La ética de los negocios en Singapur
Autor: Tomás Vera Ziccardi
La República de Singapur suele ser presentada como uno de los más exitosos modelos de transformación nacional. La historia ha demostrado que de la convulsión social en la era posterior a la independencia británica a la moderna y próspera nación del siglo XXI existió una profunda transformación de carácter multidimensional. La nación asiática hoy cuenta con los indicadores socioeconómicos más elevados de la región, sin embargo la liberalización de mercado y los éxitos financieros escondieron la mano de hierro con la cual se gobernó la nación durante décadas. Nuestro interés no es ingresar en un debate ideológico respecto de la evolución histórica de Singapur desde los 60s hasta la actualidad. Ello traería aparejado un análisis sumamente complejo respecto de una nación difícil de comprender. Este artículo busca desarrollar algunas de las conceptualizaciones y creencias más arraigadas que tienen los singapurenses en materia de negocios, finanzas y comercio. La nación ha desarrollado progresivamente una fuerte cultura comercial, empresarial y bancaria que la posicionó como el principal referente en clave regional. Actualmente Singapur es un centro estratégico para los negocios, las finanzas internacionales, el comercio global, las inversiones y las operaciones bancarias. Los singapurenses se han tornado unos expertos en dicha materia, algo que sostiene la economía nacional desde hace décadas.
Una nación con escasos recursos naturales y un territorio sumamente limitado debió realizar un gran esfuerzo en torno a explotar sus recursos humanos. Influenciados por la estructura comercial legada de los británicos, el rol de las clases altas vinculadas al comercio (de ascendencia china) y el capitalismo estadounidense, los singapurenses buscaron perfeccionar el arte de los negocios. Dentro de varios valores que destacan se puede mencionar la idea de dedicación completa. No es compatible mantener negocios divergentes al mismo tiempo. Siempre es preciso comenzar centrando esfuerzos en un proyecto determinado. Actualmente son varios quienes emprenden un negocio personal a la par de sus actividades profesionales, lo cual dificulta mantener un equilibrio entre ambos. En occidente esto suele ser bastante común, donde las personas esperan que el crecimiento de su negocio los llevará por decante a dar un salto desde sus respectivos trabajos formales. En Singapur se considera necesario otorgarle dedicación completa a todo negocio que uno emprenda, ya que por otro lado la competencia es elevada, no dando margen para quienes deben fragmentar su tiempo y recursos en otras actividades. Algo similar se evidencia en el proyecto de nación erigido por Lee Kuan Yew, quien luego de un proceso industrial centró esfuerzos para convertir a Singapur en un centro financiero y comercial de alcance global. Posiblemente esto también encuentre relación con la matriz productiva y la posición geográfica de Singapur, dadas sus limitaciones centraron esfuerzos en determinadas variables específicas.
Con una población de 5,5 millones de habitantes (la menor de la región sin tomar en cuenta a Brunei y Timor Oriental) distribuida en menos de 700 kilómetros cuadrados (el territorio más pequeño de todo Asia) Singapur es una de las naciones más desarrolladas del mundo. Gran parte de su poderío económico posee una fuerte base en la ética de los negocios que han desarrollado a lo largo de la historia los singapurenses.
Los liberales (económicos) tienden a poner a Singapur como uno de los grandes ejemplos de cambio estructural de una nación mediante la liberalización económica. Si bien es cierto que actualmente la nación asiática es uno de los principales actores internacionales abocados al respeto de las reglas del libre mercado, la historia ha dado cuenta que el estado ha tenido un rol central en cuanto a control y regularización. Ello no implica como sostienen ciertos académicos que Singapur ha sido un modelo que combinó las reglas del libre mercado con la centralización planificada. De todas formas, el estado ha sido un actor determinante fijando las áreas en las cuales se invertiría, los mecanismos para atraer inversores, la competencia de las corporaciones extranjeras arraigadas en el país y las reglas bajo las cuales coexistirían las fuerzas de mercado. Gran parte de dicha ética perdura en la Singapur del siglo XXI. El estado continúa fijando las regulaciones impositivas, la entrada de corporaciones, los negocios con otras naciones y las finanzas globales. Ello no quita que los parámetros que haya fijado sean cercanos al liberalismo, donde las regulaciones, los gravámenes impositivos y las restricciones comerciales sean escasas. En ciertos casos Singapur ha sido señalado como un caso donde el estado funciona a modo de válvula de presión y control. Fija normas buscando que las partes las respeten, pero de ahí en adelante su intervención es prácticamente mínima. No queremos decir que dicho modelo sea bueno o malo, mejor o peor que otros, más bien es la descripción de la forma mediante la cual el estado ha buscado regular la economía. La burocracia nacional cree que en las economías abiertas y dinámicas debe existir una regulación clara para emprender negocios. Donde existen puntos oscuros la competencia de torna injusta dando lugar a pocos beneficiarios y varios perjudicados.
Desde la década de los 60s en adelante el estado ha tenido un fuerte rol en el diseño de los lineamientos generales de la economía. El gobierno de Lee Kuan Yew, que administró la isla durante más de tres décadas, estableció las reglas bajo las cuales funcionaría la economía.
En Singapur prevalece la creencia dentro del mundo de las finanzas que todo aventurero debe conocer el equipo que llevará durante su travesía. Dicha visión ha sido fuertemente vinculada al mundo de los negocios, donde los singapurenses consideran necesario que un inversor debe conocer las reglas del juego, los elementos centrales del rubro y el funcionamiento sistémico. Emprender un negocio tan solo porque se quiere obtener una ganancia no suele ser muy recomendado por los habitantes de la isla. Tienden a ser más adversos al riesgo porque creen que cuando uno no tiene conocimiento de lo que realiza pronto aflorarán dificultades perjudicando los resultados emanados del ejercicio. Si bien los negocios en Singapur buscan especialistas, difieren de la visión occidental donde el inversor es exclusivamente alguien que aporta capital. Es preciso saber hacia donde se dirige uno. Como reza el dicho popular entre los habitantes de Singapur: "un cuerpo sin una cabeza conocedora del camino difícilmente pueda transitarlo". La ética de los negocios aquí tiene gran arraigo cultural. Recordemos que Singapur ha sido durante las últimas décadas una nación donde los gobernantes se han mantenido en el poder de forma prolongada. Su respeto hacia la autoridad y los superiores tiende a ser elevada, por lo cual creen en la conducción y la necesidad de que quien tira de las riendas conozca el camino mejor que los demás. El disenso no es premiado en Singapur, a diferencia de como sucede en occidente.
En la imagen se puede apreciar la Terminal Pasir Panjang del puerto de Singapur. Dicho puerto maneja el mayor tráfico regional y el segundo a nivel global tan solo por detrás del puerto de Shangai. En años recientes se han realizado fuertes inversiones a fin de duplicar su capacidad para el año 2020.
Si existe una palabra que ha tenido fuerte arraigo en la sociedad singapurense es "inversión". La necesidad de invertir de forma dinámica en los negocios ha sido una de las claves de su progreso económico. En Singapur invertir es sembrar la semilla del éxito. Si se desea emprender un negocio se debe tener seguridad y convicción respecto a lo que uno realiza. No es común ver a los singapurenses invertir de forma desinteresada o poner su dinero en algo que no consideran que vaya a arrojar beneficios. La posibilidad de perder lo invertido siempre estará presente, sin embargo en dicha nación asiática la necesidad de invertir es prácticamente constante. Esto se encuentre fuertemente vinculado con otro precepto que es el de future growth. Dicha terminología, ampliamente utilizada, es lo que le ha permitido a Singapur anticiparse al crecimiento. Claro está que invertir implica poner la vista en el futuro y estar siempre atentos a cualquier tipo de negocios que pueda surgir. Parte de este pensamiento nacional ha sido influenciado por lo que los estadounidenses promovieron en la nación durante las décadas del 60 y 70 con el concepto de forward-thinking. Generalmente los grandes negocios provienen de grandes proyecciones y las grandes naciones surgen de grandes proyectos. Singapur planeó un proyecto de nación a largo plazo donde la atracción de inversiones internacionales ocupó un papel fundamental que repercutió enormemente en la economía local. La mirada no suele ser puesta en el corto plazo a la hora de emprender un negocio y las ganancias inmediatas no desesperan a quienes deciden invertir. Lo interesante de dicho concepto es que la mirada siempre está puesta a futuro, eso le da dinamismo a la vida económica de Singapur. Son una nación que vive del futuro, trabajando en el presente para alcanzar beneficios que posiblemente una generación no alcance a ver.
Los singapurenses viven con la mirada puesta en el futuro. La forma de hacer negocios se encuentra fuertemente relacionada con el modelo estatal emprendido desde fines de los años 50s en adelante. Conceptos tales como forward-thinking, future growth y future value han sido pilares fundamentales para transformar a un enclave colonial sumido en la pobreza a una de las naciones más avanzadas del mundo.
El modelo de nación adoptado por Singapur buscó posicionarse internacionalmente con un grado de participación elevado. Para ello se promocionó a nivel internacional como una nación próspera en la cual invertir. En pocas palabras, Singapur salió a buscar al mundo en lugar que fuera a la inversa. Durante los años que se suscitaron entre los 80s y 90s fue preciso generar una atmósfera proclive a la inversión y el desarrollo. Para esto fue necesario que quienes desearan invertir en la nación se vieran rodeados por dicho clima de negocios y seguridad. Fue importante la seguridad jurídica y la estabilidad política, aspecto que siempre es el más criticado desde los espectros de centroizquierda ya que ponen en evidencia las violaciones a los derechos y las libertades democráticas. El capital va hacia donde hay estabilidad y proyección largoplacista de tranquilidad sociopolítica. El comercio global del siglo XXI se vuelve sumamente dinámico para lo cual las naciones deben adaptarse a las reglas generales. Quienes son menos rápidos se quedan en el camino. Por lo cual otra de las características fundamentales de la ética de negocios singapurense es la importancia de los tiempos. En Singapur no se puede malgastar el tiempo y los recursos, ello genera enormes perdidas tanto materiales como de oportunidades. Algunos aspectos pueden verse, por ejemplo, en materia regulatoria donde Singapur tiene uno de los marcos más atractivos para comenzar negocios. La creación de empresas puede llevar menos de dos días. Al mismo tiempo, la simplicidad impositiva busca no desviar al empresario e inversor de sus principales preocupaciones haciéndole gastar su tiempo en trabas burocráticas e impositivas. Si se es una nación eficiente, creen los singapurenses, aumentarán las ganancias. En materia de comercio exterior los tiempos vuelven a ser fundamentales. Para ello los aeropuertos y puertos nacionales buscan reducir el tiempo que los transportes de bienes malgastan en otros puertos debido a trámites. En años recientes los clusters (de lo cuales hablaremos luego) singapurenses han sido sumamente efectivos, permitiéndole a Singapur convertirse en una de las naciones más activas a la hora de recibir y alojar embarques de mercancías.
En Singapur el tiempo es oro. Se aprovecha al máximo la capacidad de hacer negocios en cualquier momento del día. Durante las últimas décadas la nación se ha embarcado en la búsqueda de socios comerciales e inversores, algo que generalmente la ha catalogado como una nación que salió a buscar al mundo.
Para comprender en mayor medida parte de la visión que posee Singapur respecto al comercio, pondremos un caso que remite a su poderío regional en dicha cuestión. La nación se encuentra en un punto estratégico del mundo, en una de las rutas marítimas más relevantes para el comercio intraasiático y entre Asia-Pacífico y el resto del mundo. El negocio marítimo para el comercio ha sido uno de los puntos fuertes de Singapur durante décadas. Tomando en cuenta que gran parte del comercio mundial se maneja a través de los océanos es indispensable contar con servicios portuarios de alcance global para tornarse una nación relevante en la economía global. Desde los 80s en adelante Singapur creó un modelo de atracción de grandes corporaciones y firmas de comercio marítimo (principalmente de los Estados Unidos, Japón y Europa). Mediante el mencionado proceso y debido a los atractivos arancelarios y servicios que ofrecía la nación asiática, pronto se transformó en un enclave fundamental a nivel comercial. Durante dichos años Hong Kong, que se mantenía bajo arrendamiento británico, era el principal punto de comercio en la región, de todas formas con la apertura de relaciones entre Estados Unidos y China, el comercio extrabloque y el auge de los grandes contratos comercial, Singapur logró desplazar a Hong Kong (que pronto comenzaba un proceso de cambio) y otras plazas regionales. La ventaja sobre HK se dio cuando en 1984 se firmó la Declaración Conjunta Sino-Británica, algo que le permitió a Singapur absorber inversiones de naciones que precisaban mantener rutas marítimas efectivas para su comercio con Asia. Una de las claves de dicho proceso fue que Singapur salió a buscar inversores y socios comerciales. A diferencia de otras naciones de la región, Singapur atrajo socios deseosos de contar con plazas en los puertos regionales durante décadas de profunda inestabilidad sociopolítica desde Laos hasta Indonesia. Esto también debe ser mencionado, la región se encontró sumida en serios problemas estructurales de índole política y militar durante varias décadas, mientras que algunas de las naciones más estables tales como Tailandia continuaron manteniendo una política más restrictiva en los mencionados términos. Para algunos analistas internacionales Singapur fue un adelantado a los tiempos que pronto estaría por atraer la mirada internacional hacia la región.
Retrotrayéndonos a tiempos más cercanos observamos que la política de lago plazo trajo beneficios para consolidarse como el "puerto de la región" y uno de los principales puertos del mundo. Actualmente gran parte de las inversiones y los beneficios derivados de dicha variable son reinvertidos para crear los famosos clusters marítimos. Recordemos que Singapur posee limitaciones debido a su espacio territorial. Desde hace varios años ha optado por construir islas artificiales específicamente destinadas al comercio marítimo. Dicho enfoque ha llevado a problemas diplomáticos con otros actores regionales de relevancia tales como Malasia. Básicamente los clusters tienen como objetivo crear puertos de fácil alcance y salida para evitar que tengan que ingresar hasta territorio peninsular. Las medidas allí son menos restrictivas que en los puertos en tierra firme, generalmente conocidos en la jerga comercial como "zonas liberadas" debido a la mayor facilidad de amarre y descarga. Singapur ha obtenido ventajas comparativas en dichos términos respecto de otras naciones. Continuando con la comparación respecto de Hong Kong, dicho zona especial tiene limitaciones e impedimentos para expandirse dada su política territorial. Son varias las voces que critican el alcance adoptado por la República de Singapur, es decir ha obtenido cuantiosas ganancias pero la pregunta es a qué costo.
Otros datos relevantes son la importancia que ha adquirido el Aeropuerto Changi en términos de comercio aéreo, catalogado por varios como el mejor aeropuerto de Asia. Ello demuestra la visión diversificadora de Singapur, que no solo se centra en el comercio marítimo. De todas formas cabe mencionar que de acuerdo al Ministerio de Finanzas de Singapur, la nación cuenta con el segundo puerto en términos de tráfico de containers mundial, tan solo por detrás de Shangai (República Popular China). La visión a futuro ha llevado a que recientemente se diera a conocer la inversión de US$ 2,5 billones para expandir al doble la capacidad de la Terminal Pasir Panjang para el año 2020. Recordemos que el puerto de Singapur es el que maneja el mayor flujo comercial del Sudeste Asiático.
El Aeropuerto de Changi es considerado uno de los más modernos y efectivos del mundo. De acuerdo a las estadísticas oficiales de la entidad que lo administra, en años recientes el aeropuerto ha tenido un tráfico anual de pasajeros cercano a los 55 millones de personas, algo que representa diez veces la población de la nación. Durante el año 2014 pasaron por el principal aeropuerto de Singapur cerca de 350.000 naves comerciales, convirtiéndolo en el principal aeropuerto de la región.
Finalmente se considera relevante hacer mención a determinados aspectos que han influenciado la visión comercial de Singapur. Los singapurenses han hecho de la solución de problemas un baluarte. No solo es relevante atraer inversiones, también se debe estar a disposición de quienes invierten para mejorar sus negocios. De acuerdo a los datos del Banco Mundial, Singapur se posiciona segunda en el ranking mundial de solución de problemas para los negocios. La nación busca no perjudicar ni obstruir la labor de los inversores, después de todo ellos contribuyen a su economía. La solución de problemas también se relaciona con la protección de quien decide hacer negocios en la nación. Por esto último, la protección de las mercaderías, los intereses y las proyecciones económicas de los socios es fundamental. En términos de protección a la propiedad intelectual Singapur es una de las naciones líderes de Asia, manteniéndose tan solo por detrás de Japón, uno de los abanderados históricos de la protección en materia de derechos intelectuales. El sistema legal singapurense cuenta con regulaciones estrictas respecto a las patentes y los derechos intelectuales. Esto genera un marco de seguridad que suele atraer a mayores inversores; hablando de atracción es relevante tener en cuenta que Singapur se destaca a nivel regional por la atracción de cerebros y talentos que puedan potenciar la capacidad de la nación. Las inversiones en dicho sentido han despertado el interés de profesionales de todo el mundo, no solo de Asia (como se suele creer). Es por ello que Singapur mantiene una política migratoria sumamente liberal, la cual busca fomentar la inmigración de jóvenes deseosos por iniciar negocios de forma fácil y eficaz en Asia. Por supuesto dichas cuestiones tienen relevancia a la hora de analizar la forma de hacer negocios en Singapur. Posee cierta relación con el modelo hongkonés. Recordemos que en nuestros tiempos el comercio y las relaciones humanas se manejan a una velocidad diferente a la de otros momentos históricos, por ello la radicación de empresas, la inmigración calificada y las visas laborales fomentan la facilidad para instalarse en Singapur, algo que no sucede en otras naciones de la región. Podría mencionarse, por otro lado, el valor extra que le agregaría el manejo del idioma inglés (nuevamente similar a Hong Kong). Dicho idioma es fundamental en el comercio mundial y en otras naciones de la región el tailandés, viet o khmer no facilitan la presencia de firmas extranjeras y trabajadores dispuestos a radicarse de forma temporal o permanente.
Singapur posee un sistema legal fuertemente orientado hacia la protección de los derechos de propiedad intelectual. Dentro del ranking regional se posiciona tan solo por detrás de Japón en materia de protección de derechos intelectuales, lo cual la convierte en una nación pionera dentro del Sudeste Asiático.
Los negocios representan un aspecto fundamental de la vida en Singapur. Dicha nación creció y se forjó bajo preceptos fuertemente arraigados a la ética empresarial. Algunas variables poseen influencia milenaria, provenientes de pueblos como el chino que han tenido injerencia directa, mientras que otras son más cercanas a nuestros tiempos y fueron adoptadas del capitalismo estadounidense de posguerra. También coexisten elementos propios de la cultura singapurense, una nación que cambió estrepitosamente desde la era poscolonial hasta las primeras décadas del corriente siglo. Nosotros hemos expuesto tan solo algunos de dichos aspectos, dejando en claro la cultura que predomina en Singapur respecto de los negocios. El modelo de nación no es mejor ni peor que otros, es tan solo el adoptado por un pueblo que ha cambiado radicalmente a lo largo del último siglo. Actualmente Singapur es una nación altamente desarrollada, sumida profundamente en el mundo globalizado y dispuesta a competir en diversas áreas contra otros estados que históricamente han controlado variables fundamentales como el comercio, las finanzas y la banca. Para ello deberá continuar desarrollando el modelo que viene llevando a cabo desde hace años, a la par de ir introduciendo ciertos cambios para adaptarse progresivamente a la fluctuante realidad global. De todas formas queda claro que a lo largo de dicho proceso será preciso conservar aquello que les ha otorgado tantos beneficios, lo cual no es otra cosa que la ética que posee Singapur a la hora de hacer negocios.
Tomás Vera Ziccardi
* El presente trabajo es obra material e intelectual del Señor Tomás Vera Ziccardi. Los derechos del mismo quedan estrictamente reservados a TVZC por expreso pedido del autor
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