglesia y la propia aristocracia anglosajona. Esto dejó en evidencia las pujas en las élites inglesas, algo que contrastaba con la situación interna de Normandía. Por otro lado debemos recordar que los clivajes aquí mencionados precedieron el reinado de Eduardo El Confesor.
Los conflictos entre Eduardo y Godwin se agravaron. La religión y el control de la Iglesia fue uno de los principales puntos de conflicto. Durante estos años Eduardo gira hacia la religión, adquiriendo la distinción de "El Confesor". Godwin por su parte buscó fortalecer las tropas leales a su figura.
Generalmente los historiadores tienden a presentar divergencias respecto a lo que fue la alianza de Eduardo con los normandos en contra de Godwin. Más allá de ingresar en un debate que no hace al fondo de la cuestión, debe quedar en claro que la imagen de Eduardo comienza a ser cuestionada. A pesar de ello, en 1053 se produce la muerte de Godwin. La figura de Harold, su hijo, comienza a ganar apoyo entre la nobleza anglosajona, y se lo vislumbra como un posible sucesor al trono.
Uno de los vínculos relevantes que distinguió a la persona de Harold fue aquel mantenido con los normandos. Con el paso de los años, Harold dejó de ser el opositor a la creciente influencia normanda en la nobleza inglesa, para ser uno de los más respetados caballeros por el duque Guillermo. Recordemos que Harold acompaño a su padre, Godwin durante los años de exilio.
Destacando acontecimientos, no podemos dejar de lado el viaje de Harold a Normandía. Pronto el vínculo con los normandos dejó en evidencia el creciente problema de la sucesión al trono inglés. Es aquí donde los historiadores tienden a presentan divergencias. Por un lado hay quienes han señalado que Harold le prometió a Guillermo el trono inglés, y que lo respaldaría en cualquier posible incursión hacia el norte. Hay quienes mantienen que Guillermo lo nombró su caballero y confió en un juramento esgrimido por Harold. Del otro lado se encuentran quienes sostienen que esto jamás sucedió, y que en lugar de un juramento, existieron malinterpretaciones por parte de Guillermo, que terminarían desencadenando en un conflicto internacional. Lo que queda en evidencia es la puja por el trono inglés y las alianzas que los diversos actores comienzan a trazar.
Centrándonos en Inglaterra, observamos una serie de rebeliones que surgen a lo largo de la nación. Eduardo estaba muy debilitado, y Harold, principal figura lucha contra su propio hermano y demás vasallos, pensando en un posible respaldo de los nobles ingleses para ocupar el trono. Lo cierto es que nuevamente nos encontramos ante un momento que generará cambios vitales. Se evidencia por primera vez el desgarramiento profundo de la Inglaterra anglosajona, algo que le permitirá a las fuerzas extranjeras sacar provecho.
Posicionándonos en el período próximo a la batalla que decidiría el futuro de Inglaterra, surgen en 1065 una serie de acontecimientos que generaron un cambio en la población inglesa. Hacia mediados de dicho año surgieron fuertes tormentas en las islas que destruyeron iglesias y los hogares de miles de campesinos. El rey Eduardo cae enfermo. Al mismo tiempo el monarca comienza a tener sueños que exponen la ira de Dios hacia su pueblo. Podemos concluir señalando que la antesala a la gran batalla, condicionó el panorama, algo que demostró la tensión previa a la guerra.
En el año 1066, toma lugar la muerte del Rey de Inglaterra Eduardo El Confesor. La ceremonia se produjo durante la mañana en la Abadía de Westminster. El trono inglés, tan ansiado por tantos actores, terminaría recayendo en manos de Harold, quien sería coronado durante la tarde en Westminster. Las noticias tardarían en llegar al continente. Algo que estallaría cuando Guillermo se enterara, ya que le habían prometido el trono, y era a quién el actual rey inglés le había jurado lealtad.
La Abadía de Westminster sería uno de los escenarios que marcaría el momento de transición por el cual atravesó Inglaterra en 1066. Allí sería coronado como Rey de Inglaterra el primer monarca normando. En la imagen se puede apreciar la Abadía con su fachada gótica, correspondiente al período posterior al período de la Batalla de Hastings.
Debemos destacar a un actor relevante, la Iglesia. La ya establecida puja entre Normandía e Inglaterra, y entre William y Harold, adquiriría el condicionante de la religión. El Papa volcó su apoyo hacia Guillermo, no solo por su defensa al culto católico, sino también por las posibles aspiraciones al control de la iglesia en Inglaterra, la cual con el control de los anglosajones se había distanciado de Roma.
Guillermo se entera de las noticias y lo primero que puede evidenciarse es su rencor hacia Eduardo, quién le había prometido el trono, y hacia Harold quien le había prometido, en uno de sus viajes, respaldo y lealtad. Lo cierto es que la coronación del nuevo rey inglés disgustó a los normandos. Durante los años previos, Normandía había fortalecido su poderío bélico. Ahora se preparaba para aumentar su capacidad militar, construir buques de guerra, reclutar soldados y recolectar provisiones para lo que sería la tan anunciada invasión a Inglaterra.
Se ha destacado el rol de la Iglesia en la contienda entre ambas partes, de todas formas mencionamos demás actores que tuvieron un papel directo en el conflicto. Los normandos no solo utilizaron sus tropas regulares, sino que también recurrieron a mercenarios flamencos, bretones y franceses. Las tropas normandas apostadas en Italia meridional también fueron relocalizadas hacia el norte de Francia. Por parte de los anglosajones, la nobleza decidió apoyar a Harold. A los nobles ingleses les había molestado el aumento de la presencia e influencia normanda dentro del seno de la aristocracia. Era preferible continuar manteniendo el status del cual disponían con los sajones a tener que ver sus privilegios quitados por los invasores extranjeros. De esta forma comienzan a reagruparse ambos bandos para lo que sería una batalla que decidiría el futuro de Inglaterra. Del lado norte Harold esperaba con sus tropas a William, mientras que al otro lado del Canal de la Mancha, los normandos demoraban su invasión.
Durante los futuros meses tomaron lugar ciertos acontecimientos que modificaron el destino de la guerra. En primer lugar señalamos el cambio climático. Las tormentas retrasaron los buques normandos, que debieron replegarse hacia el continente. A pesar de ello, el viento trajo una nueva compañía Provenientes del norte, los noruegos se dirigían hacia Inglaterra con motivo de una invasión para reclamar el trono inglés. Por parte de las tropas de Harold, observando que los normandos no llegaban y que los meses pasaban, el monarca tomó la decisión de replegar sus tropas. Se retiró de la costa sur, sin saber que pronto Guillermo llegaría, y tampoco teniendo en cuenta que los noruegos desembarcarían en las islas. El destino había entrado en juego. Ahora el futuro parecía estar más claro.
Guillermo desembarcó en Pevensey, donde se encontró con las costas asoladas. Las tropas inglesas llevaban más de un mes estacionadas en Londres. Guillermo no contaba con el conocimiento de la presencia noruega al norte, algo que Harold sí conocía. El rey inglés decidió dirigir sus tropas hacia el norte, para enfrentarse a los noruegos. Mientras tanto los soldados normandos, a quienes se estipula que representaban un total de entre 5.000 y 10.000 tropas, comenzaron a avanzar, luego de esperar durante días por el enemigo.
Las tropas inglesas y noruegas chocaron al norte de la nación en lo que fue una cruenta batalla por el trono inglés. Es aquí donde toma lugar la famosa Batalla de Stamford Bridge, en donde los invasores salen derrotados. A pesar de esto, en el sur, Guillermo ya había avanzado hasta la ciudad de Hastings.
Durante los meses finales de 1066 y luego de varios desencuentros, las tropas normandas y anglosajonas se encontraron en Hastings para llevar a cabo una batalla que decidiría el futuro de Inglaterra. El trono vacante dejado por el rey sin herederos, Eduardo el Confesor, había sido ocupado por un Harold que se negaba a ceder ante los reclamos extranjeros. Lo había demostrado en Stamford Bridge luchando ante los noruegos, y ahora estaba decidido a hacerlo frente a los normandos. La batalla se decidió en cuestión de horas. Harold, en su despliegue hacia el sur (es aquí donde varios historiadores señalan que el rey se entera sobre la presencia normanda) no contó con la totalidad de sus tropas. Por otro lado los normandos dispusieron de una feroz caballería, que sería fundamental frente a la prácticamente totalidad de infantería inglesa. Por otro lado, los normandos poseían una gran especialización en el arte de la guerra, sus arqueros probaron ser claves para el avance de las tropas de Guillermo, acorralando rápidamente al enemigo.
Se han señalado cifras que van desde los 5.000 hombres hasta los 100.000, lo cierto es que la misma varía de acuerdo a las fuentes y el momento histórico en el cual fueron elaboradas. Generalmente tiende a haber consenso en cuanto a una cifra de 15.000 - 25.000 hombres luchando en la Batalla de Hastings.
Representación de la época que deja en evidencia parte de la Batalla de Hastings librada en el año 1066.
En la batalla Harold es derrotado. Las tropas inglesas no pudieron luchar frente a los normandos. La incursión hacia el norte y la posterior batalla de Stamford Bridge mostraron sus efectos sobre los anglosajones. Al mismo tiempo, los normandos contaban con una mejor posición, tanto remitida a formación para la batalla como también en cuanto a su equipamiento. Lo cierto es que gran parte de la nobleza inglesa que participó en la guerra, tanto formando parte de la batalla como financiando a las tropas del rey anglosajón se vería fuertemente afectada luego de la victoria normanda. Hay quienes señalan que la victoria normanda giró en torno a dos factores. Por un lado la muerte del propio Harold durante la batalla, lo cual implicó un golpe moral para los locales. Por el otro se señala el alto número de bajas. Los normandos no tuvieron piedad con los ingleses, fueron pocos los que pudieron escapar con vida y dirigirse hacia Londres para llevar las noticias. Justamente Londres sería el epicentro que marcaría el futuro ya escrito de Inglaterra. A pesar de haber triunfado en Hastings, Guillermo el normando debía ser coronado como rey en Londres. En esta ciudad no solo ya contaban con las noticias de la muerte de Harold, sino que también se encontraban apostadas allí tropas leales a la corona inglesa. Incluso se designó a un nuevo rey, Edgar II, quién no llegaría a ser coronado.
Guillermo no perdió tiempo y se dirigió hacia Londres. La resistencia que ofreció el centro de la monarquia inglesa demostró que no le sería tarea fácil a los normandos gobernar Inglaterra. Aquí vuelve a entrar en juego la figura del líder normando. Aplicando las tácticas utilizadas en el pasado en Maine y Le Mans, Guillermo rodeó Londres, cerrándole cualquier tipo de comunicación con el exterior, cortándole las comunicaciones y el reaprovisionamiento de víveres. Pronto la aristocracia anglosajona evidenció que continuar imponiendo resistencia sería algo que agravaría una situación para este momento irreversible. A su vez, las divisiones dentro de la élite anglosajona respecto a cooperar o continuar imponiendo resistencia frente a los normandos también favorecieron a Guillermo.
A partir de la llegada de los normandos a Inglaterra comienza una etapa de profundos cambios en Inglaterra. El paso del Cometa Halley en 1066 había sido tan solo una señal de lo que estaba por comenzar. Hacia fines de 1066, Guillermo es coronado en Westminster como nuevo Rey de Inglaterra. Se inicia la etapa de dinastías normandas.
En la imagen se puede apreciar el actual escudo de armas de Inglaterra. A pesar de haber sido adoptado a partir de 1410 por el rey Enrique V, la expresión en francés deja en evidencia la extensa influencia normanda dentro de la aristocracia inglesa.
Una de las primeras características que podemos apuntar es el giro hacia el continente. Inglaterra cambia su visión hacia el sur en detrimento del norte, como lo había sido durante los siglos pasados. El mundo sajón y nórdico, más la relación con Europa del Norte cambia, favoreciendo el vínculo con la Europa Continental, algo que claramente responde a la posición geoestratégica de los normandos. En segundo lugar, ya habíamos estado hablando de la Iglesia. La dinastía normanda profundiza la alianza con la Iglesia, mientras que la iglesia anglosajona cede frente a las presiones y la avasallante influencia de los normandos. En tercer lugar podemos evidenciar el inicio del feudalismo militar inglés que tendrá su esplendor durante el resto de la Edad Media. Se produce un proceso de amalgamamiento de las instituciones sajonas y normandas. Finalmente, la cuarta característica que señalamos es el denominado proceso de "occidentalización" experimentado en Inglaterra, donde la influencia nórdica comienza a perder fuerza. Se han intentado establecer nexos respecto a lo que fue la influencia romana en Inglaterra. A pesar de ello, existen notables diferencias. La penetración cultural romana en Inglaterra se llevó a cabo durante un proceso expansionista de Roma, en donde lo que actualmente conocemos como Inglaterra, no quedaría fuera, de todas formas sufriría una menor influencia que otras regiones continentales. En este momento histórico, es decir 1066, existen nuevos actores que dan lugar a dicha occidentalización, algo también condicionado por la coyuntura, donde la unidad de Occidente se verá puesta a prueba frente a lo que serán las cruzadas, y donde Inglaterra tendrá un papel predominante. Uno de los mencionados actores es la Iglesia. Las figuras del Papa y Lanfranco, quien posteriormente sería nombrado como Arzobispo de Canterbury, extendieron su influencia sobre el clero anglosajón vinculando a la iglesia inglesa cada vez más con Roma. También debe quedar claro que los largos años de influencia anglosajona habían llevado a Inglaterra a un proceso gradual de aislamiento de los acontecimientos que tomaban lugar en el continente. El vínculo cultural con la Europa Continental se había visto reducido, aumentando el nexo con la cultura nórdica. En última instancia debemos tener en cuenta que la cultura, estilo de vida y moda de la aristocracia normanda es introducida en Inglaterra, dichos valores tendrán cobijo por parte de la nobleza inglesa, la cual rápidamente comienza a adoptar las normas francesas, al igual que el idioma.
Los años posteriores a 1066 pusieron a prueba a los normandos. Si bien Guillermo había triunfado en su invasión a Inglaterra y había sido proclamado rey, todavía existían importantes sectores económicos, políticos y sociales que se oponían a la expansión normanda en Inglaterra. Al mismo tiempo, Guillermo debía administrar no solo Inglaterra, sino que también Normandía. Será preciso ver más adelante lo que ya hemos introducido previamente, es decir la fusión de ambas instituciones, y la reiteración de los procesos de consolidación interna aplicados en décadas previas en Normandía, ahora siendo reiterados en los nuevos dominios.
Posiblemente la mayor resistencia la presentó el norte. Los territorios del norte buscaron tejer alianzas con los reyes nórdicos para frenar el avance de los normandos. A partir del año 1069, las rebeliones en dicha región aumentaron. La negativa a cooperar con el sur terminó decantando en que Guillermo emprendiera una ardua campaña hacia el norte del reino. Las masacres, los saqueos y la destrucción de ciudades dieron inicio a una etapa de avance total por parte de los normandos, en donde no existía lugar para el retroceso o la negociación. Guillermo se encontraba decidido a ejercer su poder por la fuerza en aquellas regiones que le imponían resistencia. Los normandos pronto avanzaron sobre los territorios del norte, destruyendo los cultivos y saqueando las reservas de alimentos, de esta forma surgieron las hambrunas y pestes en dicha región.
Durante su reinado, Guillermo llevó a cabo la construcción de castillos a lo largo de Inglaterra. En especial tuvieron relevancia aquellos erigidos en las zonas donde se habían presentado las revueltas en su contra. De esta forma se aseguró de contar con un sistema permanente de presencia en las regiones lejanas, disminuyendo las revueltas.
Guillermo El Conquistador fue el primer rey normando de Inglaterra. Su reinado se extendería durante el período 1066 - 1087.
En cuanto a la organización territorial compete, Guillermo reprodujo el sistema normando, expandiendo la jerarquía feudal leal a su figura. Las figuras de los sheriffs se tornan fundamentales, ya que ejercerán una presión y control directo sobre la población.
Remitido al clero, Guillermo profundizó su influencia en la iglesia anglosajona. Con vistas a mantener el control sobre los monjes, nombró a Lanfranco como Arzobispo de Canterbury.
Con los normandos comienza un proceso gradual de control territorial, mediante un sistema de impuestos, documentación de todos los condados, control de la iglesia y del campesinado. La información se vuelve un arma sumamente poderosa, posiblemente la más importante que Guillermo empleó para fortalecer su reinado en Inglaterra. Desde el control del ganado y la producción agrícola hasta los listados que incluían los nombres de monjes y guerreros locales, Inglaterra será controlada por los normandos de una forma jamás experimentada hasta aquel momento. Para este control, los funcionarios públicos al servicio del rey fueron un actor importante.
Durante el período de análisis, surge una nueva estratificación social. Las clases sociales inglesas mantendrán dicha configuración durante parte de la Edad Media. A pesar de los cambios a experimentarse más adelante con la introducción de la Carta Magna, la influencia normanda moldeó la estructura social inglesa para lo que serán los siglos por venir.
Otro de los grandes legados de los normandos fue la recopilación de la información vital para el reino en el denominado Domesday Book, introducido a partir de 1086. El mismo es reivindicado como el primer empadronamiento de la Edad Media, que contaba con los nombres de los súbditos, vasallos, ingresos, ingresos por condado y dominio, y los soldados ubicados en cada región de Inglaterra. La eficacia de la administración normanda erigió un sistema sin precedentes a este momento histórico. Las diversas instancias de verificación y control permitieron mejorar la recaudación fiscal y las restricciones sociales.
A pesar de los vínculos sociales dentro de la casta guerrera de los anglosajones, los normandos perfeccionaron la lealtad como un método de control de las élites y guerreros. Luego de 10 años de producida la invasión, gran parte de los señores feudales ingleses habían prestado juramente ante el Rey Guillermo. Un rey que no solo pasó a la historia por las transformaciones introducidas en la bretaña medieval, si no también por sus conquistas, las cuales le valieron de la condecoración con la cual pasó a la historia, Guillermo El Conquistador.
Una vez producida la muerte de Guillermo en 1087, las pujas familiares por el control de sus dominios comenzaron a trazar una clara división entre Normandía e Inglaterra. Guillermo II El Rojo, hijo de William The Conqueror, ocuparía el trono de Inglaterra para los años comprendidos entre 1087 y 1100. A pesar de los intentos por mantener vigente el legado de su padre, el distanciamiento con Occidente comenzó a hacerse cada vez más evidente. Además de las pujas internas por el poder, se ha señalado la carencia de un líder poderoso que ocupara el vacío dejado por Guillermo y pudiera ejercer pleno control tanto en territorio continental como insular. A la muerte de Guillermo II, el trono pasa a ser ocupado por su hermano, y tercer hijo de Guillermo, Enrique I de Beauclerc, quien reinaría desde el 1100 hasta el año 1135.
El último normando en el trono inglés sería Esteban de Blois, nieto de Guillermo El Conquistador, quien permanecería en el poder hasta el año 1154, cuando luego de claras batallas internas y externas, se inaugura la dinastía de los Plantagenet, con Enrique II, hijo de Godofredo y Matilde.
La muerte de una figura como fue la de Guillermo El Conquistador trajo aparejada las pujas a lo largo de todo su reino. Los sucesores primaron sus intereses personales por sobre los intereses comunes. Pronto Normandía e Inglaterra comenzaron a distanciarse, en especial cuando las disputas entre Guillermo II y Roberto aumentaron. El último rey normando que tuvo Inglaterra fue un sucesor directo de Guillermo El Conquistador. Esto demuestra la relevancia de los hechos que tomaron lugar desde 1040 en adelante, hasta llegar al año 1066. Justamente 1066 probó ser un momento de transformaciones radicales para Inglaterra. Los normandos fueron más allá de la mera conquista de un reino, buscaron introducir reformas estructurales en una nación que se encontraba aislada de la Europa Continental. Podríamos señalar que los normandos establecieron un puente entre ambas culturas. A pesar de ello, vale la pena tomar en cuenta que también impusieron una modalidad propia, en donde el control de Inglaterra no se negociaba. Allí fue vital el uso de la fuerza y la confrontación ante las rebeliones que experimentaron los normandos, tanto de guerreros como de nobles.
Si los normandos jamás se hubieran embarcado en su expedición hacia el sur de Inglaterra, probablemente lo que hoy conocemos como el Reino Unido no sería lo mismo. Sin lugar a dudas los normandos dejaron un legado imborrable en la historia del pueblo inglés. La evolución de la sociedad inglesa durante los próximos cinco siglos, y en especial durante toda la Edad Media, se vio condicionada por las reformas introducidas por los normandos en 1066. La estratificación social, las costumbres, el culto religioso, la aristocracia, las élites, los funcionarios públicos, los guerreros, las instituciones, las relaciones exteriores y las percepciones sobre las demás sociedades contaron con un importante componente normando.
La historia medieval inglesa continuó durante largas décadas siendo fundamental para Europa. De Thomas Becket y Ricardo Corazón de León hasta Enrique VIII y Eduardo VI, de las cruzadas y la unidad de occidente a los clivajes con franceses y españoles, Inglaterra demostró ser un actor fundamental durante un período crítico de la historia universal. Gran parte del accionar inglés respondió en base a su identidad y percepción de los demás. Fue justamente allí, donde posiblemente haya quedado marcado el legado invocado desde la Batalla de Hastings, el legado normando que Inglaterra siempre ha de recordar.
Tomás Vera Ziccardi.
* La totalidad del presente trabajo es obra material e intelectual del Señor Tomás Vera Ziccardi. Los derechos de dicha obra quedan reservados a TVZC por expreso pedido del autor.